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El blog de Angel Arias

Jugando en corto: Informaciones, chismes y noticias

La inmensa mayoría de las informaciones llegan tarde, cuando no nos sirven para nada. Otras resultan inútiles per se, porque aunque para otro hubieran acaso sido pertinentes, no tienen aplicación en el campo de nuestras actividades, aficiones o deseos. Pero las más peligrosas son aquellas informaciones que imaginamos podrían servirnos algún día. Para ellas, solo tenemos tres opciones: a) memorizarlas; b) almacenarlas, bien en soportes cibernéticos, o en carpetas que iremos atiborrando de recortes e impresos; c) olvidarlas para siempre.

Una situación parecida, aunque cualificable con porcentajes diferentes a los anteriores, se presenta tomando como referencia las noticias. Una noticia es una información limitada a glosar algo que ya sucedió. La mayor parte de las que llegan a nuestro alcance son inútiles, pero tenemos que tragarlas. Porque la información es generalmente algo deseable, pero la noticia viene a nuestra puerta sin que la llamemos.

Nuestro universo informativo está jalonado de noticias, que ni nos interesan ni nos afectan. Alguien piensa que deberían interesarnos, pero se equivoca, Da lo mismo que se refieran a luchas tribales, campeonatos de fútbol o descalabros económicos. No sabríamos localizar bien a Nigeria -¿el país más poblado de Africa?- o a Namibia, así que de poco sirve que eventualmente se estén muriendo de hambre; ni sabríamos decir en qué Liga consumen energías los futbolistas del Spórting de Gijón, así que nos resulta imposible valorar el efecto de la última derrota del equipo; y como vivimos al día, no entendemos porqué diablos a un tipo al que pagaban menos de cien mil euros anuales le dejaban manejar a su antojo un volumen de depósitos tal que, cuando se equivocó en valorar la tendencia alcista que iba a sacarle de pobre, hizo temblar el segundo banco francés por capitalización.

Los que no necesita clasificaciones para que reconozcamos su importancia, son los chismes. Nos interesan todos. Todos nos afectan, nos estimulan, nos preocupan o divierten. Ocupan la parte central de nuestro tiempo, canalizan las conversaciones con nuestros prójimos. He oído que fulanita es lesbiana. Se de buena tinta que menganito no tiene remota idea de economía. Ayer vi a zutanito y debe estar pasándolo horrible, porque tenía una cara de cansado que tiraba para atrás. ¿En qué nos afectan? Son la base de nuestra sociabilidad, el núcleo de nuestro intercambio de pareceres, el deporte cuyas reglas garantizan que no sufriremos ningún daño, porque son los otros, y no nosotros, los ocasionales afectados.

Gocemos, pues, de los chismes, marginando informaciones y despilfarrando las noticias.

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