¿Tiene el PSOE alguna opción de seguir gobernando en 2012? ¿Es lo mejor para el pais?
La pérdida de votantes para el PSOE que han reflejado las elecciones municipales y autonómicas (las de las Administraciones "menores" del Estado, para decirlo con analogías jurídicas) ha llenado de euforia, no solamente a los militantes del Partido Popular.
Además de alegrar a su núcleo tradicional de votantes, ha despertado la emoción por un cambio próximo de Gobierno de quienes, sin claves ideológicas, creen, sencillamente, que nuevos aires aportarán otras ideas a la economía, animarán las inversiones y, por tanto, crearán empleo.
Hay que reconocer que la cúpula del PSOE ha reaccionado rápidamente, generando un docudrama muy del gusto de este país, en el que, después de rasgarse las vestiduras afirmando que todo estaba perdido -magníficas las representaciones lacrimógenas de Lizabesky (1)y López y no menor la de José Blanco-, han realizado un ejercicio de catarsis aparente en la que la magnífica contralto Carme Chacón ha ejecutado un aria de hondo lirismo, poniendo todo el corazón en la difícil interpretación de amante despechada.
Como este acto es solo el segundo de la obra que corresponde a estas elecciones, quienes no conozcan el guión, por ser la primera vez que ven la obra, pueden preguntarse quién será el galán que se lleve al huerto, no a la ministra Chacón (habría que referirse a ella ya como ex-ministra), sino a la mayoría suficiente para gobernar durante cuatro años -de 2012 a 2016- a este país lleno de nieblas mentales que aún se conoce en los mapas como España (Spain, en inglés y en los cuestionarios informáticos en donde se pide precisar el país de origen).
Me interesa la política como observador, y arriesgo, en ese gusto, hacer elucubraciones respecto al futuro. Hoy, 28 de mayo de 2011, aparece despejado el camino para un enfrentamiento, en el tercer acto, entre Rubalcaba (calzón rojo) y Rajoy (calzón azul). Los carteles anuncian que será un combate interesante, dada la furia dialéctica del primer citado y el buen conocimiento que tienen ambos contendientes del otro; las apuestas se inclinan claramente a favor de Rajoy, empujado por una afición sólida y entregada a su causa, sea cual sea el contenido.
Me temo que en este tiempo que ha de transcurrir hasta las elecciones, ni la situación general del país mejorará claramente -dependemos de lo que sucede en Alemania y Estados Unidos, y su recuperación va para largo-, pero tampoco se notará nada especial en los municipios y autonomías en los que ahora gobierna el Partido Popular, pues los mejor gobernados hasta ahora, que son, pese a quien pese, Madrid y su provincia -a base de un endeudamiento que comprometerá el equilibrio de los presupuestos durante décadas-, ya nada tienen que mostrar y en los demás, no me parece que se pueda avanzar con solo buenas intenciones y las arcas vacías.
La previsión que aventuro es que el PP bajará algo sus adhesiones y el PSOE aumentará un pelín, tal vez imperceptiblemente, las suyas, pero que los descontentos y escépticos, engrosarán los votos de Izquierda Unida y de UPyD, con lo que se abrirá la opción, si Rajoy no consigue la mayoría (lo que veo difícil), de que Rubalcaba sea el próximo presidente de España, con los apoyos de los dos partidos minoritarios que he citado.
Una situación a la que la aún inmadura Carmen Chacón, que ni siquiera cuenta con el apoyo claro del PSUC, jamás habría podido lograr, pues, como dice el guión, aunque hubiera podido arrastrar algo de voto femenino adicional, es superior el déficit de voto masculino que habría tenido que soportar, en este país en donde aún se sigue considerando, y no me atrevo a decir en qué porcentajes, que las mujeres, cuando quieren triunfar, tienen que imitar a los varones.
Me queda, únicamente, contestar a la segunda pregunta. Y mi respuesta es que, si lo que he eculubrado se cumpliera exactamente, sí. Pero tampoco sería malo que el PP consiguiera la mayoría para gobernar en solitario (con la ayuda de ese Foro Asturias y los demás partidos de su color regionales), por lo que nos encontramos en una situación win-win (ganar/ganar). Gracias, guionista, por conocer tan bien el percal de las dos Españas.
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(1) Nunca supe a ciencia cierta cómo se escribe correctamente ese apellido foráneo. Algunos medios lo transcriben como Lissabettsky, otros como Lissavesky, con y griega o latina (de las de antes); hizo la campaña por Madrid como Lissavetzky, pero sospecho que fue por decisión de algún colega envidioso, porque, aunque no había que escribir el nombre de los elegidos en la papeleta, le restó, sin duda, simpatías; creo que, si me encuentro con él, la primera pregunta que podría hacerle sería: ¿cómo diablos te gustaría que se escribiera tu nombre, para tener alguna opción, aunque fuera remota, de ganar a Alberto Ruiz en su feudo de Madrid?
2 comentarios
Salvador Gracia Navarro -
ifelgueroso -
Evidentemente, eso lo han descubierto los que piensasn. El resto, los que siguen ondeando la banderita en los mítines de sus líderes, seguirán igual que siempre, con una ideología prestada, la que les dicte su partido, pero sin un pensamiento propio.