Al socaire: Un Paraíso natural con ángeles rebeldes
El eslógan por el que se vendió Asturias en los últimos años fue "Paraíso Natural". Y el motivo cuajó: en una tierra castigada por la reconversión industrial del acero y el carbón, marginada, la potenciación del turismo –sobre todo, interior- dió un impulso a la región y la hizo más popular, especialmente como destino de fin de semana.
La red de carreteras mejoró, se multiplicaron los albergues y casas rurales, se importaron manzanas para hacer sidrina y proliferaron las fiestas del oricio, del pixín y de las casadielles. Muchos de los asturianos y adheridos que se habían visto obligados a emigrar de la región, retornaron a ella tan pronto como se prejubilaron, y compraron casucas ruinógenas con panera, a ser posible, mirando al mar y con quintana. Hay junto a casi todas las vegas de los ríos comarcales, proactivos parques industriales, pero no se consigue compensar al completo las pérdidas laborales de las fabriconas del carbón y del acero, antaño símbolos regionales, y hoy sombra -al menos, en creación de empleo- de lo que fueron, amén de quebradero de cabeza más que gozos.
La delegación del Principado de Asturias en Madrid, cuya delegada es la dinámica Pilar Rodríguez, organizó este mes una exposición bajo el lema "Más Paraísos", que ilustra sobre algunos de los aspectos menos conocidos de Asturias. "El Principado quiere convertirse también en un Paraíso cultural", -dijo-, apostando por el futuro de la cultura, descubrimiento moderno de generación de empleo y riqueza en este tiempo de ocio. Hace unos días se presentaron en la capital los Parques de Navia y Teverga; Oviedo tiene su Palacio de Congresos Calatrava; Gijón recupera su Universidad Laboral como complejo cultural; otro ejemplo: la red de Telecentros de Asturias llevó la informática gratis a todos los concejos, ...
Me acerqué a escuchar a Natalio Grueso, director de la Fundación Niemeyer, quien presentó en Madrid, en la nueva sede de la delegación de Asturias, el Centro Cultural que se va a construir en terrenos de la antigua Ensidesa, ganados a la ría y a la contaminación edáfica. Más o menos, encima de donde trabajé algunos años investigando los índices r y n para laminados en frío y otras inútiles sutilezas ya perdidas en mi memoria y, por supuesto, en la memoria colectiva.
En una brillante disertación, Natalio nos habló de la génesis del proyecto –al abrigo de los premios Príncipe de Asturias-, consecuencia de la petición que los organizadores plantearon a algunos ganadores, hace ahora tres años, de mejorar su relación con Asturias. Oscar Niemeyer, Woody Allen, Stephen Hawking y Vinton Cer respondieron positivamente a la propuesta, y de allí surgió el proyecto del Centro, albergado en un diseño muy sugerente del propio arquitecto Niemeyer, y a falta solo de algunas adaptaciones a la normativa española de edificación y ahorro energético para que obtenga ell visto bueno definitivo.
El 4 de abril, el arquitecto que da nombre al Centro cumplirá 100 años, y aprovechando este motivo, en Avilés se celebrará la exposición "100 por 100" que será un homenaje a su trayectoria vital y creativa y servirá para iniciar las actividades de un Centro que aún es virtual, pero que cuenta con interés y contactos suficientes como para que otros Centros mundiales similares acepten ya trabajar en red con él.
Los diseños realizados con simulación digital del nuevo Centro tienen muy buen aspecto, y parecen perfectamente integrados en el ambiente, creando nuevos puntos de conexión con el casco urbano de Avilés y el hinterland. Alguien hizo notar que el proyecto parecía un espermatozoide presto a fecundar un óvulo (o algo así) , y Grueso vino a confirmar que en la justificación del diseño, Niemeyer expresaba que quería convertirlo en un símbolo de reactivación, de vida y de apuesta por el futuro de Asturias.
La única nube que apareció en el horizonte de la amena presentación la puso la incógnita de cómo llenar de contenidos, obviando las rivalidades de la política regional, y sin entrar en letales competencias, un Centro tan ambicioso, que competirá, si Dios no lo remedia, con otros proyectos de ese mismo Paraíso, propiciados por otras potestades, y que pueden quedar faltos de ángeles custodios, acumulando nuevos fracasos sobre animosos querubines y serafines. El fantasma de la Factoría Cultural Multimedia gravitó, por unos instantes, sobre la sala.
El empuje de Natalio y su claridad de ideas me hizo entender que está dispuesto a dejarse la piel por su Centro, y solo cabe desearnos a los asturianos, que tenga éxito. Incluso, si puede ser, que triunfen todos esos proyectos que ahora florecen en Asturias, alimentados desde distintas facciones de la intelectualidad y el poder regionales. Solo haría falta, que todos nos organicemos...si puede ser.
Porque el mayor riesgo es que no haya espacio síquico en el Paraíso para que germinen tantos empeños en una región en la que con alguna frecuencia han fracasado muy buenos proyectos, porque han faltado apoyos y sobrado envidias y zancadillas para sacarlos adelante.
(Nota: La foto la tomé de la pantalla en donde proyectó Natalio Grueso varias diapositivas; los micrófonos y la botella de agua no pertenecen al proyecto; en la parte inferior de la foto, está el Avilés de toda la vida: en el centro, el proyecto de cúpula para exposiciones, la torre mirador y el edificio de servicios múltiples, en donde Woody Allen tratará de desmontar su apreciación de que "nunca hubo tantas pantallas y menos películas para elegir"; arriba de la foto, está lo que queda del puerto de minerales (que pasará a ser deportivo), y al fondo se vislumbra Llaranes; más lejos, ya fuera de objetivo, estarían Gijón, Oviedo, Langreo y... Belmonte de Miranda)
6 comentarios
Administrador del blog -
Estimado amigo, qué bueno que no me haga ninguna pregunta. Porque me da la impresión que Vd. viene de caminos parecidos a los míos.
A Mari Luz:
Nos ciega la pasión, seguramente, pero ha sido muy agradable para mí descubrir que sigues en la pelea por llevar de vez en cuando la contraria a los que creen que siempre tienen la razón.
Yo sigo llegando temprano a muchos sitios. He recogido incomprensiones, malosentendidos y disgustos, pero he sido beneficiado por la naturaleza con una muy mala memoria para todos los desacuerdos. Por fortuna, jamás me han faltado -al menos, hasta ahora- ni nuevas ideas ni he perdido tiempo lamiéndome las heridas.
Siempre rehusé lamer los pedestales. Soy difícil de convencer y crítico con las verdades absolutas. Raro es el monumento que no presenta restos de inmundicias de gorriones, urracas y palomas.
Mª Luz -
Que alegría encontrarte esta tarde en Oviedo y compartir cafetín contigo. Ponerme al día, además de lo que haces y que suerte tener un amigo "tan importante" como tú.
Qué te van a contar a ti de zancadillas, igual algún día cuentas todas las que te han puesto para no permitirte empujar en la dirección adecuada y hacer de esta Asturias nuestra un lugar dinámico y más atractivo sin perder tanto tiempo.
Te lo dije esta tarde y ahora te lo escribo: Llegaste demasiado pronto. Es un hecho constatado y aún hoy siguen sin contar contigo.
Imbéciles.
R.C.L. -
Administrador del blog -
A Alfonso: Con las zancadillas no me refería a las crisis del carbón y del acero, sino a las dificultades de contar con el apoyo completo de todas las fuerzas regionales cuando un proyecto es auspiciado por un grupo político. Lamento no haber sido más claro en mi post.
Alfonso Estébanez -
El turismo y las industrias de más valor añadido son los ejes sobre los que construir una próspera Asturias, a la que los peleados subsidios tienen anestesiada.
Nina -
Saludos