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El blog de Angel Arias

Jugando en corto: El erotismo de las palabras

Jugando en corto: El erotismo de las palabras

Completo hoy la reseña que hice hace unos días sobre la Exposición dedicada al Erotismo (Pintura, Fotografía, Escultura y... Poesía) que se está celebrando en la Galería Angulo de Oviedo.

Me dejaron leer, el 23 de abril de 2009, en la Sala Naranco, del Hotel de la Reconquista, uno de mis poemas.  Fue después de un calentamiento de motores mentales -no sé si de otra índole, opino que no- en el que fueron recitadas obras de contenido erótico-sensual de poetas más consagrados por la crítica o por la publicidad en el oscuro arte de concretar la imaginación con las palabras.

Yo había puesto a disposición de las organizadoras, Chusca y Arancha, casi una veintena de mis poesías, aunque, como el tiempo es escaso y la competencia de vates mucha, no hubo sitio para más desmostraciones de lo bien que creo que escribo. Recojo al final de este Comentario la seleccionada.

Me dieron incluso un premio, aunque yo -ignorante de las reglas, como de casi todo lo que da méritos a la carne- no sabía que estaba participando en un Concurso, y cuando me llamaron para recogerlo casi tengo que salir de los servicios, en donde estaba lavándome las manos.

Encontré a mucha gente que hacía tiempo que no veía, y otros con los que tengo más ocasión de encuentro. Estaban colegas de la ingeniería, como Quique y Paloma Uría o Jaime Ríos, otro Minero, que oficiaba hoy de consorte de la pintora naïf Marisa Norniella -tiene cuadros también en Madrid, en la Galería Eboli-; los Ríos son padres orgullosos de una arquitecta-pintora que ayer tenía el galardón de haber vendido el primero de los cuadros de la Exposición, de los muchos que se van a vender en esta muestra erótica.

Allí me topé con una de las personas que aprecié y admiré cuando era aprendiz de pintor y modelador, el arquitecto Fernando Alba.

Me dió una satisfacción magnífica: verlo, y mucho más que me dijera que le pareció espléndido mi poema. Fernando fue una referencia ética, como persona y como artista -el siempre esculpió, soldó y rascó a contracorrente- en aquellos otros tiempos en los que yo empezaba a hacerme invisible, artísticamente hablando, entre Lombardía, Pol, Angel Guache, Jaime Herrero, Carlos Sierra (el manda más de la Expo Erótica de Angulo, y que figura en la foto con la que ilustro este comentario, junto a Estrella y Marisa), Felipe Prieto (por un recital rojeras suyo siendo yo Presidente de la Asociación de Alumnos de la ETSIMO a finales de los sesenta casi me meten en la cárcel), Luis Fega, y  algunos (hoy parecerían muchos) otros.

Andaba por allí, por el Hotel Reconquista, en otra dependencia., el delegado del Principado en Asturias, Miguel Munárriz, que, en olor de multitud, celebraba la aparición de no se qué libro sobre la Cultura. En Oviedo hay gente de sobra para todo, porque, en otro acto, había un grupo numeroso discutiendo sobre calidad, al que acabé incorporándome con parte de los míos y guiado por José Luis Carús, que se me apareció por allí.

Otro viejo amigo, Carlos Rodríguez, había leído poemas de los otros, más mayores, muchos (¿todos?) muertos. Qué voz, qué empuje, cómo suena. Me hizo la primera entrevista para la radio, cuando yo tenía diecisiete años, y oficiaba de neófito de las letras porque me hicieron un hueco en el Ateneo de Oviedo  y de Luis F. Canteli. El,  con unos pocos años más, era ya locutor de fama en Radio Nacional. Tuvo que repetir parte de la entrevista, porque me atraganté con las palabras. Como ahora, a veces.

También leía/leyó una hija de Gerardo Turiel, abogada como yo ("Fuí alumno de tu padre"."Yo no, por fortuna. Con mi padre no hubiera pasado de primero en la Facultad"). Adecuada sensualidad imprimió a sus lecturas. Le recomendé mi blog, porque en él hablo un poco de mi relación con el que fue abogado de Trashorras, antes de que pasara a defender causas por las nubes.

Me obsesiono celoso

de que nuestros sexos se hayan comprendido tan bien,

y me rompo la cabeza pensando si el amor

que hoy te compongo

no es un pretexto que me sirve para ocultar que lo mío

ha sido siempre lujuria,

por lo que ahora, renco y ciego

para todos los colores salvo el negro,

no tengo otro remedio

que aportar imaginaciones a tus gritos

y golpes de teatro

a mis traspiés en el escenario de tu cama.

 

Con las canas teñidas de rojo jena,

débil hasta para subirme hasta tus manos,

mantengo por orgullo los modales de un atlante

pidiendo por favor que te lo creas,

engañándome sólo a mí,

el único espectador que sobrevive

a esta función representada en tantas creces,

ocultando las arrugas bajo los afeites y el maquillaje al tuntún,

amagando que lucho con las fuerzas

de un Sansón de pelo recién cortado,

inseguro creyente que quiere demostrarte

que mi cariño es duro y firme como el año pasado.

 

Voy vagando de un lugar para otro

para no coincidir en el centro con tus buenos recuerdos,

intentando vivir de las rentas del pasado,

multiplicando mis empeños hasta la extenuación,

oculto entre las pajas y el humo,

preguntando qué fue de la fuerza que nos unió tantos años,

descendiendo gacho por haber consumido mi vez

en la cumbre de Venus, sabia, de tu sexo.

 

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