Blogia
El blog de Angel Arias

Poesias de Angel Arias

Despreciar lo que venga de la plebe (Soneto)

Despreciar lo que venga de la plebe/
no mejora del engreído las ideas,/
porque incluso en recónditas aldeas,/
fantasía por allí feliz las mueve.

Razón para desconfiar de las raleas/
y cuantos al pretexto de lo breve,/
dan a lo grave el alcance de lo leve/
y confunden la pleamar con las mareas.

El pensamiento, mejor cuando esbelto/
y transparente, de forma que así veas/
si por fuera es el mismo que en lo vuelto./

Y siendo arduas o nuevas las tareas,/
oblígate a dejarlo libre y suelto/
en vez de tirar por él de las correas.

@amarias

Siendo imaginación oscuro fluente (Soneto)

Siendo imaginación, oscuro fluente/
no es fácil encontrar para una rima/
la exacta voz cuya cadencia anima/
a ver la forma con razón coherente.

Ha de admirarse, pues, al que valiente,/
ignora límites, fiado; sublima/
su poder, arriesgándose a una cima/
que avisa de fracaso a quien lo intente.

Sobran vates que hagan versos por dinero/
y enamorados que, ebrios por el gozo,/
pretendan que su bodrio sea ligero.

Entre tantas razones de destrozo,/
es corriente que del ánimo más fiero,/
apenas quede para el caldo un trozo.

@amarias 2011

Va de sonetos

A reflejo de amor, por verdadero,/
confundió la pasión. Ciego y contento/
dejó de estar a su labor atento/
y sus pies en pos a andar puso ligero.

No tardó el tiempo, como el viento,/
en borrar las huellas por entero./
Destruyó los resquicios, muy severo,/
dejando a la emoción sin fundamento.

Volviendo a su razón el pensamiento/
halló forma de poner un solo pero/
a tanto andar para acabar sediento:/ 

Si hay prisas, nadie estará certero,/
y si malentiende un no por argumento,/
en vez de vale va a decir te quiero./

Otro

A despecho de edad, sigo en la brecha/
y no hay peligro ni hueco que por hondo/
me impida culminar punto redondo/
ni obtener satisfacción de la cosecha.

Cazador, cambio de presa, si sospecha;/
recogiendo, no me empleo muy a fondo/
para no dejar un erial mondo y lirondo;/
si va mejor, lo intento en otra fecha./

Joven, de las disputas en el medio/
fui; donde más profunda, en el agua/
me metí. Medicina para el tedio,/

llevé a fundir hierros a otra fragua,/
acalorando a la fogonera del asedio/
y enjugando sudores con su enagua./

 

@amarias

Otro soneto

 

Es condición fugaz, síntoma pueril,/
despreciar todo lo viejo por antiguo/
y así dejar tan mondo como exigüo/
el argumento de frente y de perfil./

Valor eterno obtienen el oro y el marfil/
y poco precio alcanza cuanto ambiguo,/
hasta tanto lo analizo y averiguo/
qué es lo que tiene de serio o de gentil./

Traiga la juventud al ruedo sus vasijas/
vacías, que el tiempo hallará seguro el modo/
de llenarlas mejor, y entienda son prolijas/

las manías de rechazar de mano todo/
pues si olvidan sellar bien las rendijas,/
donde crean poner nombres, queda apodo./

@arias

Varios sonetos

Sucede que al llegar la primavera/
nos olvidamos raudos del invierno,/
sin preocuparnos algo tan siquiera/
de cambiar los abrigos por el terno.

Para quien tal situación fuera primera/
convendrían los consejos de un externo,/
pues siendo verdad que nada es lo que era,/
respecto a ilusiones, rige sempiterno

que fugaz consuelo sirve al ánimo/
hallar el jardín lucido con las flores/
de bulbos que él plantó con sabio mimo,/

ni ayuda pintar lo negro con colores./
Trae más cuenta dedicarse, estimo,/
a aportar al condumio más sabores./

 

------

Por el ventanal, de par en par abierto,/
se cuela, incómodo, el estruendo/
con que la calle organiza su concierto/
de falsa actividad. A trozos va cayendo/


sobre mi mesa, aturdido y yerto,/
el humor esperanzado con que entiendo/
podría arribar, pacífico, a buen puerto
si amainara griterío tan horrendo.

Víctima soy de la burda parsimonia/
con que el ruido tribal, un rival terco,/
destruye sin piedad mi ceremonia: 

conjuro personal con que me acerco,/
bien provisto de ceras y colonia,/
a poner al vocerío, simple cerco.

-------------

En dificultad, bendita la fragancia/
de una mano amiga; el tono franco/
es de más valor que la abundancia/
como ayuda a saltar del negro al blanco.

Mejor que educación, sirve elegancia/
para custodiar con suerte el flanco/
que asalta persistente la ignorancia/
intentando tirarnos al barranco.

Si preocupa lo que el odio me pervierte,/
no causa daño ni produce mella:/
por no temer, no temo ni a la muerte.

Donde verdad y razón, dejo mi huella./
y siempre convendré junto al más fuerte/
que la amistad cualquier resquicio sella.

 

 -----

De las risas y locuras con que anoche/
en tus labios recogí dulce salitre,/
fui llenando feliz con gran derroche/
la inspiración infantil de mi pupitre.

Firme serenidad sirvió de broche/
a mi pasión; juez que así arbitre/
se verá libre del menor reproche/
juzgando por igual paloma o buitre.

Uvas tus manos y los muslos, piña./
Todos frutos de momentos en que ahora/
glosando el placer, amor escudriña/ 

y con reflejos dorados de la aurora,/
añade miel. Recuerdo se encariña/
y yo navego luciendo más eslora.

 

@arias

Soneto

Si amor fuera sustento, convendría/
que como contrapeso de momentos/
en que arrecien las mareas o los vientos/
sobrará auxilio de más filosofía./

Pero necio es negar categoría/
al cómplice que exige andar atentos/
para acallar sus deseos descontentos/
antes de yacer en busca de alegría./

Que no nutre amor, siendo evidente,/
a  solaz del estómago en provecho/
otros bienes convienen que sustente./

Al placer del comer, sirve el derecho/
a trabajar; y al hambre del presente,/
más que amor, es labor mejor pertrecho./

@arias

Poema: Existo porque tú te lo crees

Poema: Existo porque tú te lo crees

Existo porque tú te lo crees,
porque al hacerlo me devuelves la certeza
de que no soy producto cruel de una fantasía
de alguien superior que me sujete a sus antojos
y que encuentre su enigmático disfrute
en jalonar de dificultades mi sensación de vivir.

Existo porque me siento capaz
de quererte junto a mí,
porque me alimento del deseo
de reencontrarme activo en tu presencia,
y contigo como comodín, acierto a proseguir en el empeño
de detener el progreso de la incómoda locura
que me quiere convertir solo en vacío,
negándome una y otra vez.

Existo por tu razón, y porque con ella soy más fuerte
para plantar cara a la conspiración de falsedades
que sacrifican mis deseos
con la dedicación de un matarife sistemático,
fantasmas resentidos con planes destructores
que ponen trampas y antojos caprichosos
en cada evasión que me propongo,
y vierten mi sangre en casi todos los depósitos,
cubriendo de desconfianza la inmensa mayoría
de las ofertas de pasión con que me implico.

Pero por mi fortuna estás tú, independiente y activa,
hábil para convertirme las ganas desde el lado del fracaso,
inmensa para no necesitar más que ser tu compañía,
saciando mi apetito voraz  presentándote recia,
experta en consolarme de la duda
de si ha merecido la pena vivir esta impaciencia
con más besos, menos ensueños.

Somos cómplices en la batalla desigual contra el destino,
y esos hijos que hemos lanzado al mundo de lo incierto,
no son una aventura, son nuestras raíces en el tiempo,
y aunque ellos no lo sepan, sirven, como  fuimos nosotros,
a la enigmática promesa nunca formulada
de que podrá haber momentos en que seremos rescatados
desde el espacio del no ser, para ser, válganos Dios,
válganos sino la ilusión de que nuestra pasión tenga sentido,
nuevamente amados, sentidos, presentidos,
reencarnados en otra ocasión como la nuestra.

 

Haukis para empleados

Aquí algunos de los Haukis que tengo escritos con temas laborales:

Incompetente:
mírate en los de abajo,
y avergüénzate.

Un buen jefe
querrá de los mejores
que estén más cerca.

Quienes más corren
no siempre llegan antes
que los que saltan.

A la fatiga,
el prudente descansará,
actuando el necio.

El mejor cambio
es el que se consigue
perfeccionando.

Las buenas ideas
siempre hallan enemigos
con que hacer pelea.

Perdido el tren,
perderás aún más tiempo
corriendo en pos.

Para invertir,
sigue al consejero
que tome tu riesgo.

No hay peor jefe
que el que interviene solo
para criticar.

Nunca negocies
sin dos alternativas
en la reserva.

Oculta el miedo
pero no los peligros
ni la protección.