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El blog de Angel Arias

A barlovento: La Kermese de las Embajadas

A barlovento: La Kermese de las Embajadas

Por invitación de la gentil  Embajadora de Corea del Sur, An Kyesook, Sra. de Chun-Seun Lee, me dí una vuelta por la Kermese de las Embajadas el pasado 10 de junio, acercándome al Hotel de Miraflores. Como tenía prisa -cuándo no- aparqué el coche en el garaje del Hotel, y cuando entré en el hall, me topé casi de bruces con S.M. La Reina Sofía y diversas personas de su séquito. Tuve tiempo de hacer una foto (esta voluntad de hacer de reportero que uno ha adquirido desde los tiempos de la cámara digital) y recibí la sonrisa y el saludo de la egregia dama.

Pude también escuchar algunos comentarios a mi alrededor: "Qué guapa es"; "Es tan guapa porque es muy buena", decían dos enfervecidas admiradoras, procedentes, por el acento, de algún país hispanoamericano. Doy fe, y la instantánea también, que la Reina está de muy buen ver y, desde luego,  derrochaba cordialidad y simpatía, muy bien acogidas por todos los presentes.

La Sra. embajadora tuvo la amabilidad de acompañarnos a mi esposa y a mí hasta la entrada de la Kermese, mientras alabábamos la talla personal de Doña Sofía. La diplomática amiga, con su habitual cortesía, nos elogió nuestro restaurante, en el que estuvo ya varias veces, con amigos comunes.

La Kermese resultó ser un pupurri de stands de muy variados países y algunas asociaciones benéficas, en los que se vendían objetos y cosas de comer, además de solicitarse donaciones para causas justas.

En aquel momento no cabía nadie más, y a riesgo de que me cayera algo encima -había bandejas de comida que iban por los aires desde no sé donde hasta los puestos de venta de las bolleráis y chucherías-, di la vuelta de mi rigor, pregunté un par de cosas, hice varias fotografías de aquel testimonio variado de colores, razas e intenciones y me fui por donde había venido.

Que si bien está uno para bollos, prefiere tomárselos con algo menos de bullicio.

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