Blogia
El blog de Angel Arias

Poesias de Angel Arias

Poema: Te quiero porque no me comprendo

Te quiero porque no me comprendo
de otro modo,
ni me imagino en otra desazón
que buscando tu regazo.

No necesito hacerme más preguntas
que las que pueda hacer tuyas,
compartiendo en tu calma
las que tú me provocas.

Sé que a veces parezco vulgar
pero cumplo con celo mi único propósito:
despertar tus instintos maternales
para volver a deshacerme en tus brazos,
y fingiéndome agotado entre sollozos de júbilo,
oirnos jadear
indolentes ante el tiempo que pasa,
conscientes de que no existe nadie
más importante que nosotros.

Para tener autoridad con la que sacarnos del refugio
que construimos pacientes con los trozos de la nada
harían falta otras razones
que las prisas que llaman a la puerta,
más convincentes revoluciones
que las que bombardean esta ciudad
en donde hemos pedido asilo
para no parecer desarraigados.

(inédito, febrero 2008)

A barlovento: Gran día del Culo

Hoy que se celebra el Gran día del Culo Comiquero, voy a realizar una aportación poética:

La oda al culo, publicada en Absueltos de todo don, en 1979, editorial RKK, de la que soy autor.

17

Parte radical del cuerpo, culo
que por mitades la carne desparramas
cual cabello de Venus; tu certeza
encuentra en ambas piernas
cauce digno. se bifurca solemne,
río de esperanza y de promesas.

Monte de excelente morbidez. plácida cama
que a otro vientre das tu paz y hartas de sólido reposo,
llenando de propuestas y dones su destino.
Culo que estás allí donde se descubren futuros,
se hacen show las razones, se resuelven escollos,
cruz de pagana santidad, cara que beso
con emoción de perverso,
culo a cuya llamada siemrpe acudo,
interrogante abierta que es ánfora de luz
que solo el paréntesis de tu vientre cierra.

Parte más noble del cuerpo, yo te nombro, culo,
extraigo tu mensaje de amor y de banderas.
Toma suave la mano, da destino
a mis sentidos, vuelve sincero el hueco
por  donde se hace fluído el cerebro,
sexo y sinrazón el cuerpo.

(Nota para curiosos: El poema encierra algunos juegos internos de palabras. El culo donde se descubren futuros es el oráculo. Donde se hacen show las razones, define el espectáculo. Se resuelven escollos, evidentemente, en el obstáculo. Y la cruz de pagana santidad, si es que necesita alguna apoyatura, se deriva de la imagen esquemática que conforman las nalgas con las piernas.)

Poemas de Encargo por San Valentín

Me preguntaste, trémula, qué tienen mis manos:
pero déjalas hacer, son dulces fieras
cuyo único interés es custodiarte.

Activas, agarran, bullen, rasgan,
te abarcan o recorren cual corceles dementes;
buscan huecos, acaso. Te tantean,
denuncian tu certeza, exponen,
huelen
tu recado oculto. En cada celda encuentran
motivos, pliegues, ritmos, puertas:
te aprenden.

A veces se cercioran de repentinos detalles:
con lentitud avanzan, se detienen, tensan
cuerdas donde se alza tu amada compostura.

Si dormidas, piensan
en tí, incorporan movimientos, se ensayan,
seguramente comprueban que sigues ahí,
llenándose de motivos de inspiración, y se estremecen
improvisando gestos, tics, dispuestas
al azar como repentinas trampas ignoradas.

Ellas te conocen también. Tú las prolongas,
las colmas un vacío de acción y cosquilleos,
y cuando despiertan, lentas,
te atraen, retornan, recuperan, alzan,
desnivelan, devastan, apresuran, afectando
tu descanso imposible mientras permanezcas en mi lecho.

(Escrito en 1973, Angel Arias, Poemas de encargo)

Poema (Del libro Con algo suave)

                                                                        19    
Todos los días empleo algo de mi tiempo,
en demostrarte que estoy vivo,
con pequeños detalles
que soy capaz de improvisar sin rubor,
y, aprovechando tu sorpresa,
me meto en tu piel
como una lagartija. 

Agazapado, sin mover ni una pestaña,
asumo riesgos
durante unos minutos,
(el mayor es que tú
me saques de esa rendija al sol,
ese regalo)
aunque lo que más me apetece
es parar el reloj
y que me tomes por tonto,
así no me harás daño. 

Claro que es una alegría
inmensa
cuando tú me buscas las cosquillas
y yo entonces me hago el pavo real
y me entretengo
como un sabio
en desplegarte,
mi bandera de mayo. 

Me parece que otra vez
me ha caído la cordura
bajo la mesa
pero prefiero perseguir lo inalcanzable
de tu mano
que ser un sensato mercader
con las ganancias de otros.

Poema (del libro No tenemos a nadie, 1996)

Magnicidio presagiado

La Reina Madre me miró
a través del ojo sano que tenía,
acarició con mano firme mis cabellos
y despertando en mi sueño
ardores de doncella, dijo:
Hijo, estoy orgullosa
de tí, por lo que has hecho,
pero me sale mucha más emoción
de las entrañas
por lo que no has hecho,
querido mío. 

No has movido un solo dedo
para protagonizar hechos singulares;
convencido de lo inútil de la Historia,
has nacido para rey de los pacíficos,
y asentado en tu venerable torpeza
te hiciste, sin saberlo, capitán
de las huestes
que vuelven de vacío.
 

No tienes rival en la desgana, amado mío,
haces profundamente feliz a esta madre,
cuando recapacito y veo
que, a diferencia de los demás,
que luchan para conseguir arrebatando
tú para llegar hasta aquí, hasta ningún sitio,
sólo has tenido que sacar la corona del armario
y enfundártela;
y lo bien que bien te sienta.
 

Gran diferencia haces con tus antepasados:
no has decapitado a leales compañeros,
ni mancillado honores de doncella;
eres inocente de haber causado ultrajes
a tirios a troyanos; no te siguen falsarios. 

En tu estado de muermo eres tan perfecto
que no tengo que darte
más que un único consejo:
Cúidate de la depresión, querido hijo;
porque ser Rey con tanto talento tiene
por desgracia
desventaja,
y es que tu esperanza vital es más baja
que la media de tu pueblo.

Considera seriamente

la posibilidad de un atentado.

Los que apoyaron a tu padre,

los descendientes de quienes tanto quisieron

a tu bisabuelo, apodado el tirano,

se consideran traicionados
y esperan encontrarte sin la guardia
para matarte. 

A punto ya de cumplir los veinte años (Poema)

(dedicado a Antonio Gamoneda, que reconoce que "no apunto ideas;

apunto ocurrencias, versos, líneas, en cuanto las identifico con el lenguaje poético"

(EP, Babelia, 24 de marzo de 2007))


A punto ya de cumplir los veinte años
creo que fui yo quien escribi a una bella mujer
una muy hermosa carta de amor
que no tuve nunca la oportunidad de entregarle
porque cuando volví de pasar mis vacaciones con el ocio
ella se habia casado con otro
y yo habia encontrado el amor de mi vida. 

Hoy me he encontrado con esa mujer
a la que  identifiqué facilmente: ella
conservaba el movimiento dulce de sus caderas
tenia la misma sonrisa plena de esperanzas,
sus ojos despedían idéntica pasión,
y con gastado rubor noté que me miraba
mientras yo esperaba para cruzar la calle
cruzándome con ella. 

Por unos instantes pensé tener al fin
oportunidad de entregarle
aquel primer poema de mi amor,
la retahila de seductoras conveniencias
que me sabía de memoria
porque las había usado tantas veces,
y soñé que era tiempo para reclamar acaso
los frutos del trabajo del  joven seductor
que el tiempo había hecho desaparecer,
dejándome por legado un rostro cansado. 

Solo que al verme reflejado en el cristal
del comercio de enfrente, comprendi que estaba a punto
de cometer uno más de los infinitos errores de mi vida.

Ella era la misma, es decir, la belleza
que tanto amamos los hombres al envejecer
y que tanto daño hace a la pasión de los poetas,
pero la joven que estaba ante mí solo era parecida a la otra,
que ya no andaba por allí, porque también se habría adentrado
en el umbral de la edad, y, en otro sitio, como a mí,
solo nos sostendrían la imaginación y los recuerdos.

Cuando pasó por mi lado confirmé que la joven no miraba a nadie,
era solo una mujer bella que caminaba hacia delante,
segura de suscitar oportunidades de amor
y convertirlas en humo, ocurrencias y poemas.


Abril 2006

Poema (Del libro: "No tenemos a nadie", 1996)

                       III  

Como lo nuestro es provocar, al no triunfar,
en otros, el fracaso, con la escoba
damos golpes al techo, que se callen,
no nos dejan dormir gritamos por el hueco.

Les reventaríamos con gusto la verbena
pero estamos atentos a la espera
de que, como en todos los apaños,
cuando suenen por fin las diez de últimas
campanadas del alba que se estira,
bajen el ritmo y desciendan entre risas
por chocolate con churros envenenados a mi casa,
y, ya fuera del programa,
Cenicienta asome travestida,
haga un número de vodevil con sus hermanas,
se despoje de las tres combinaciones
de su íntima caja de caudales,
y entre encajes de ritmo,
con la lengua bífida nos lama las heridas
y nos obsequie con estriptís integral,
vózka de garrafón, como solemos. 

Poema (Del libro: "Con algo suave", 1998)

Poema (Del libro: "Con algo suave", 1998)                                                             2                        

Del amor y otros desvíos guardo
gratos recuerdos, de los ratos
que pasé debatiendo locuras
con las gentes humildes,
de las labores
perdidas en el campo, de mi madre
recomendándome que sentara la cabeza,
de mis maestros y alumnos
dejándome enseñar por imposibles. 

Guardo bellas imágenes de paisajes y hembras,
de la pureza que pude consumir, de atardeceres
y albas entre risas. 

Mereció la pena sin discusión.
Incluso lo que no pudo ser
tuvo su aura de luz, me apetecía;
estuve a punto de lograr tantas cosas
que no hubiera sido justo
conseguirlo todo. 

Soy consciente de que mi cuenta es deudora,
pero si en moneda habitual soy insolvente,
entrego muchas horas
a descifrar señales,
así que no es tan poco,
mirándolo bien desde los lados.