A sotavento: Desalar, trasvasar, o no hacer nada
Las discrepancias sustanciales en relación a la política hidrológica española, en el debate electoral previo a las anteriores votaciones generales, se centraron en la preferencia acerca de las desaladoras o los trasvases, para resolver los déficits de agua.
Como todo debate de oportunidad, el trasfondo no era técnico, sino conceptual, es decir, ideológico. Por ello, el PSOE defendía las desaladoras (rectius, desalinizadoras...pero no será fácil enderezar la terminología habitual) , ya que el PP se había inclinado por el trasvase. Porque lo que se dilucidaba era la autorización para llevar agua desde el Ebro a Cataluña y, más concretamente, a una ciudad que ha crecido por encima de sus posibilidades hídricas: Barcelona.
El Gobierno socialista aprobó la creación de 26 desaladoras, que con una capacidad media de unos 30Hm3/año, deberían aportar del orden de 650 Hm3, compensando así sobradamente las previsiones del trasvase. Aunque la mayoría están en construcción, el caudal aportado por las que estén en funcionamiento antes de marzo de 2008 difícilmente podrá superar los 120 Hm3/año.
Por otra parte, la desaladora de Carboneras (Almería), con capacidad para 40 Hm3/año, aprobada en la última legislatura del PP e inaugurada en mayo de 2005, se encuentra con una utilización inferior al 20%: los agricultores no quieren pagar un agua tan cara y está situada a contramano (en la cola de los sistemas de abastecimiento) de los municipios que podrían necesitarla.
El agua desalada producida en la actualidad en España está, -teóricamente al menos-, cercana a los 1,2 Hm3/día. En Alicante, el 40% del consumo proviene de una desaladora cuya capacidad nominal es de 163 Hm3/año. Los Programas vigentes han aprobado una inversión de 3.900 Mill. de euros, para aportar 1.100 Hm3/año más. O sea, triplicar la producción.
Desde diferentes sitios se ha advertido que lo importante no es para crear las infraestructuras, sino ponerlas en producción y mantenerlas en uso, para lo que hacen falta nuevos recursos. Se estima que mantener una depuradora que ha costado 200 Mill de euros (habrá que calcular que por cada Hm3/año se necesita invertir 5 Mill. de euros), elevará los costes anuales -amortizaciones aparte- a 20-25 Mill. euros, que no todos los municipios pueden permitirse y que no todos los usuarios están dispuestos a verlos repercutidos en su tarifa o precio.
En Torrevieja, Acciona está construyendo -desde febrero de 2007, y contra dificultades de variado carácter- la que será la mayor desaladora de Europa, con técnica de explotación por ósmosis inversa, en una adjudicación que combina la construcción y la explotación por 15 años (BOT), que producirá 80 Hm3/año. La empresa ha hablado de una adjudicación de 300 Mill de euros, a la que se deberá añadir -supongo- los años de explotación, que pueden suponer 400 Mill de euros más a sumar a su cartera de pedidos. Es de desear que no suceda lo mismo que con la de Carboneras, que adjudicada por 85 Millones de euros, costó 354 Mill. de euros y tiene la mitad del tamaño.
Con todas las críticas y la problemática a resolver que quiera verse, lo que está fuera de duda es que la peor opción sería no haber hecho nada. Aunque no se debe olvidar que las grandes desaladoras cuentan con una fuerte oposición de expertos ecologistas y conservacionistas, ya que la concentración de las salmueras destruye o afecta gravemente las praderas del alga poseidonia y, con ellas, la vida animal y vegetal que se sustenta de ellas.
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