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El blog de Angel Arias

Temas económicos

A sotavento: Consejos para abrir o revisar una cuenta bancaria

La crisis económica mundial, provocada por la falta de solvencia y la amenaza de perderla, de algunas de las antaño más prestigiadas entidades financieras y bancarias, aconseja la profunda revisión de los criterios que juzgan la capacidad económica.

Está claro que las verdaderas entidades de riesgo no son los cuentarrentistas o quienes disponen de sus ahorros en una libreta bancaria, sino los Bancos, Corporaciones financieras y otros inventos de captación de pasivo, que disponen de instrumentos fieles para generar credibilidad, que puede ser pura fantasía en ciertos casos. 

Es imprescindible, por ello, que los ahorradores analicen con extremo cuidado, sin dejarse guiar por ningún índice, clasificación de solvencia o ratio de liquidez, , posiblemente manipulados o enmascarando riesgos, los bienes que tienen de verdad para responder de la devolución de nuestros préstamos, esas compañías que se nos`presentaban con solidez financiera a prueba de bombas y no han sido capaces de resistir una desaceleración.

Por ello, propongo que los que deseen abrir una cuenta bancaria en la que depositar sus ahorros o domiciliar su nómina y, por supuesto, quienes tengan sus dineros prestados a las entidades financieras, cualesquiera que sea su naturaleza y presunta solvencia, les hagan cumplimentar el siguiente cuestionario:

Capital y fondos propios de la entidad. Cantidad de depósitos en cuenta corriente.Obligaciones a corto, medio y largo plazo.Nóminas de la alta dirección, detalladas individualmente y masa salarial total. Bienes inmuebles de los accionistas principales, y constitución de una primera hipoteca a favor del cuentarrentista, para responder de la cuantía del dinero depositado y de las eventuales reclamaciones judiciales, así como de los intereses de demora, en caso de retraso en la puesta a disposición del dinero en cuenta, superior a una hora. Compromiso irrevocable, ante notario, de devolución de todos los ingresos percibidos como directivo por la entidad bancaria, incluídas gratificaciones por asistencia a consejos, en caso de que la misma incurra en suspensión de pagos, cualesquiera que sea su origen o naturaleza.

Bueno, es solo una idea, de momento. Pero el objetivo del comentario está claro. Hacernos reflexionar sobre el principio de que quienes tienen más probabilidad de riesgo no somos nosotros, los cuentacorrentistas de a pié que hemos cumplido siempre con nuestras obligaciones con los prestamistas y, quizá, ya estamos libres de deudas, sino los grandes Bancos y sus inventos financieros, que han estado jugando, según se ha demostrado, a la ruleta rusa -o norteamericana- con nuestro dinero. 

Y resulta que, cuando les ha explotado su elucubración de mala matemática financiera entre las manos, las heridas del desbarajuste tenemos que pagarlas los que no hemos hecho en nuestra vida más que aguantar el sistema con credibilidad, trabajo serio, consejos honestos, austeridad y extrema voluntad de ahorro.

Vamos, que si pudiéramos apearnos del sistema, nos bajábamos ya en esta estación.

A sotavento: No solo la avaricia, también la mentira

¿ Cuándo los valores que cotizan en las Bolsas pierden valor, adónde van los dineros? ¿Se esfuman?

Es es la pregunta que se hacen bastantes de las personas que desconocen o conocen poco de lo que significa la capitalización bursátil. Y es una muy buen pregunta, sin duda. Pero para responderla, hay que conocer cómo se generan las cotizaciones en Bolsa y, para ello, permítaseme detenerme en la Bolsa española.

Se llama capitalización bursátil al resultado de multiplicar la cotización de la acción de una empresa en la Bolsa por el número de acciones en que está dividido su capital. Una empresa en el que los accionistas originales hayan suscrito 1.000 de acciones de 100 euros, tendría un capital social de 100.000 euros.

Pero si, por los buenos resultados de la empresa, se ha generado una gran confianza en su futuro, puede que haya personas que estén dispuestas a comprar algunas de esas acciones de 100 euros a 150 euros, por ejemplo. Estos inversores calcularían la rentabilidad de su inversión, no ya por los resultados de la empresa, sino por la rentabilidad que obtendrían a partir de los dividendos que se distribuyan. Y puede ser que los beneficios sean tan altos que permitan una remuneración aceptable.

Los 35 valores que configuran el índice de referencia de la Bolsa española han llegado a tener una capitalización bursátil de, aproximadamente, 500.000 millones de euros. La disminución de un 30% de su valor promedio, ha supuesto, por tanto, la pérdida de 150.000 millones de euros por parte del conjunto de quienes han invertido sus ahorros en la compra de acciones de estas empresas, si lo hubieran hecho  al valor que tenían en el momento en que tuvieron la mayor cotización.

Puede suceder que las buenas expectativas de las empresas sean magnificadas por hipotéticos momentos de bonanza. Puede que sean falseados los resultados, engordándolos con fraudulentos -pero ocultos- hinchamientos de los fondos de comercio, de los activos tangibles e intangibles, generando falsas bolsas de resultados en las participadas y filiales.

Se genera así una pelota de difícil control, sobre todo en las empresas grandes y complejas, inflando una burbuja de ilusiones futuras fundamentada en la fantasía. Los inversores foráneos, incapaces de saber la realidad de lo que está pasando en realidad dentro de las empresas, seguirán metiendo dinero comprando acciones a precios muy por encima de lo que en realidad valdrían, y los beneficios para sus inversiones llegará un momento en que ya no puede mantenerse. Una versión algo más sofisticada del timo de la pirámide.

La única manera de conocer si una capitalización bursátil está sobredimensionada es referirse a los resultados reales de las empresas, y relacionarlos con ese valor total de la empresa. Si una empresa tiene unos beneficios de 1.000 millones de euros anuales para una capitalización bursátil de 100.000 millones, no resultará divertido a muchos inversionistas saber que están siendo remunerados al 1 por cien anual. Si invirtió cien mil euros -en realidad, da igual la cantidad que haya invertido, obviamente-, y contando con que no hubiera inflación alguna, harían falta cien años para recuperar la inversión, sin rendimiento...

Por eso, la única esperanza de ganar dinero para quienes inviertan en empresas con alta capitalización bursátil -a menudo con per de 30 o 50, (per es el acróstico de price to earnings ratio, precio de acción dividido por beneficio)- es encontrar a otro crédulo mayor que crea que va a mejorar ese ratio, y no tendrán que esperar tantos años a que les devuelvan su dinero...

No solo la avaricia, estimado Joaquín Almunia, también la falsedad o la mentira,son culpables de la crisis financiera internacional. Con nombres y apellidos.

Porque esos 150.000 millones de euros que ahora se presentan como perdidos, son los ahorros de millones de personas a los que, poquito a poco, cuidadores profesionales de inversores más sabios, han ido convenciendo que debían sustituirlos en el riesgo.

Contaron con el inestimable apoyo de las informaciones y análisis bursátiles de gestores bien pagados, expertos financieros, gansos capitolinos, ruidosos analfabetos, patanes crédulos, economistas masterizados y ciertos estudiosos bien intencionados -que de todo hay, e híbridos suyos- que crearon el tiempo necesario para que las grandes fortunas cambiaban de escenario.

No se sienten culpables, porque ellos no generaron el pánico general al saber que, una vez más, este rey iba desnudo. Y una estampida es siempre difícil de parar. Hay que esperar a que los cornudos se cansen de correr despavoridos, o lanzar tiros al aire desde varios sitios, para que la manada se reconcentre sobre sí misma. Ambas propuestas están siendo analizadas por los gobiernos de los países desarrollados, aunque con otras palabras, imagino.

Jugando en corto: Algunas propuestas para salir de la crisis

Aunque ha habido durante bastante tiempo confusión terminológica, la desaceleración económica es, definitivamente, crisis, y profunda. Hay que sacar consecuencias políticas al respecto de quienes tenían la obligación de detectar la venida de la ola de disgustos y no lo hicieron, y de los que conocían la peligrosidad del receso y lo ocultaron.

Pero lo que me propongo tratar en este comentario, con las limitaciones de espacio y lugar que son evidentes (a las que no necesito sumar mis propias cortedades), son, como reza el título, algunas propuestas para salir de la crisis.

1. En primer lugar, no hay que esperar a que la crisis económica se resuelva por sí sola o mejore con el tiempo. Tampoco hay que infraevaluarla, porque vale más aplicar medidas excesivas, pero sensatas, que equivocarse de talla en el diagnóstico y calzarse un zapato de otro. Hay que actuar con rapidez, atacando la problemática desde su núcleo.

En España, los problemas fundamentales, en mi opinión son: un endeudamiento familiar intolerable, un exceso de consumo irresponsable, un despilfarro injustificable de los medios funcionariales públicos -sobredimensionados e infradotados-, un desaprovechamiento crónico de las capacidades personales de un amplio sector de la población, y unas dotaciones asistenciales demasiado permisivas e insuficientemente controladas.

Solución: Es obvio que las medidas han de concentrarse en estos sectores y situaciones: revisión de todas las concesiones crediticias, en especial, de los préstamos familiares, estableciendo medidas paliativas para evitar los fallidos del endeudamiento familiar (atención a las situaciones en las que uno de los miembros de la unidad, o los dos, han perdido su empleo); reducir los créditos al consumo, estimulando los consumos de producción propia; congelación salarial, y reducción de las previsiones de contratación fijas en el funcionariado, sustituyéndolas, en los casos necesarios, por contrataciones temporales; extremar el control del gasto público, y muy en particular el dedicado a la atención sanitaria y a la cobertura del paro (vigilando irregularidades); fomentar el trabajo de todos los que tienen capacidades desocupadas, en especial de los jubilados, de los parados, de los inactivos, estimulando su comportamiento solidario y orientando esa actividad hacia los apoyos asistenciales; controlar la competencia desleal y la economía sumergida, especialmente dañina en épocas de crisis.

2. El país ha vivido en sectores clave con el pensamiento puesto en que el crecimiento sería sostenido, y que los beneficios futuros podrían aplicarse para justificar los gastos presentes.

Esa entelequia utópico-financiera, sin justificación alguna, ha traído como consecuencia una gran liberalidad a la hora de juzgar las situaciones actuales, y facilitar la concesión de préstamos, basados en el aumento de los salarios, y en el sostenimiento del empleo. Cualquiera que tuviera una nómina con una antigüedad mínima, podría disponer de dinero para comprar una casa de inmediato -por supuesto, hipotecando el inmueble, aunque, como se creía que todo iba a crecer, sobrevalorándola-. Parecidos argumentos servían para recibir préstamos -a alto interés, eso sí- para comprar un coche, reformar la cocina o hacer un viaje de placer.

Solución: Favorecer la creación de actividad empresarial, impulsando la generación de proyectos, y facilitando los créditos para montar empresas o ampliar las existentes, apoyadas en planes de futuro, que habrán de ser cuidadosamente analizados, desde luego, pero primando la iniciativa individual y el esfuerzo creativo. Impulso a los créditos con garantía en el propio negocio, facilidad para la creación de empresas de capital-riesgo en sectores estratégicos o de mayor impulso y capacidad de arrastre (aquellos relacionados con la producción de bienes de consumo menos relacionados con el lujo y más con la utilidad práctica). Movilizar hacia el mercado las segundas y terceras viviendas, con una ley que proteja al propietario de los impagados y facilite que arrendador y arrendatario se encuentren cómodos en la contratación de alquileres. Resulta sorprendente, desde luego, que la crisis del sector inmobialiario haya puesto en el mercado tal cantidad de viviendas de segunda mano, algunas de antigüedad manifiesta y de baja categoría; cabe interpretar que familias de economía relativamente modesta pretenden ahora, por la vía rápida, traducir en dinero alguna de sus propiedades; esto demostraría un efecto dominó, provocado por el miedo a perder oportunidad, que se debería controlar mediante una inspección de la situación fiscal de esas viviendas y sus propietarios.

3. El dinero de las perspectivas de beneficio y ahorro futuros se concentró en gran medida en la construcción de viviendas generando una bolsa de especulación fácil, desdeñando otras inversiones de aparente menor rentabilidad  o mayor riesgo. Por su parte, los Gobiernos difundieron una imagen de bonanza y disponibilidad de recursos que no se correspondía con los ingresos típicos, al confiar en el mantenimiento de fondos europeos para las inversiones públicas.

Se compraron también muchos automóviles, ordenadores, ipods, televisiones de plasma, electrodomésticos sofisticados,... pero no nos engañemos: una parte sustancial de ese gasto ha beneficiado a las industrias de otros países. Como aquí nunca hemos creído en la técnica, se ha preferido comprar los componentes allende las fronteras y limitarse a ensamblar las piezas.

 Solución: Activar líneas de crédito preferentes a los empresarios con proyectos de autoempleo o en aquellos en los que la cualificación de los empresarios permita valorar mayores perspectivas de éxito. Favorecer la cooperación Universidad empresa en proyectos a corto plazo, decididos por la comunidad social, no por académicos empecinados en la teoría o en conseguir becas para sus postgraduados. Premiar las iniciativas de viabilidad de proyectos empresariales, en especial de los surgidos en sectores relacionados con las tecnologías de mayor desarrollo potencial, difundiendo los logros.

4. Falta decisión para abordar de manera homógénea, coherente y consensuada el problema del desempleo.

Se han dado inaceptables bandazos en la incorporación de trabajadores extranjeros poco cualificados, que han ido desde el fomento del efecto llamada, a la proclamación de que se necesitaba mano de obra porque los españoles no deseaban realizar algunos trabajos, tolerando la creación de una bolsa de inmigración ilegal y la paralela generación de una filosofía de sostenimiento del desempleado, que favoreció la aparición de una picaresca organizada para disfrutar al máximo de las ventajas de una reglamentación social permisiva con las irregularidades.

Solución: Control rígido de la contratación ilegal y las residencias irregulares. Coherencia en las actuaciones respecto a la inmigración y a las opciones de contratación en origen. Facilitar, como objetivo social, el retorno de los emigrantes a sus lugares de origen (que es, sensu contrario, justamente uno de los propósitos de la Constitución Española vigente). Bajar las retenciones a los salarios bajos, permitir el pago diferido del iva y de los impuestos de sociedades a las empresas con menos de tres años de existencia, admitiendo la compensación de beneficios y pérdidas en ese período.

Aumentar las retenciones e impuestos a los salarios y honorarios muy altos (superiores a 150.000 euros anuales, por ejemplo), pero, sobre todo, identificar los propietarios de las fortunas de este país desde el punto de vista de sus orígenes, contenidos y rendimientos; basta darse un paseo por las zonas residenciales de cualquier ciudad de España para hacerse una idea de la cantidad de ricos incontrolados que existen, cuando se compara esa evaluación de campo con las declaraciones fiscales del área.

5. Finalmente, una crisis es una oportunidad.

Los que tienen liquidez se aprovecharán seguro de las dificultades financieras y la ruina de otros. Las mayores fortunas que, al estar bien gestionadas, gozarán de una buena diversificación y óptima información, aumentarán sus beneficios a medio plazo, al comprar a precio de ganga y aprovechar para liquidar excedentes menos productivos. No hay que obsesionarse con la profundidad de la crisis ni bajar la guardia. Se debe seguir trabajando, o, mejor aún, trabajar más.

La crisis, además, nunca será total ni durará indefinidamente: se debe esperar, estar atento y, en el peor de los casos, aplicar individualmente el principio de sálvese el que pueda. Sin embargo, desde la perspectiva política, las medidas han de atender a la dilución de la crisis entre el colectivo más amplio posible, haciendo en particular que los más resistentes económicamente soporten la mayor parte del peso de las medidas restrictivas.

A barlovento: Aprovecharse del turista, un negocio ilegal, cortoplacista e insano

Me gusta viajar, conocer gentes, hablar con ellas y entender algo de lo que las liga a su entorno. No me gusta hacer turismo, en el sentido de formar parte de un grupo organizado, trotar a uña de caballo -o de guía diplomado- entre cuatro ruinas más o menos recuperadas, comprar un cenicero o una medalla para cada miembro menos tratado de la familia y volver a casa cargado con centenares o miles de fotos de cualquier aficionado al clic para contar lo bien que lo pasé con la ilusión de un experto en comunicación e historia.

Me gusta improvisar los itinerarios, dejarme sorprender por lo que voy descubriendo o desechando, entrometerme por lo suave en la vida de los lugareños mimetizándome como si fuera uno de los suyos. No es que me prepare para el viaje, porque no soy metódico, aunque trato de leer antes -y después- sobre lo que voy a ver y compro prensa local, voy a los sitios en donde se reúnen y discurren los paisanos, ...

Por eso, me disgusta profundamente que me tomen por un turista. Los turistas somos imbéciles declarados que vamos a los sitios para que nos timen. Los comerciantes del sitio detectado como destino turístico, cuando llega la temporada, multiplican los precios por dos o por tres, sacan sus abalorios y, para sus adentros, se ríen del visitante.

No entiendo porqué, en la llamada temporada alta, todo es más caro, mucho más caro de lo habitual. Desde las habitaciones de hotel a los tomates, todo el que tiene algo que vender, lo aprecia en un 300%, e incluso más. El pensamiento subyacente no puede ser otro que el que está de vacaciones no es un semejante, sino alguien que se encuentra en una situación anímica en la que ha perdido la noción del dinero, o que su estado de necesidad no merece igual respeto que la de otros semejantes.

Creo que los precios no deberían variar, independientemente del momento del año. Y, desde luego, en ningún caso los productos de primera necesidad. No sé dónde compran los lugareños en algunos sitios durante el verano, pero imagino que han debido acopiar sus víveres unos días antes de empezar la temporada. O, como encontré que sucedía en un restaurante de Palma de Mallorca hace años, tienen dos listas de precios: una para los de aquí, y otra para los de fuera, que esos pueden pagárselo.

Es el síndrome de Dick Turpin, supongo.

Jugando en corto: El Ministerio de Vivienda entra en la cacharrería

Beatriz Corredor, la ministra de Vivienda del Gobierno de España, es una mujer delgada, con aspecto de ser concienzuda, tenaz y algo nerviosa. Vistió una chaqueta verde tapete de juego de póker y un pantalón crema algo ajustado para presentar, en el Foro de Economía de Cinco Días su programa de medidas contra la grave crisis del sector.

Empezó su disertación un poco acelerada, leyendo lo que traía escrito, y acabó contestando a todas las preguntas que le trasmitía el moderador con aire de dominar cada vez mejor el espacio, convenciendo. Ventajas de  quien desde el principio admitió que la situación es gravísima, que no tiene bola de cristal para saber cómo va a continuar, y que lo que le preocupa no son tanto los empresarios caídos del sector, sino los ciudadanos de a pié que necesitan de una vivienda.

No dejó de referirse a la subida de los precios de la que se disfrutó durante los últimos diez años, con un incremento del suelo del 500%, y que motivó que la evivienda fuera refugio seguro a la inversión y utilizado como medio para enriquecerse e incrementar el pasivo. Sin embargo, para ella, lo idóneo sería que el sector de la vivienda siguiera paralelo a las evoluciones del ipc, y lo ocurrido en los últimos doce meses, con un incremento en los precios de vivienda del 2,4% le parece cercano al óptimo.

Tuvo un guiño la ministra hacia las empresas del sector, en las que dijo confiar, "que han tenido que convivir con especuladores profanos", en un sector que ha significado el 7,5% del pib en 2007, y que alcanza hasta el 18% cuando se considera todo el conjunto de la actividad constructora.

Repartiendo afectos, también expresó su "confianza y fortaleza en el sector financiero español, que tiene la obligación de aprovechar esta situación transitoria" y superar la difícil coyuntura. El Gobierno "no pretende influir distorsionando la economía de mercado inyectando ayudas a las empresas en crisis", sino elevando a 1,5 millones el número de viviendas protegidas, aumentando así la oferta de alquiler.

Esta parte del razonamiento me resultó confusa. Si sobran viviendas en relación con el mercado, ¿por qué contribuir aún más, con dinero público, a su deterioro, ofreciendo más habitáculos y comprando suelo?

Se está trabajando, dijo, en el reglamento de desarrollo de la Ley de Suelo de julio de 2007, que obligará a someter a información pública todos los convenios urbanísticos, y la identificación de los promotores, así como la disponibilidad previa de agua, dedicando un mínimo del 30% a vivienda protegida.

El problema básico a resolver, según el Ministerio, es la escasez de "suelo urbanizado", por lo que mantendrá conversaciones para movilizar suelo con los Ministerios que "poseen grandes cantidades" y con la FEM. Se hará una oferta pública de adqusiicón de compra de suelo por Sepes, que añadirá 300 Millones de euros a sus disponibilidades normales, como una primera oferta.

Se detuvo la ministra en explicar el procedimiento, que supondrá una invitación a presentar ofertas, en octubre, con un plazo de 3 meses, que serán sometidas a estudios de viabilidad, reservándose Sepes la opción de compra por otros 6 meses, y valorando la disponibilidad para trasferencia inmediata, la ubicación en poblaciones con mayor demanda de suelo y la relación de precios de compra respecto a la oferta de vivienda, siguiendo modelos de vivienda protegida.

En cuanto a la rehabilitación, el Plan Renove, a través del ICO, movilizará 200 millones de euros/año para este capítulo. De las 25 millones de viviendas existentes en España, más de la mitad superan los 30 años. Por su parte, el IDAE estima que la aplicación estricta del Código Técnico de la Edificación supondría un ahorro energético del 30 al 40%.

No se olvidó de referirse al ámbito rural, en el que viven 18 millones de personas (más del 40% de la población). Se desarrollarán Planes de estímulo en coordinación con la Comisión de Desarrollo Rural, pretendiendo recopilar en un solo tecto las Políticas Urbanas y las de Desarrollo Sostenible, generando también un Marco Regulatorio Básico para la Rehabilitación Urbana, promoviendo el uso más eficiente del patrimonio existente.

Mucha tarea por delante, y un buen talante por parte de la Ministra. La cacharrería del sector de la vivienda, en la que se han estado cometiendo tantos errores, aguarda, convulsa y expectante, la plasmación de ese cúmulo de buenas voluntades, mientras el chaparrón arrecia, pero el aviso para navegantes no pudo ser más explícito: "El dinero público no está para resolver problemas de las empresas en crisis, sino para medidas estructurales".

No sé quién asesora a la Ministra, pero su discurso tiene cierto tufillo a que algunas de las ideas no han sido contrastadas con las necesidades reales del mercado que, no hay que olvidarlo, lo conforman promotores, constructores y, por supuesto, los clientes. Si el Estado se decide a intervenir en el sector, habría que cuidar todas las consecuencias de una actuación pública. Las viviendas de protección oficial han supuesto siempre un elemento más de especulación y una distorsión real sobre las leyes de la oferta y la demanda, de la que no siempre -ni mucho menos- han sido favorecidos los más humildes...

 

Jugando en corto: La conciliación entre familia y trabajo para los autónomos

El 28 de mayo de 2008 se celebró, bajo los auspicios de la Comunidad de Madrid y con el cobijo organizador del Grupo Intereconomía, un Encuentro/Desayuno  -el cuarto- sobre "Equilibrio entre vida personal y laboral". En esta ocasión, el enfoque se dirigió hacia el colectivo de autónomos. Lugar: el Hotel Intercontinental de Madrid.

Allí estaba yo. Me interesan las cuestiones relativas a los autónomos, grupo en el que, desde hace años, y por una combinación de factores, milito. No había mucha gente, supongo que porque los 400.000 autónomos de Madrid tenían, en general, otras cosas que hacer.

Los ponentes fueron Blanca de la Cierva (Directora General de Familia), María José Pérez-Cejuela (Directora General de la Mujer), Salvador Garcia Torrico (Presidente de la Confederación Madrileña de Autónomos y Emprendedores) y Alvaro Arenzana (Gerente adjunto del IMADE). Presentó y animó a probar los canapés que se ofrecían en el desayuno, Luis Usera.

No hubo coloquio, sin que se nos diera explicación, con lo que el encuentro resultó cojo. Al terminar de hablar María José, el "moderador" dió las gracias, caló el sombrero, y no hubo nada. La gente tenía ganas de preguntar.  Los ponentes se perdieron, por tanto, mi intervención, pero como hay una remota posibilidad de que lean este Cuaderno, voy a recoger aquí algunas de mis reflexiones sobre el tema.

Me parece que el desenfoque de las actuaciones respecto a los autonómos es aún importante. Se sabe poco de su composición, motivos, distribución sectorial y, más significativamente, de las facturaciones individuales que consiguen con sus trabajos. Mi sospecha es que un número importante de autónomos, cotizan a la seguridad social, pero no tienen actividad.

Sería interesante por ello conocer cuántos de los 4 millones de autónomos lo son por voluntad propia. Si hacemos deducción de estas personas "autónomas vocacionales", cuya inclinación al sacrificio o a la independencia laboral les ha llevado a asumir ese difícil papel social, tendríamos dos tipos de autónomos:

a) quienes, con más de cincuenta años, y como consecuencia de un despido -ahora, con la permisiva legislación, casi siempre improcedente-, se encuentran descolocados del mundo laboral, y se ven obligados a autoemplearse para seguir cotizando a la seguridad social, y tener derecho, al menos, a un trocito de las prestaciones de la jubilación. Si pueden permitírselo, y aunque trabajen poco o nada, se apuntarán a la escala alta; si no es así, se acogerán a la escala mínima.

b) quienes, con menos de 35 años, y como consecuencia de la política de reducción de costes para maximizar los beneficios que impera en las empresas, -cuanto más grandes, más obsesas-, se ven obligados a darse de alta como autónomos si quieren ser contratados. Cumplirán así, en realidad con un horario y régimen prácticamente laboral en cuanto a obligaciones, y deficiente en cuanto a coberturas... Pero como son jóvenes no lo valoran tan dramáticamente.

Nada de eso fue tratado en el desayuno.

Las intervinientes se focalizaron hacia la conciliación de la mujer autónoma joven, entendiendo que la vida familiar a proteger es la propia de una persona casada y con uno o dos hijos menores. No sé cuántas mujeres se encuentran en esa situación, aunque, por lo que oí, no son la mayoría del colectivo.

María José, en su papel político, elogió las medidas de la Comunidad de Madrid y  expuso su criterio de que la Ley 20/2007 genera un marco jurídico prometedor, pero, como sucede con la Ley de Igualdad, no añade medidas concretas a la declaración de intenciones. Cosas que sí está haciendo, por el contrario, la Consejería de Familia y Asuntos Sociales, que desde 2005 viene ayudando a las pymes a implantar la conciliación, y que avanza como una moto con su proyecto de llegar con sus medidas a 400 pymes.

Blanca afirmó que la política de su Consejería combina medidas trasversales con otras más concretas, en ese estilo matricial que sigue tan de moda. El Plan de Familia, que tiene vigencia hasta 2008, agrupa 11 areas y tiene más de 35 objetivos que "en un 95% estarían hechos o ejecutándose". También la Comunidad madrileña habría sido pionera, en la aplicación de los criterios de la Ley de Dependencia y ha superado con creces el objetivo de la cumbre de Lisboa de aumentar las plazas para niños menores de 3 años, que es de 54.000 en la actualidad en Madrid. Se ha convocado por segundo año el programa "Mi municipio Concilia", para favorecer la mejor distribución de los horarios ayudando a las mujeres que trabajan y tienen hijos.

Alvaro trazó el perfil del autónomo en la Comunidad de Madrid, sin embargo: varón español  entre 40 a 54 años, que cotiza en la base mínima, que trabaja en el sector servicios y  no tiene otros empleados a su cargo. Presentó la creación del Consejo Madrileño del Autónomo, y un programa de ayudas de 1 millón de euros, por acuerdo con la Cámara de Comercio. También animó a usar la firma digital, emplear las nuevas tecnologías y aumentar la información sobre las ayudas que pueden aplicarse (están preparando en el IMADE una página web del autónomo, con un buscador de subvenciones).

Salvador confrontó la distancia entre los derechos que la Constitución ofrece a los autónomos y la realidad imperante. 60 horas de trabajo semanal reales, sin vacaciones ni permisos de embarazo o lactancia, sin posibilidad de estar de baja por enfermedad, sin ayudas a la contratación de un empleado -al menos a tiempo parcial- que le permitiera seguir atendiendo a la clientela en caso de incidencias.

Mi visión no es, claro está, tan triunfalista como la de los políticos, y se acerca a la de los técnicos.

Creo que hay que favorecer, de verdad, la situación en la que se encuentran los autónomos mayores, que ven aproximarse la edad de la jubilación con derecho a exiguas prestaciones y, en muchos casos, habiendo cotizado durante 30 o más años a la Seguridad Social con tarifas altas o máximas.

Creo que la conciliación laboral de las parejas jóvenes pasa por dar ventajas fiscales -a las empresas que los contraten o, mejor, a ellos mismos, además de otras ayudas- a los casos en que uno de los dos trabaje como autónomo en casa.

Creo que hay que perseguir la falsificación del carácter de autónomo por parte de las grandes empresas, imponiendo un tope máximo a la externalización de ciertos trabajos, o, en sentido contrario, favoreciendo la contratación de mujeres autónomas.

Creo que... hay que estudiarse mejor el tema, identificando bien los subgrupos del colectivo, lo que los genera, y a quien beneficia la situación actual.

Porque conciliar la vida familiar de los autónomos que trabajan en casa -muchas veces, más de 70 horas a la semana- no es exactamente el problema, cuando tienes una disponibilidad prácticamente completa a tu trabajo y a tu familia, en un mismo sitio. Ya están conciliados "de manera natural". Lo que hay que evitar es que la sociedad aumente sus ingresos financieros con el trabajo extra de unos pocos.

Porque, en principio, y mientras no se me demuestre lo contrario, pocos querrían ser autónomos si se les ofreciera la opción de ser empleado.

Al socaire: Los ángeles inversores vuelan con cautela

En Estados Unidos hay casi 260.000 ángeles inversores (angel investors o business angels), que es la manera simultáneamente piadosa y humorística de designar a quienes están dispuestos a arriesgar su dinero en los negocios de otros.

Estas almas confiadas ponen capital para impulsar el comienzo de una aventura empresarial, a cambio de una participación en la empresa. A diferencia de las socidades de capital-riesgo, no tienen intención de incidir en la gestión del negocio; simplemente se fían del promotor, bien porque no tienen capacidad para controlarlo, o porque prefieren limitarse a recoger los frutos sin importarle quién cuida el árbol.

Un estudio de la Universidad de New Hampshire, ha puesto de manifiesto que la mayoría de los ángeles son varones y blancos, y, además, que estas criaturas del negocio inversor empiezan a manifestar reticencias para volar fuera del tiesto.  

En 2007 invirtieron 26.000 millones de dólares, en casi 60.000 proyectos, lo que supone una inversión media de 440.000 dólares por unidad (unos 300.000 euros), lo que no está nada mal en cifras objetivas, pero anuncia un posible cambio de tendencia, el aviso angélico de que querubines y serafines van a extremar su cautela futura, con vuelos más cortos y más pegados a la tierra.

Aunque el sexo de los ángeles ha sido siempre materia controvertida, las cosas están más claras cuando se les mira con la lupa del dinero, y se les ve el plumero, dicho sea con respeto: la mayoría son varones.

Desde la perspectiva terrenal, que los varones sean más arriesgados que las mujeres –ellas apenas llegan a ser un 12%-, ha de interpretarse en favor de la mayor facilidad para confiar en otros del sexo masculino, al que no le importaría viajar con desconocidos. Que sean blancos -97%-, ya tiene menos valor, pues, en nuestra opinión, no viene más que a confirmar que los que tienen dinero de sobra, aunque no sean estrictamente ricos, son probablemente de tez pálida.

Por lo demás, que la aversión al riesgo aumente, preludia una crisis de confianza en el futuro, que presupone la aplicación del principio teresiano de que en crisis de bonanza, gran templanza.

El software es el sector preferido, con un 27% del capital angélico invertido en 2007, seguido por las empresas de los sectores sanitarios (19%), biotecnología (12%), y energía (8%).

Gracias a las inversiones de estos arriesgados se generaron 200.000 puestos de trabajo, que supone que cada nuevo empleo necesita de una inversión de 120.000 dólares. Y eso que las intenciones de los arriesgados se encardinan por los sectores más ligeros, que son los que tienen mayor dedicación de las materias grises y menos estructuras metálicas.

Todo muy conforme con lo que cabría esperar de espíritus inteligentes, confiados, casi invisibles, y que, dedicados a la contemplación de la naturaleza superior -que, en el caso financiero, toma aspecto de mercado- no desdeñan, al fin y al cabo, el sacar algún rendimiento a sus dineros.

  

 

A sotavento: El Colegio de Ingenieros Técnicos de Minas de Madrid y Gescartera

Algunos amigos me han preguntado cómo es posible que el Colegio de Ingenieros de Minas haya invertido 100 millones de pesetas en Gescartera, esa sociedad de fondos que ocupa desde el año 2001 de forma regular las páginas económicas y que ahora ha vuelto a primer plano de la actualidad por la publicación de las sentencias de condena a sus gestores.

No lo sé. Y no lo sé, sobre todo, porque se trata del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos de Minas de Madrid, según figura en los datos de que dispongo. A la Comisión de investigación del Parlamento que se creó en su día fue citado Enrique Mota Romera, Presidente de ese Colegio profesional hasta su fallecimiento, en julio de 2004.

Aunque la sociedad confunde las denominaciones de algunos titulados, la formación de ambos es diferente, y, como consecuencia, sus calificaciones profesionales. Los ingenieros técnicos son los antiguos peritos o facultativos, carrera de grado medio que se concibió como apoyo a los ingenieros superiores de sus especialidades.Sucede que, al amparo de la similitud de las denominaciones, la “t” de técnicos (en realidad, de grado medio) se ha ido reduciendo de tamaño, hasta desaparecer de algunos currícula. Es el caso, en particular, de aquellos a quienes una brillante carrera empresarial ha llevado a cotas altas de poder, y que no soportan el lastre de reconocer que su formación académica oficial es menor que la que otorgan los estudios universitarios plenos.

Pero, aunque no estoy colegiado en el COITMM, sino en el COISMM, me intriga saber cómo se tomó la decisión de poner los excedentes de las cuotas y visados colegiales en  una sociedad de inversión con base tan especulativa.

Algunos Colegios profesionales, gracias a los visados, sobre todo, han engordado sus patrimonios y, por ello, la dirección de sus Juntas de Gobierno puede ser un bocado de poder apetecible para tomar decisiones económicas. Sacar rentabilidad a los excedentes de los ejercicios ordinarios con esos recursos propios es un reto. Lo que no se asimila fácilmente es que estas entidades mixtas de derecho público-privado que son, por Ley, los colegios profesionales, se pongan a especular financieramente con el dinero recaudado en el ejercicio de sus funciones.