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El blog de Angel Arias

Dibujos de Angel Arias

Cuadro comentado: Jóvenes preparándose para correr

Cuadro comentado: Jóvenes preparándose para correr

Este Cuadro es gemelo del titulado "Adolescentes preparándose para correr", que utilicé como portada de una de mis exposiciones en Oviedo y que es hoy propiedad de un coleccionista gallego, buen profesional de la ingeniería y excelente amigo.

En este, a diferencia de aquél otro, en el que las representadas eran muchachas, la imagen se concentra en un frupo de atletas masculinos, en diferentes posturas que se suponen previas a la carrera.

Obviamente, hay mucho más que he querido incorporar al cuadro. Las posturas de los jóvenes, como en aquél, indican actitudes frente a otra carrera, que es la de la vida.

Realizado en técnica neoexpresionista, en acrílico, el formato es idéntico al otro (45x60) y, aunque ambos fueron iniciados prácticamente al mismo tiempo (2003), éste fue retocado en 2007, cuando ya no tenía en mi poder su gemelo. Quizá por ello, los colores aquí son algo más vivos y el pincel recorre el lienzo con más tosquedad, porque también en la realización he pretendido reflejar el carácter masculino.

Los cuatro caracteres abordan otras tantas posiciones ante el reto: dos de ellos parecen convenir una estrategia; otro se concentra en el objetivo, aparentemente seguro de sí, aunque sin dejar de observar atentamente a sus competidores; un cuarto -el segundo por la izquierda- llama la atención con un despliegue de gestos que indica que, más que la carrera, le importa su propia imagen.

 

Cuadro comentado: Terraza de restaurante bajo luz artificial

Cuadro comentado: Terraza de restaurante bajo luz artificial

Este Cuadro de formato 38x46 (cm) está realizado en acrílico y óleo, a partir de un dibujo que realicé en una de mis muchas veladas en solitario en la terraza del restaurante Alnorte, que fue de mi propiedad (y de mi sufrida esposa) durante varios años.

No es un apunte, sino que responde a la recreación imaginaria de los elementos que me parecía que reflejaban mi concepto de la restauración o, aún más precisamente, lo que yo deseaba que fuera apreciado por los clientes de mi restaurante.

El Cuadro contiene ciertos elementos de referencia, que ayudan a situarse en ese local y no en otro.

La terraza cubierta, muy singular, abierta a una plazuela del Madrid de los Austrias. Un calefactor (que, por cierto, nos robarían al poco tiempo, en las propias narices de la Capitanía de la Legión, junto a los tres compañeros que habíamos adquirido para crear un ambiente cálido en el frío invierno de la ciudad). La reja -a la derecha, en el ángulo superior- que habíamos querido conservar, a pesar de la oposición de nuestros consocios iniciales, y que sería también otro elemento de identificación del restaurante.

En Cuadro está realizado en colores vivos, naranjas, azules y rojos, poco habituales en mi pintura. Me gustó crear con ellos una atmósfera cálida, próxima, acentuada por la presencia, solícita, de una persona -no exactamente una camarera, una mujer joven- que acerca una bandeja con una botella. El destinatario ha tomado ya otra copa, como resulta deducible, por tanto, y ya ha comido. Se supone que bien.

¿La fecha del Cuadro? Aunque el boceto es anterior, lo realicé en 2006, en un momento de plena devoción neo-expresionista, con trazos rápidos y sueltos. Hay varias figuras superpuestas, como es habitual en mis cuadros, con la intención de favorecer varias lecturas, de las que podrán disfrutar -si lo desean- sus propietarios actuales y sus eventuales espectadores.

La joven no mira al frente, sino hacia el centro del Cuadro, en el que hay dos cabezas, una de ellas, sonriente, como reflejadas en un espejo (también puede ser una mesa, puesta vertical). Otras sombras, perfiladas en verde, se introducen hacia la derecha de la figura, más o menos en la situación en que se encontraba la puerta que daba acceso al interior del restaurante.

A la izquieda, se ve la silueta verde de un árbol (un pino), que, como todos los que utilizábamos para decorar la frialdad de la terraza, nos fue también robado -o quemado por los efluvios de los clochard que poblaban la zona y que no dudaban en utilizar la terraza como lugar de pernocta cuando cerrábamos el local, obligándonos a hacer a diario una desinfección y limpieza absolutas del área-.

He querido que la naturaleza de mi querida Asturias, las esencias de todo el Norte español (no en vano dedicamos el restaurante a la cocina del arco atlántico, a la mejor cocina norteña), se reflejara también en la parte inferior del cuadro, avanzando hacia el observador, como si entrara por uno de los huecos de la terraza, entre las dos columnas. Esa tierra roja, fértil, mezclada con los azules del mar, es la constatación de mi añoranza por el paisaje del que no podía disfrutar en Madrid.

Uno de mis Cuadros más personales y, por ello, de los más queridos que he tenido la suerte de regalar a quienes, estoy seguro, sabrán apreciarlo como pocos.

Jugando en corto: Exposición de cuadros de Ingenieros de Minas en Oviedo (y 2)

Jugando en corto: Exposición de cuadros de Ingenieros de Minas en Oviedo (y 2)

La fotografía de este Cuadro, titulado "Trío familiar esperando un regreso", corresponde al segundo de los presentados por mí al Certamen de pintores Ingenieros de Minas. La fotografía ha sido obtenida, como la que ilustra el inmediatamente anterior comentario, directamente de la Exposición que se mantiene abierta en el Café Español, en Oviedo, por mi hermano Juan Carlos.

Había imaginado, en mi confusión ilusa, que el Cuadro, por su ejecución y complejidad temática, hubiera podido obtener el primer premio del Certamen, o al menos, una de las menciones. Representa, en estilo neoexpresionista, una pareja -madre e hija-, de las que el miembro más joven sostiene un niño pequeño.

La composición se sostiene en torno a varias líneas geométricas, evidentemente forzadas, que pretenden dar fuerza adicional al mensaje, ya insinuado en el título: el trío espera a alguien, seguramente -pero no necesariamente- al padre del pequeño. La mujer mayor (pero no de edad aparentemente suficiente para ser la abuela del pequeño- guarda entre sus brazos un ramo de flores (no visible en la fotografía, de baja resolución), de las que el niño sostiene una de ellas en su mano.

Los brazos de la figura de la derecha forman una línea paralela al brazo derecho (izquierdo en la visión del cuadro) de la mujer más joven, excepcionalmente alargado, para continuarse en los puntos suspensivos de las rodillas de la mujer algo mayor (¿otra mujer enamorada? ¿la madre del que no llega?).

Como todos mis cuadros, concebido para admitir varias lecturas, el dibujo se completa con la visión de un fondo en el que se mueven sombras y figuras. Puede ser un aeropuerto, una calle, una casa. Desde un estilo figurativo descuidado, como corresponde al neoexpresionismo, lo más importante es tratar de trasladar al espectador un mensaje, la mezcla de la placidez aparente de los que esperan con la inquietud del que ya empieza a desesperar, porque nadie aparece todavía y, además, los expectantes, en ese momento, se están preguntando lo que hacen allí. Por diversos motivos.

En cuanto al color del cuadro, pintado en acrílico, he querido dar predominio a los tonos pastel, con combinaciones de naranjas y azules. Por supuesto, nada es casual: la mancha blanca sobre la cabeza de la derecha -el gorro de arlequín- se complementa con la silueta del conejo esbozada a la izquierda de la figura de la izquierda. Los toques de óleo pretenden también reforzar el mensaje de calma tensa, que subraya el rojo vivo -la tensión. entre el codo y la mano de las dos figuras femeninas.

Jugando en corto: Exposición de cuadros de Ingenieros de Minas en Oviedo

Jugando en corto: Exposición de cuadros de Ingenieros de Minas en Oviedo

Como dejé registrado hace un par de semanas, presenté dos Cuadros al Certamen de pintores Ingenieros de Minas que convoca cada dos años el Colegio del Noroeste de estos profesionales. No obtuvieron ningún premio, lo que me sorprendió (y disgustó) como se puede imaginar el lector, en especial, si es conocedor y simpatizante de mi pintura.

No tenía fotografías de ninguno de los cuadros con los que participé y solicité a mi hermano Juan Carlos que me enviara una fotografía de ambos, lo que acaba de hacer, con la diligencia y afecto que corresponde. La reproducción que incluyo aquí corresponde al titulado: "Reunión de ejecutivos". Está dibujado al acrílico, con matices al óleo y tiene el formato: 0,80x0,65 (cm), con borde de 4 mm pintado.

Está basado en uno de mis apuntes (de 2006) y lo realicé en octubre de 2009.

Siguiendo el objetivo del apartado "Cuadros comentados", del que tengo ya más de 40 inserciones en este Cuaderno, incluyo a continuación mis explicaciones sobre el contenido y su técnica, invitando al lector interesado a que realice una visita a la Exposición, abierta en el Café Español de Oviedo.

El estilo del cuadro corresponde a la corriente neoexpresionista, de la que me considero seguidor, que toma sus raíces en la escuela alemana de finales del XX, y a algunos de cuyos componentes tuve ocasión de conocer y tratar durante mi estancia en Düsseldorf en los años 1980-85.

Representa una mesa de negociación, en torno a la cual se integran seis figuras (y otras más, apenas insinuadas y que solo se podrán descubrir desde la imaginación del espectador ante el cuadro original).

A la izquierda se encuentra quien, representando al jefe o conductor de la reunión, despliega su argumentación, bajo la luz de la sala -una curiosa bombilla-, sobre una mesa sonre la que yace un cuerpo convertido en mantel, con la cabeza hacia abajo y restos de sangre.

En contraposición, a la derecha, otra figura expone presuntamente sus argumentos con los brazos extendidos, utilizando como intermediaria a la figura del centro, situada su cabeza al mismo nivel que la luz, e igualmente luminosa o iluminada. Varios papeles y restos de informes están desparramados sobre la mesa, y se entreven en el respaldo de la figura sentada, que bien podría estar comiéndoselos.

Dos figuras más, a la derecha, entre asustadas y expectantes, aparecen envueltas en un cierto misterio, pareciendo incluso una de ellas embozada y, en particular, ambas se diría que sobrecogidas y atentas al resultado de la "negociación".

El marco de la discusión se oscurece a la derecha, abajo. Fuera del ámbito de la reunión, señalado por una línea clara, se atisba una ventana, y la claridad de una argumentación que nadie ha puesto sobre la mesa. Al menos, todavía.

Concebido como cuadro de empresa o institución, lo he valorado en 3.000 euros, exactamente coincidente con l importe del primer premio del Concurso en el que no obtuve ninguna mención.

Compuesto y sin premio

Compuesto y sin premio

Aunque no suelo presentarme a Concursos ni de literatura ni de pintura, lo hice al Certamen de Ingenieros de Minas Escritores y gané un primero y un segundo premios por sendos relatos en las dos últimas convocatorias. Animado por este éxito, me animé a presentar dos acrílicos al Certamen de este año de Ingenieros de Minas Pintores, que convoca, como es el caso del anterior, el Colegio del Noroeste.

Hace un rato que el secretario de esta institución, que lo es también del Jurado, me comunicó que no había obtenido ni premio ni mención con mis cuadros. Agradezco a Vicente de la Pedraja el detalle de avanzarme la decisión del Jurado, ahorrándome la frialdad de una carta, indicándome que mis expectativas quedaban arrumbadas.

El ganador fue, una vez más (lo ha ganado varias veces) mi compañero Santiago Esteban Cadierno, al que, por cierto, encontré hace un par de días paseando su temprana jubilación por las calles de Madrid.

Enhorabuena, Santiago. Y enhorabuena al Jurado -formado por los críticos de arte Rubén Suárez, Evaristo Arce y José Antonio Fernández Castañón, a los que conozco desde niño- y a los organizadores, porque estoy absolutamente seguro de que el nivel de los participantes ha sido muy alto.

(PS. No tengo fotos de los cuadros que presenté al Certamen, de formato relativamente grande para mi tipo de pintura. Para compensar, incluyo una fotografía de uno de mis dibujos, con técnica mixta de lápiz, acuarela y pastel)

Exposición colectiva en Oviedo sobre Erotismo

Exposición colectiva en Oviedo sobre Erotismo

Con ocasión de la ampliación del espacio en la Galería Angulo, en el Hotel Reconquista de Oviedo, he presentado cuatro de mis obras. En el contexto de una Exposición colectiva sobre Arte Erótico, cuyo comisario es mi admirado colega en las cosas de la pintura y sobrevivir, Carlos Sierra.

Tienen así los aficionados y coleccionistas de arte, la ocasión de ver una muestra de alta calidad, en el marco excelente de una dinámica galería, muy bien capitaneada por dos incansables: Chusca Morán y Arancha Osoro.

Y tienen también mis seguidores, que me han dispensado una inolvidable acogida en la reciente exposición individual que realicé en Oviedo (Fundación BBVA), la oportunidad de hacerse, a muy buen precio, con alguna de mis obras.

Mucho éxito a la organización y a los participantes en esta muestra que, inaugurada ayer, obtuvo un lógico apoyo de asistencia y crítica.

El día 23 se leerán varios poemas eróticos. En mi faceta de escritor, he cedido varios poemas que serán recitados ese día, en la voz de prestigiosos locutores, como Carlos Rodríguez. 

Os esperamos.

Cuadro comentado: Joven inspirándose en la Iliada para escribir versos de amor (2004)

Cuadro comentado: Joven inspirándose en la Iliada para escribir versos de amor (2004)

Este dibujo a lápiz, de pequeño formato, constituye uno de los múltiples apuntes de campo y representaciones de ideas que fui realizando a lo largo de los años y que suponen, como ya dejé escrito en otro lugar, varios miles de bocetos, muchos de los cuales pretenden suscitar alguna reflexión sobre lo representado, no solamente estética.

El título del dibujo "Joven inspirándose en la Iliada para escribir versos de amor" debe interpretarse como una clave para descifrar un pequeño relato, en esa línea que intenta mezclar iconografía con estímulo a la  imaginación, y que forma una constante de mi pintura.

Presenta la Iliada varios personajes femeninos, todos ellos vinculados al servicio del varón, siendo Hera y Afrodita, posiblemente, los más significados, junto a Helena, la protagonista principal.

La joven se está inspirando, en aquellas: piensa en Hera, la esposa de Zeus, que en la Iliada se representa preocupada por haber perdido su capacidad de seducción ante él, y en Afrodita, la diosa del placer y del sexo, patrona por excelencia de quienes hacen del amor carnal su modus vivendi, que está dispuesta a ayudarla.

Aunque desnuda, la muchacha aparece envuelta en los acicates de la pasión -representada por esa especie de manto rojo, con crestas que semejan fuego- y, en realidad, no está leyendo. No tiene un libro en las manos. Lo que mantiene en su regazo puede interpretarse como un lienzo, o mejor, como una tablilla gigantesca, con algunos grabados, arrugas o fisuras, a la que la figura protege con cariño maternal.

No, no la protege. Se prepara para envolverse con ella.

Analizando el resto del boceto, es imprescindible advertir que los pechos de la joven ocupan una posición distorsionada. Se encuentran en anómala verticalidad, formando una línea con el brazo izquierdo y el rostro de perfil. Realizado sin modelo natural y sin preocupación por la exactitud, el dibujo es un esquema, pero esa deformación tan evidente sorprende, y da a lo representado un toque excéntrico.

Los pechos están bebiendo del relato, están también atentos a lo que el ojo ve.

Así que la joven, está pensando en su entrega por amor, convertida por la imaginación en una más de las hieródulas, las siervas sagradas de Afrodita. Su propósito está ahora claro: desea conquistar al ser amado, confiándose a él con toda su pasión, sin condicionandos ni reservas.

(De la Iliada, versión libre:

Respondió Afrodita, con una sonrisa: "No sería aconsejable negar lo que pide a quien se acuesta con el mismo Zeus." Y, mientras decía ésto, se liberó el pecho, quitándose una faja bordada primorosamente, en la que albergaba todos sus encantos: desde el amor puro hasta el deseo más vicioso, desde las tranquilas conversaciones hasta los lenguajes seductores que harían perder la cabeza a los más sensatos.

Poniendo el ceñidor en las manos de Hera, le dijo: "Toma, esconde entre tus pechos esta faja, y te aseguro que cuando vuelvas a verme, habrás logrado lo que deseas")

Dibujo comentado: Baño en el comedor

Dibujo comentado: Baño en el comedor

Este dibujo a lápiz y acuarela, técnica mixta que empleaba por aquella época -el cuadro es de los ochenta y, por cierto, ha padecido por el paso del tiempo, pues se han borrado parte de los contornos de las figuras y la firma-, es un homenaje a Degas. Mi aportación consiste, en cualquier caso, en la cromática, la ubicación de la escena en un comedor y, sobre todo, en la visión transparente de parte de la figura femenina, muy del gusto de lo que yo estaba pintando por entonces.

El cuadro se encuentra en una colección privada y es reflejo de un momento en que, pintando con cierto frenesí, me dediqué a realizar series inspiradas en cuadros de pintores famosos. Ya lo tengo dicho: cambiaba el momento de la representación, la composición de las figuras, los escorzos o, simplemente, añadía otros elementos.

Tiene en este momento, para mí, el valor de lo que dejé atrás, de la búsqueda de una entidad como pintor más personal y, sobre todo, la satisfacción de que, contemplado hoy día -al encontrarse el cuadro en una casa que tengo oportunidad de visitar con frecuencia-, me sigue pareciendo original. Porque, en la pintura, como en las demás artes y en las ciencias, la originalidad puede consistir, sencillamente, en una ligera variación sobre lo ya creado.