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El blog de Angel Arias

Articulos de actualidad

Al pairo: Ciudadanos de primera o de segunda

Al pairo: Ciudadanos de primera o de segunda

La cuestión tiene su enjundia. Parte de la idea de que algunos ciudadanos son tratados de forma diferente por el hecho de cumplir con la ley y los reglamentos. Aquellos que se manifiestan reiteradamente al margen, por el contrario, son tratados con indulgencia.

Puede servir al caso el ejemplo que me sucedió en una Biblioteca pública. Por error, había cogido el carné de mi esposa (estos carnés no llevan foto). Le pedí a la encargada, después de explicarle la situación, que me dejara sacar los libros con el carné equivocado. Su respuesta fue: "Si Vd. no me hubiera dicho nada, podría haberlos sacado, porque no me fijo en eso. Pero ahora que me lo hizo notar, no puedo autorizarle, porque lo tengo completamente prohibido". Y, sin atender más a mis razones, pasó a atender al siguiente de la cola, que ostentaba dos carnés (!) y que se llevó seis libros, sin problema alguno.

Otros ejemplos: Si Vd. es un ciudadano ordenado y ha dejado el coche aparcado en una zona con regulación horaria y supera el tiempo máximo en diez minutos, es altamente probable que, al volver corriendo a su vehículo, se encuentre con que le han puesto ya una denuncia. Pero no debe preocuparse si abandona su coche desvencijado en una calle cualquiera y, menos, si lo tira por un barranco.

Puede que le pongan una multa si su perro hace sus necesidades en la acera y Vd. no recoge la inmundicia, pero no habrá problemas si Vd. mismo defeca a la entrada de un supermercado, siempre que lleve aspecto zaparrastroso. Si hay algún policía cerca -en este segundo caso-, lo que parecen recomendarle las Ordenanzas es que se de la vuelta y se vaya discretamente del lugar.

Seguramente le reclamará Hacienda siete euros por una declaración paralela que demostraría la alta diligencia de este organismo, si no fuera porque le basta darse un paseo por las zonas residenciales de su ciudad, y comprobar cómo viven aquellos manifiestamente más ricos que Vd.  e intuir las profesiones a que se dedican. 

Si pide la factura al instalador, por ejemplo, le aumentará ipso facto la misma con el iva, advirtiéndole, además, que su petición es incomprensible si no va a utilizarla para desgravar, porque "le perjudica a Vd. y no beneficia a nadie" (sic)

Si Vd. ha decidido ser un buen ciudadano, cumplidor, serio y solidario, asuma las consecuencias, amigo.

Jugando en corto: Felicidades, mamás

Vengo de un tiempo en el que el día de la Madre se celebraba (poco) el 8 de diciembre, por aquello de la Inmaculada Concepción.

Nadie parece saber bien el origen de la fiesta. Unos, que si fue en la época de la guerra de Secesión norteamericana; otros, que si se trataba del día libre concedido a los obreros ingleses en el XVII para que pudieran darse cuenta de que tenían familia.

Algunos, los más cultos o más pedantes, se remontan a los antiguos griegos, a Hera. Tal vez, el Corte Inglés esté detrás del asunto, después de todo.

Felicidades, mamás: a las que lo sois, lo seréis. Permitidme que también os mande un beso de cariño a las que lo habéis sido y habéis perdido a vuestros hijos. También a vosotras, las mujeres que no lo habéis sido o no lo seréis nunca.  

Porque mujer y madre son sinónimos en el corazón de los que creemos amar a todas las mujeres, porque en cada una queremos encontrar un vestigio, algo que nos recuerde a la que hemos perdido.

Yo me paso las noches imaginando su mano
y me envuelve una vaga ilusión de caricias,
el presente se desahoga en tormentas si su voz
la recobro; bebo y lloro mucho.

(de Sin herencia precisa, 1992, A. Arias)

Al pairo: O existe infierno, o nos deberían descontar el tiempo dedicado a ganar indulgencias.

Al pairo: O existe infierno, o nos deberían descontar el tiempo dedicado a ganar indulgencias.

Quienes hemos sido educados en la teoría judeo-cristiana sobre las razones de la existencia y el sentido del cosmos, agradecemos que el Papa Benedicto XVI esté recuperando el valor de algunos de los principios dogmáticos de la religión católica.

Si bien era disculpable que no existiera el limbo, las dudas sobre la existencia del cielo y del infierno son impresentables.Para los más castigados en este valle de lágrimas, no resulta admisible que el infierno carezca de ubicación física, con fuegos y tridentes afilados, ni, por supuesto, que el cielo no tenga su cohorte angélica dispuesta a complacer los deseos de los bienventurados. No era justo que se estuviera apelando a la filosofía y a la metafísica para entender lo que nos espera después de la muerte.

La falta de aproximación a lo que verdaderamente capta adeptos en nuestra sociedad hedonista, era, -incluso al decir de algunos inexpertos entre los que me cuento-, la razón de la pérdida de confianza en los postulados cristianos, lo que estaba favoreciendo el crecimiento del numero de fieles a las teorías islámicas sobre el Más Allá.

Porque es más atractivo asistir a un partido de fútbol en que se marquen muchos goles, que mirar una partida de canasta. Quiero decir, es más convicente y apetitoso -al menos, para el sexo dominante aún- un cielo aderezado con huríes, malvasía y placeres carnales, que no hablar de un lugar de imprecisa ubicación cuya gracia consistiera en la contemplación eterna de seres estáticos.  Había que recuperar la contundencia tanto de la recompensa como del castigo finales.

Porque, a falta de demostración en contrario, tiene más gancho un Programa de Gran Hermano o verse un Barcelona-Madrid televisado que un estado impreciso de bienventuranza en el que sepamos que los que nos han fastidiado en este mundo no estén siendo cosidos a pullazos en el fuego eterno.

Había, pues, que poner coto a las dudas sobre la existencia del cielo y del infierno. Mientras se ponen de acuerdo los expertos en las cualidades del cielo y del infierno extraterrestes, y ante la sospecha razonable de que el más seguro cielo y el infierno "está" aquí (en singular, recordando la construcción de un magnífico poeta), me apunto a la relación provisional de perjudicados.  Formo parte del grupo de crédulos que nos empeñamos, en su momento, en generar millones de indulgencias con las que a) salvar a las almas del Purgatorio, b) forzar la conversión de los chinitos, c) acumular bonos para un mejor tratamiento en la otra vida y d) conseguir la beatificación de varios Honorables.

Por si las moscas, no defiendo que el tiempo que pasamos de rodillas en nuestra niñez lo tengamos que dar por perdido del todo, pero no me resigno a que no se me valoren las muchas horas dedicadas a obras pías, genuflexiones y oraciones, en la esperanza de que fueran contabilizadas en los libros de los activos eternamente cotizables.

Si no existe Purgatorio, si la conversión de los chinos se ha evidenciado imposible (tanto por crecimiento desmesurado de su población como por la dura resistencia de los monjes concentrados en el Tibet), y si la santificación o beatificación de Honorables está, según parece, oscuramente contaminada por la posesión del dinero en ciertos grupos, ¿qué nos queda?. ¿Quién va a responder por habernos transmitido la confianza en que los mejores premios y castigos se repartirán en el más allá?. 

Que nos dejen en su sitio el cielo y el infierno. No tenemos ya tiempo, ni cuerpo adecuado, para recuperar el que dedicamos a ganar indulgencias. No es cosa tampoco de pasarse a valorar las ventajas del cielo estilo islámico, haciendo apostasía. 

Estas reflexiones las realizo a salvo de lo que nos vayan descubriendo y contando los teólogos, siempre más ilustrados para desentrañar las voluntades de nuestros seres superiores. Pero que no nos quiten del haber lo no bailado. 

 

Al socaire: ¿Para cuándo un día del desempleado?

Al socaire: ¿Para cuándo un día del desempleado?

Hace algunos años, cuando comentaba con la alcaldesa de una población que ahora no viene al caso, sobre la creación de empleo en su municipio, ella me explicaba que lo tenían resuelto. "Todas nuestras calles tienen adoquines. En lugar de utilizar alquitranadoras, mantenemos el mismo sistema de pavimentación desde la época de la conquista española. Cada  pocos años lo cambiamos totalmente. Así se crean muchos puestos de trabajo, para que los que no tienen estudios ni cualificaciones reciban su salario".

Esta sagaz munícipe estaba convencida de que el trabajo era, al fin y al cabo, la manera de distribuir dinero de los que lo tienen a los que no, para que los más pobres y menos preparados pudieran atender a sus necesidades y no organizaran revoluciones. Si estos últimos lo único que sabían hacer era colocar adoquines, pues se les contrataba para hacer esa labor, y así se justificaba el pagarles un salario con el que alimentaran a sus familias, y se les mantenía sujetos por las cadenas de la devoción.

Hoy que se celebra el día del trabajo, -y se festeja como corresponde, es decir, vacando ese día, para lo que es imprescindible tener trabajo-, pienso en los parados. No quiero ser aguafiestas ni enfadar a los sindicalistas, que tanto han hecho por la mejora de las condiciones de los que tienen curro (por eso se habla de condiciones laborales), -en los países desarrollados- cuidando de que no lo pierdan cuando las crisis y las reconversiones amenazan, pero diría mucho en su favor que antepusieran a sus necesidades propias, las de los que no tienen trabajo.

Pero los desempleados son un colectivo de dimensión variable, cuyo poder de convicción es muy escaso. Su núcleo duro, si existiera, estará realmente encallecido por la marginación y el desespero. ¿Cómo y en qué condiciones aparecen en la escena ciudadana?. No se plantean realizar manifestaciones públicas, porque sus necesidades son individuales, su formación, sus pretensiones, no son coordinables para un mensaje común, fuerte y colectivo. No pueden ir a la huelga, la gran herramienta de persuasión del factor trabajo.

n, no tendrían a quién dirigirse de forma eficiente. ¿Al empresario o a las multinacionales? ¿A los Gobiernos? ¿A los que tienen empleo? ¿A los poderes económicos, donde quiera que estén?. En particular, es poco probable que reciban apoyo -como colectivo- de quienes tienen trabajo. Trabajadores y parados son competidores.

No deberían serlo. Me parece que una sociedad inteligente no tendría que permitir que hubiera desempleados. Es un despilfarro social, pero también debe ser interpretado como un menosprecio hacia la capacidad de cada uno, un insulto a la cualidad humana, un desprecio a la voluntad que hay que suponer en todo ser humano para aportar lo que sabe a los demás.

Bien está que se arbitren prestaciones al desempleo, que se doten pensiones no contributivas y que se conceda asistencia social a todo el mundo, incluso a los inmigrantes de allende los mares. Pero resulta éticamente muy duro, tecnicismos aparte, que se admita la necesidad de un paro estructural para que la oferta y la demanda laboral se mantengan en equilibrio.

El derecho a un trabajo, y digno, está prácticamente reconocido en todas las Constituciones de los países avanzados. No vendrá mal, como un toque a las conciencias, tener un Día del Desempleado en el que se nos recuerde que la sociedad no tiene derecho a negar el acceso al mundo laboral a todo el que desee trabajar. Sin contar con que, además, la mayor parte de los que desean trabajar, lo necesitan, y mucho. Económica y sicológicamente.

Deberíamos de convencernos de que también los necesitamos a ellos, los demás. Los que tenemos trabajo.

Perdone el lector una puntualización final. Estoy hablando desde el mundo global: los desempleados a los que me refiero están, fundamentalmente, en los países en vías de desarrollo, que son un colectivo mucho más numeroso que el que formarían los desgraciados con que nos encontramos, pidiendo limosna, al doblar esa esquina.

Al pairo: Tenemos a la naturaleza bastante confundida

Al pairo: Tenemos a la naturaleza bastante confundida

Cuando la vejez asoma sus narices, el ser humano tiende a repasar las raíces, y, al menor descuido, encuentra a sus recuerdos anidando en el pasado de su niñez y adolescencia, que suelen ser épocas vinculadas a la felicidad.

Yo no soy de natural especialmente nostálgico, pero como he dado tantas vueltas por el mundo -ay, canto rodado no cría musgo-, a veces me entretengo en recuperar viejos conocidos, algunos, incluso, amigos muy verdaderos, que el tiempo y las circunstancias han dejado arrumbados de mi irregular y nómada existencia. Suelo fracasar en el reencuentro, es decir, me decepciono: ellos han seguido otros caminos, han cambiado, no me es posible recuperar (ni a mí, ni a ellos), la vieja sintonía.

Hace un par de días, pude reencontrarme con un compañero de adolescencia, al que no veía desde hace muchos años, aunque, por supuesto, seguía sus andanzas. Su nombre viene al caso, porque es uno de los especialistas mundiales en álgebra computacional, catedrático de Matemáticas en la Universidad de Cantabria, y, seguramente, uno de los mejores poetas que pudieron ser en España. Me refiero a Tomás Recio Muñiz, hombre de conversación fácil y sincera, pipa aún en ristre, ágil e inteligente como pocos.

Tomás me explicaba, en cierto momento de la apasionante charla en la que ambos redescubríamos que habíamos evolucionado pero seguíamos siendo muy amigos, que trabaja desde hace tiempo en perfeccionar -con un equipo de varias decenas de especialistas en computación y en topología- un programa informático que define las condiciones imprescindibles para que problemas geométricos imposibles tengan solución; se cumplan.

Me puso un ejemplo para legos: "Si unimos las bases de las alturas de un triángulo, el programa puede definir de inmediato las condiciones para que el tríangulo así formado sea equilátero. En problemas más complejos, se puede determinar, dadas unas condiciones de contorno, las premisas geométricas para que se cumplan los resultados topológicos que deseemos, haciéndolos posibles. La aplicación al diseño de estructuras complejas es imaginable, como ayuda para trabajos de ingeniería y delineación."

No quiero abrumar al lector con una falsa erudición (por mi parte) de lo que comprendo que es trabajo de especialistas. Pero las reflexiones de Tomás, ya reintregado yo a mis torpes quehaceres, me han planteado esta cuestión: ¿Cuáles son las condiciones de contorno en las que el ser humano cifra, en la actualidad, su búsqueda de la felicidad?. ¿Cuáles son, hoy por hoy, nuestras premisas?.

Creo que nos hemos hecho más egoístas, más inmediatos, más insolidarios. Nuestra sociedad contemporánea ha tendido al ser humano, muchas trampas, y hemos caído en ellas. Antes se oía mucho, por ejemplo, que "la naturaleza es sabia". En esta época de agnósticos, dudo incluso que haya homogeneidad en asignar este atributo a nuestra madre indisputable.

La tarea de la búsqueda solitaria de la felicidad encuentra su apoyo en la permisividad, la dejación y la tolerancia, cobijadas bajo el paraguas del llamado talante democrático. Esas falsas virtudes se han hecho fuertes en nuestro hogar común, y ya no es fácil echarlas de nuestra sala de estar.

Queremos enriquecernos pronto, disfrutar al máximo y lo antes posible, consumir sin importarnos los efectos. Todos somos testigos del grave deterioro de la naturaleza, pero pensamos que es una consecuencia inevitable del progreso. Asistimos a la pérdida de valores educativos, pero  nos hemos convencido de que es un efecto inevitable del cambio de tendencia. Le ponemos precio a nuestra honradez, a nuestro cuerpo, a nuestra tranquilidad familiar, al respeto debido al otro. Todo vale, porque todo es materia de comercio.

¿Son correctas nuestras conclusiones, es acertada la definición de nuestras condiciones de contorno?. Mi opinión, poco autorizada, pero leal, es que serían posibles otros fundamentos, otras actuaciones, para llegar a un objetivo más satisfactorio. Al fin y al cabo, la felicidad individual tiene cortas las patas. El tiempo se acaba rápido y las opciones a probar son infinitas y muy pocas conducen a soluciones verdaderas.

Tenemos, aventuro, a la naturaleza bastante confundida. Olvidamos que el cauce no lo ponemos nosotros, que el camino de la evolución está trazado desde fuera, por una fuerza muy superior a nuestra capacidad de controlarla. Habrá que gritar otra vez, pues, Vivan las caenas. El verdadero problema está en concretar cómo y por quiénes se ejerce el liderazgo. Y para qué les permitiremos ejercerlo.

 

A barlovento: Reflexiones previas sobre Agua y Territorio

Hoy celebraremos la Tertulia sobre "Agua y Ordenación del territorio" en el restaurante AlNorte. Repasando diferentes notas sobre este tema de gran actualidad (se ha difundido hoy, por ejemplo, que más de 300.000 viviendas aprobadas para nueva construcción en España no tienen garantía de agua), he encontrado un artículo, del que soy autor, publicado con ocasión del Dia del Agua hace ya cuatro años.  Como sucede con otras reflexiones, el tratamiento sigue vigente. El mérito no es mío, sino de los bien informados colegas que participaron en aquel otro debate, que tuve el honor de dirigir.

Por eso, creo interesante incorporar aquel artículo a mi Cuaderno, para que sirva como información previa al debate que hoy, con nuevos elementos pero con parecido espíritu, trataremos de actualizar.

Sostenibilidad, agua y Medio Ambiente en España.  

1.    Introducción

El pasado 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, dedicado al Agua Dulce, el Club Español del Medio Ambiente realizó, como cada año, su particular celebración. Contando con la colaboración de la Fundación José María Blanc para la Defensa de la Naturaleza, en el marco excepcional de Cañada Real (El Escorial),  el Club reunió a un grupo de expertos para debatir, de forma abierta y distendida, durante un almuerzo-coloquio, la situación del agua dulce en España.

Bajo el lema “Sostenibilidad, agua y medio ambiente en España” se abordaron durante dos horas, algunos de los temas cruciales que ocupan la atención de los expertos y, por supuesto, de la opinión pública.  Esta comunicación no es, exactamente, la reseña del debate.

Se había indicado a los contertulios que no era necesario que preparasen notas o ponencias, y ello hizo que algunos de los datos manejados no  fueran del todo lo precisos que exige una publicación posterior. Pero lo importante eran las ideas y opiniones que se expresaron, decantadas a partir de una experiencia profesional rica y variada, y de la realidad que los profesionales reunidos están viviendo.

A partir de este contexto y glosando algunos de los puntos de atención detectados, se elabora este documento, que pretende ordenar el debate a posteriori y  reflejar el grado de diversidad de los temas abiertos. Se incluyen algunas cifras y comentarios que encuentran su justificación en el carácter divulgador que tiene el documento.

El Club Español de Medio Ambiente está agradecido a todos los intervinientes que, cumpliendo plenamente con el objetivo propuesto, analizaron con toda naturalidad los puntos candentes del panorama medioambiental de nuestro país. Su carácter multidisciplinar permite comprender mejor, cómo en un tema tan sensible es imprescindible huir del dogmatismo y mantener enfoques globales y abiertos. El agua nos atañe a todos, y el tiempo perdido juega en nuestra contra. 

2. Panorama mundial del agua 

El tratamiento del tema del agua dulce en España no puede comenzar sin una referencia a las dramáticas cifras que perfilan el problema a escala mundial. Diversos organismos, entre ellos el Banco Mundial, han calculado en 50.000 Mill de $ la inversión necesaria en infraestructuras de agua en los próximos 12 años, para los países en desarrollo.

Más de 1.200 Millones de personas carecen actualmente de acceso al agua potable, y una cifra quizá superior a 1.000 Mill de personas no disponen ni siquiera del mínimo esencial para la vida (20 a 50 litros/día de agua pura).

En este contexto, la denominada buena gestión del agua tiene, si nos mantenemos a escala global, límites muy importantes que afectan directamente a la aplicación de los principios de la ética y la solidaridad humana. No es posible desplazar tranquilamente a las reglas del mercado ni a la libre iniciativa privada la solución a un problema mundial que de forma directa afecta al derecho a la vida de seres humanos e involucra principios de derecho natural. Las fronteras de responsabilidad y compromiso pueden aparecer con algunos bordes difusos, pero las naciones más desarrolladas han de mantener un compromiso de apoyo técnico y económico a los países menos favorecidos.  

Dentro de esa escala de valores de respeto a un bien comunitario, la responsabilidad por tratar bien el agua incluye situaciones muy cercanas a nosotros, como el de la responsabilidad social de cuantos contaminan el agua potable. Una perspectiva plural que, además del acceso equitativo al agua, supone la correcta educación ambiental y, como ha quedado puesto de manifiesto en el debate, se relaciona directamente con la disponibilidad de fuentes de energía.     

(El texto completo lo enviaré por correo a quienes me lo soliciten. Si se desea indicar el correo electrónico, para evitar spam, no olvidar indicar el signo arroba por sus letras, y no como tal signo)

sigue en la dirección: www.cema.es) 

 

A sotavento: El pozo María Luisa cubrió de humo Langreo

A sotavento: El pozo María Luisa cubrió de humo Langreo

La palabra "pozo" tiene, para la mayor parte de los hispanoparlantes, una connotación peyorativa en la actualidad. Nadie piensa en agua, sino en agujero, en sima, en oscuridad.

Para los mineros del carbón, por el contrario, un pozo significa trabajo, tarea, dinero que llevar a casa. Pero también son conscientes de que un pozo entraña riesgo, peligro, sufrimiento, y si la mala suerte acompaña, muerte. Muy conscientes, porque la tierra se encarga de recordárselo de vez en cuando, a pesar de toda la prudencia y de la técnica que se pone en el trabajo de extracción de lo que la naturaleza no regala.

El pozo María Luisa es el símbolo de la minería del carbón asturiana, que vivió, desde luego, tiempos muchos mejores. La visita a las explotaciones de María Luisa, Sotón y al lavadero de Modesta formaba parte del rito iniciático de las promociones de ingenieros de minas en la asignatura de Laboreo de Minas, y era el primer contacto de los jóvenes estudiantes con la dura realidad de la explotación minera, más allá de los téoricos planes de labores y de los cálculos de geofísica.

Mi vida profesional ha tenido relativamente poco que ver con la minería subterránea. Pero mis relaciones personales con los colegas -algunos de mi familia- que trabajan en y con las minas, y con las restantes gentes de la mina, me han hecho entender y admirar una categoría de ser humano, que es la del minero.

Hoy los periódicos recuerdan una canción muy triste, que se canta, sin embargo, en todas las fiestas de las cuencas, porque es la más conocida de la minería del carbón. Se refiere a un accidente en la mina en la que murieron cuatro mineros, a principios del siglo pasado.

Nel pozu María Luisa,
murrieron cuatro mineros.
Mirai, mira Maruxina, mirai,
mirai como vengo yo.

Traigo la camisa roxa
de sangre d´ un compañeru.
Mirai, mira Maruxina, mirai,
mirai como vengo yo.

Ayer, un incendio en la cinta transportadora que lleva el carbón del Pozo María Luisa al lavadero de Modesta, a 500 m bajo tierra, sembró la alarma en Sama y Ciaño, que se vieron envueltas en humo durante varias horas. Se difundieron oscuros auspicios, se albergaron serios temores sobre el alcance del accidente.

Mi compañero Juan Ramón Secades, presidente de Hunosa, acostumbrado a lidiar con situaciones difíciles, dió la cara desde el primer momento para tranquilizar a la población, al Gobierno y a cuantos seguían la noticia, haciendo de Langreo su centro de operaciones. Tiene buenos asesores y, sobre todo, cuenta con un personal esforzado y valiente, que no se arredra, sino se crece, ante las dificultades. 

Muy pronto, cuando todo empezaba a estar en vías de control, anunció la decisión de inundar las galerías de la explotación a partir de la planta séptima. Una solución drástica, factible gracias a la peculiaridad de la explotación de María Luisa, y acertada, frente a otras opciones de mayor riesgo. Prima la seguridad.

La medida provocará el cierre circunstancial de los pozos de María Luisa y Sotón, así como del lavadero de Modesta, durante uno o dos meses, significando una regulación temporal de empleo para los trabajadores de estos talleres. Las pérdidas materiales serán importantes, pero soportables. El retraso  en el cumplimiento de los planes de Hunosa, posible. Los comentarios críticos respecto a las conveniencias de mantener abiertas las explotaciones mineras, que tantos quebraderos causan, seguros.

El incendio del pozo María Luisa, que se comenzó a difundir con tintes de grave alarma ("riesgo de incendio en todo el pozo"; "posibles varios muertos"; "evacuada la población de Sama") ha quedado apenas en un susto y, sin haber hecho cálculo alguno, en algunos millones de euros perdidos. Pero apuesto a que, cuando se disipe el humo y se vayan los olores a goma quemada, volverán a cernirse pájaros de mal agüero sobre los pozos de las cuencas. Tienen como presa predilecta los mineros.

No tienen que ver con los accidentes ni con las muertes en la mina. Tienen que ver con la incapacidad de nuestra sociedad para distribuir el trabajo disponible, recolocar a sus efectivos cuando algún sector se vuelve obsoleto, progresar con el esfuerzo de todos y no desperdiciar el de ninguno. Y reconocer que algunos -por ejemplo, los mineros- están asumiendo riesgos altos en sectores imprescindibles, soportando, a veces, el lastre adicional de la baja estimación social de ese sacrificio. 


(La foto que acompaña este Comentario corresponde a madrigueras de conejo de campo que viven -en grave peligro, desde luego- en uno de los laterales de la autovía A-6, cerca de lo que fueron otrora las lagunas de Villalfáfila, refugio ancestral de avutardas y otras especies amenazadas o perdidas.

El terreno está minado por el trabajo desordenado, pero eficiente, de aquellos roedores, y, en toda su extensión, el viajero puede encontrar centenares de cartuchos usados, testimonios de las matanzas que los humanos vienen provocando en sus colonias, supongo que en tiempos de paz -léase, veda- como de guerra.)
 

A barlovento: Ponerse las pilas, pero todavía no las de hidrógeno

A barlovento: Ponerse las pilas, pero todavía no las de hidrógeno

La Cátedra Rafael Mariño de Nuevas Tecnologías Energéticas de la U.P. de Comillas ha presentado el libro "El hidrógeno y la energía", del que son autores José Ignacio Linares y Beatriz Yolanda Moratilla. Es un estupendo resumen del estado actual de situación de los usos energéticos del hidrógeno, recopilando, de una forma clara y didáctica, los diferentes empleos posibles del hidrógeno y clarificando, de paso, algunos puntos oscuros de la llamada "economía del hidrógeno".

El libro no se limita a presentar los avances científicos del área, sino que expone un análisis crítico del uso real de ese vector energético que, como la electricidad, no es fuente, sino portador, vehículo, para la transmisión de energía.

Por ello, el sector en el que podría ser razonable -al menos, incorporo yo por mi cuenta, en el estado actual de las investigaciones- utilizar las pilas de hidrógeno, de las que tanto se habla, sería el del transporte. La baja densidad energética de las baterías actuales, confiere a los vehículos híbridos -con alimentación eléctrica y dotados de pilas de combustible- un gran interés técnico-económico, por las amplias opciones de generación de hidrógeno que se derivan de su disponibilidad en la naturaleza y de la versatilidad de su obtención, desde las fuentes solares térmicas o fotovoltaicas, a las nucleares.

La presentación fue magníficamente reforzada, además de por la intervención de uno de los autores del libro, José Ignacio, por la conferencia magistral de Antonio González García-Conde, un ingeniero aeronáutico que preside en la actualidad la Asociación Española del Hidrógeno, en la representación de INTA.

Esto que cuento sucedió en el Instituto de la Ingeniería de España, el 12 de abril de 2007, y contó con la asistencia de un público numeroso, que, como regalo y acicate para la asistencia, al margen del cóctel con pinchitos para la satisfacción gustativa, recibimos un ejemplar del libro que se presentaba.

Casi doscientas páginas que yo devoré con fruición, como quien lee una novela, a pesar de su densa calidad técnica. Su capítulo IV "Aspectos sociopolíticos" merece ser repasado por quienes ordenan la política energética española y por todos aquellos que confían en la investigación tecnológica como la panacea para resolver los problemas de nuestro voraz desarrollo, que tanta energía necesita. No basta decir Fiat Lux, hay que ganarse el final de los túneles con mucha trabajo, inteligencia y medios abundantes.

Presentaciones como la que reseño nos transmiten confianza en que algunos saben por dónde se andan.

 (La fotografía con la que ilustro el Comentario, la tomé en la Exposición de arte Naïf de la Galería Eboli, que está abierta hasta mediados de mayo, y a la que ya dediqué unas líneas en este Cuaderno)