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El blog de Angel Arias

Al pairo: Los conceptos de usabilidad y accesibilidad aplicados a la Unión Europea

Los conceptos de usabilidad y accesibilidad son de uso común en el mundo de las webs, como parámetros útiles para medir sus virtudes o defectos.  La usabilidad de una web sería la facilidad con la que el usuario accede a la información que busca, medida, por ejemplo, en el número de clics necesarios para obtenerla ("Ley de los tres clics").

Para conseguirla, es importante la gestión de los archivos, que deben estar estructurados y jerarquizados adecuadamente. Para las webs de organismos públicos y grandes empresas, que ofrecen miles de páginas de información, interconectadas con otros servidores, y que tienen muchas visitas simultáneas realizadas en su mayoría por usuarios que no disponen de conocimientos informáticos (tal vez el 90% de los visitantes), una alta usabilidad es clave. Las tecnologías para gestión y actualización de archivos (tipo Fatwire, el socio de Indra) se encargan de que las webs cumplan adecuadamente su objetivo de informar e interrelacionar los contenidos.

La accesibilidad de una web, por su parte, puede entenderse tanto como por la capacidad de suministrar información a los colectivos con problemas de visión, auditivos u otras discapacidades (quizá el 3% de la población), como por la posibilidad de hacer las consultas a la web desde una plataforma móvil -por ejemplo, un teléfono portátil- .

Ambos conceptos están de moda, y, por ejemplo, el comunicólogo Enrique Dans revela en su blog que la web del Congreso de los Diputados español, no tiene ni usabilidad ni accesibilidad. Vamos, que por muy orgullosamente que la presente en portada el presidente Manuel Marín, desde el punto de vista tecnológico es un fiasco, "un ridículo espantoso". Y eso que costó alguna cantidad entre los 200.000 euros que afirman desde el Congreso y los 14 millones de ídem que especulan los malvados, aunque esta última cifra debe incluir, además, la renovación del mobiliario y el artesonado.

Porque una creación corporativa virtual como la del Congreso va a ser muy visitada y sus contenidos deben poder actualizarse y priorizarse con rapidez y facilidad. Si además no es fiable, para qué os cuento. Porque parece estar afectada por terribles vulnerabilidades que esos destructores de barreras virtuales, que son los hackers, ya habrán descubierto y ridiculizado, para escarmiento del ego de sus creadores y mejora del malestar de la Humanidad.

Bueno, pues si dejando el mundo virtual me acerco al real, y aplico ambos conceptos a la reciente reunión mantenida por los altos mandatarios de la Unión Europea en Alemania, por los que se negociaron las bases para un nuevo Tratado que sustituya a la no-nata Constitución Europea, resulta que, en mi opinión, esta Unión de Comerciantes y políticos tiene escasa usabilidad y poca accesibilidad, al menos, para la mayor parte de los ciudadanos europeos, a los que les gustaría contar con un espacio común de verdad, seguramente asentado más sólidamente en las regiones que en los Estados.

Los motivos que mueven la maquinaria europea y la fiabilidad de la información copiosa que se pone a disposición del ciudadano interesado (¿el 3%?), son cada vez más oscuros, y es casi imposible enterarse con pocos clics mentales de los motivos y razones por los que se discute tanto en esas graves y fatigosas (por lo que parece) reuniones de los representantes de los Gobiernos. Así que de accesibilidad vamos muy mal.

Pero es que la usabilidad es prácticamente nula. Cuando leo las crónicas de los debates, llenas de anécdotas vanales, tensiones inextricables y enfados incomprensible, entiendo que las fotografías que reflejan el evento se esfuercen en mostrar la buena sintonía personal que existe entre los Presidentes y Primeros Ministros, capaces de sentarse al sol para intercambiarse chascarrillos en mangas de camisa, mientras esperan el momento de volver a casa con los éxitos que se habrán inventado entretanto para convencerse de que la reunión no ha sido inútil. 

Alguna razón tendrá Rajoy, presidente de la oposición española y seguramente futuro presidente de Gobierno, para afirmar que los intereses españoles han sido defendidos por Polonia, quiero decir, por los gemelos Kacsynski. Los mismos que han ordenado mostrar limpieza de sangre y prohibido el top less en su territorio, entre otros avances de claro tufo antidemocrático. 

4 comentarios

Administrador del blog -

Razón tienes, Miguel, en poner el acento sobre las dificultades de valorar el trabajo de los pioneros. ¿Cuál es el precio de mercado para el producto de una investigación que ha conducido, después de años de dedicación y fracasos, por fin, al éxito? ¿Cuál es el precio de mercado de las que se quedaron sin conclusiones válidas, fallidas, en el camino?. Y, en fin, ¿porqué los que recogen el premio de los trabajos más brillantes, de esos escasos ejemplares que han hecho avanzar verdaderamente a la sociedad en el camino de su bienestar, pocas veces son sus descubridores?.

Elmercado no puede valorar aquellos productos para los que no existen referencias previas y eso ha venido siendo una vía de enriquecimiento rápido para algunos. Si son los descubridores del invento, o sus desarrolladores primeros, no me parece mal: es el premio a su esfuerzo innovador; es justo que recojan las primeras mieles y que estas sean todo lo copiosas que su valoración por el público lo admita. Me parece, en cambio, cuestionable que los hallazgos de terceros sirvan para enriquecerse a quienes se aprovechan de la ignorancia de los demás respecto a lo que ofrecen, y máxime si son promovidos por técnicas publicitarias engañosas. Es, en definitiva, el problema eterno del valor, el precio y el coste...

No se si esto tiene mucho que ver con mi post original, pero viene al hilo de tu comentario.

miguel -

Es interestante el comentario sobre la dificultad de valorar el trabajo en las TIC. Cuanto del proceso de consultoria y ejecucion de una aplicacion informatica esta basado en el know how previo de los ejecutores y cuanto en las horas reales dedicadas a ese proyecto?. Por otro lado, cual es el valor de la aplicacion en su misma, y cual el del trafico que genere, por la utilidad que aporta al usuario, y quien debe beneficiarse de esa creacion de valor, virtual, eso si?. Es mucho pagar 200 keuros por la aplicacion web del congreso, pero no pagar 1200 mill por youtube?.

Administrador del blog -

Estoy de acuerdo contigo, Chus. El desconocimiento de los costes en relación con las TICS y la presión de mercadotecnia sobre los usuarios (¿quién se atreveria a renunciar a disponer de una herramienta de imagen tan poderosa?) está provocando el enriquecimiento rápido de los proveedores más activos. Así ha sucedido siempre que se ha producido un cambio tecnológico.


El caso de Polonia obligaría a un análisis singular. Su incorporación a la UE -no es el único país al que puede aplicarse esta idea-, sin tener en cuenta la completa valoración de las consecuencias políticas de integrar un país aún pre-democrático, a un modelo supranacional en el que ya se habían presentado graves grietas (la no aprobación de la Constitución entre otras), ha distorsionado gravemente el ritmo que necesita Europa para constituirse en una referencia mundial, en especial, en los valores éticos y de solidaridad que tan necesarios son en un mundo con fuertes tensiones socio-económicas.

Chus -

La industria de la web es realmente singular. Pagar 200.000€ por la web del congreso es tan exagerado que si fuese cualquier otro tipo de industria, por ejemplo la del ladrillo sospecharíamos que existe corrupción. Pero en el caso de lo relacionado con las TICs el desconocimiento sobre lo que se contrata hace que ni siquiera sean necesarias las comisiones, las empresas se forran con proyectos de este tipo fijan precios de escándalo y las administraciones y empresas los asumen sin más. Lo triste es que después de pagar esa cantidad la web no sea usable ni accesible -en una primera versión ni siquiera funcionaba con el navegador Firefox que tiene una cuota de usuarios del 10 al 15%-.

En cuanto al análisis del mundo real :-) coincido y el último punto -el ejemplo de Polonia- me da miedo porque veo a Rajoy con posibilidades.