In memoriam del ambiente que conocimos
Nunca he entendido porqué al medio ambiente lo llamamos así, aunque estoy de acuerdo con que ni medio ni ambiente reflejan exactamente lo que queremos decir.
Sean como fueren las cosas de la semántica, lo cierto es que hemos perdido naturaleza a puñados, y la seguimos perdiendo, en todo el mundo. A mí me duele, sobre todo, la que tengo más cerca, porque es la demostración más fidedigna de que no se cumple con lo que se promete, y a todos los niveles.
Encontrar un viejo colchón en una de las orillas del río que define la frontera entre Galicia y Asturias (el Eo) da mucha pena.
Nos dirige hacia muchas responsabilidades: la del insensato que lo arrojó, atribuyendo a estas aguas esencias purificadoras de su ignominia; la de todos cuantos le ayudaron a cometer el acto, pues un colchón no es algo que se pueda meter en el bolsillo; la de las autoridades que, teóricamente, cuidan los ríos y, más en concreto, de éste, uno de los pocos ríos trucheros que nos quedan; y, porqué no, la de todos cuantos pasamos por allí, y por todos los desmanes ambientales que se cometen a diario en nuestro país, y cerramos los ojos, para no ver y no sentir que, al fin y al cabo, un viejo colchón en un río no contamina tanto, pero es un reflejo de la forma en qué tratamos a la naturaleza.
Ambiente que conocimos en nuestra juventud, in memoriam. Dentro de unos años, en que seguiremos conmemorando, como hoy, un Día internacional del Medio Ambiente, el que ahora tenemos será, me temo, una caricatura cruel del que, a pesar de los pesares, aún podemos disfrutar en algunos lugares.
2 comentarios
Angel Arias -
Eladio Bernabé Fernández -