Blogia
El blog de Angel Arias

Al socaire: Sensibilidades sociales y compromisos políticos

Al socaire: Sensibilidades sociales y compromisos políticos

El título de este Comentario es el mismo que dí a un Editorial de la revista Entiba, en Octubre-Noviembre de 1989. La tentación de reproducir el contenido de aquel escrito era muy grande, porque servía de introducción a una Mesa redonda en la que tuve la oportunidad de hacer de moderador/provocador de un grupo de ingenieros de minas de excepción, muchos de los cuales ocupaban ya entonces posiciones políticas de cierta relevancia, y a los que su vocación de personajes públicos ha mantenido en el candelero, desde actitudes -en mi opinión-, cada vez más encontradas, porque el panorama se ha ido agriando a medida que hemos ido avanzando en ese mar inquieto de la democracia.

Participaron en aquella reunión del 9 de noviembre de hace diecisiete años, un día antes del comienzo de la campaña electoral de entonces, entre otros: Gabino de Lorenzo Ferrera (hoy alcalde de Oviedo, y desde hace cuatro legislaturas), Pedro Martínez Arévalo (entonces senador por el PP), Víctor González Marroquín (antes, algo rojeras, hoy Director del Instituto de Desarrollo de Asturias, IDEPA, nombrado por el PSOE), Silverio Castro García (presidente del Club La Barganiza, consejero de la Caja de Ahorros de Asturias por el PP) , Luis Arias de Velasco (Presidente de la Cámara de Comercio de Asturias) , María Isabel Viña Olay (vicerectora de la Universidad de Oviedo), Antonio Checa Pérez (procedente de la UCD), Juan Antonio Alvarez Alvarez (que era concejal del PSOE en Oviedo), Alvaro López-Cueto Felgueroso (que era concejal de Oviedo con el PP), Nieves Roqueñi, Manuel Buergo Mateo, etc.

Estuve unos días en Asturias y tuve ocasión de actualizar la andadura de muchos de esos compañeros de la profesión ingenieril. Las elecciones municipales de este mayo han puesto sobre el tapete ideológico, entiendo que con cierta rudeza, las diferencias entre algunos de los que, hace más de quince años, se manifestaban de una forma bastante más apaciguada.

He podido ver, en concreto, la actuación de Gabino de Lorenzo a través de la televisión local, en la presentación de su programa. Se enfrenta a la reelección contra una cabeza de lista del PSOE, Paloma Sáinz, casada con Víctor González Marroquín. No le doy a esta última muchas opciones, al hilo de las opiniones que recogí, sin duda escasas y por supuesto sesgadas, de ser alcaldesa de Oviedo, porque el opositor tiene duros espolones y es un encantador de serpientes avezado. De los demás candidatos de otras opciones, ni se habla.

No tengo interés alguno para incorporarme al debate político, y hace tiempo que me han escaldado tanto desde la derecha como desde la izquierda pero, reconvertido a la forzada indiferencia, tengo suficiente información personal para desconfiar de bastantes de los representantes de una ideología como de otra. Pero -y con esto supongo que tranquilizo algo a Mari Luz Naredo (que me escribe un amable comentario a raíz de mi Nota sobre el despropósito de Calatrava en los terrenos del Carlos Tartiere)-, al margen de amistades y simpatías personales, sigo teniendo muy claro de qué lado estoy, como lo pueden comprobar incluso quienes lean a salto de mata este Cuaderno.

Creo, con todo, que a Oviedo le vendría pero que muy bien un cambio en el gobierno local. Son ya muchos los años que lleva Gabino de Lorenzo haciendo de la ciudad de la que es alcalde su proyecto personal, y, en consecuencia, la ha convertido en el Oviedo de Gabino. Es un orgullo para él, ha significado bastantes alegrías para sus conciudadanos, todos los que vivimos fuera hemos presumido en algún momento de Oviedo, y he oído muchos comentarios elogiosos -en algún caso con la boca pequeña, que es así como se les queda a los que sienten envidia- sobre el trabajo realizado.

Pero el análisis de la situación me ha convencido de que hacen falta nuevos aires, introducir más sosiedo para la ciudad, aportar nuevas ideas en otras direcciones más prácticas, menos efectistas. La obsesión por reformarlo todo, la contaminación del hormigón y del ladrillo, la entrega a la seductora atracción de las grandes constructoras y de las empresas de servicios, -a las que tanto gusta encontrarse con obsesos en levantar zanjas, poner fuentes, plantar árboles, alzar muros, trazar carriles y entronques viarios, etc- necesita una revisión.

El modelo seguido para la ciudad debe ser reestructurado: Oviedo ha perdido personalidad, se ha convertido en una población más hosca para el ciudadano, mucho más fría y heteróclita. Se podrá ver con gusto en un paseo de cicunstancias, como peregrino, pero no se vive con el mismo placer que antes. Es un escaparate más que un lugar de convivencia.

Por otra parte, Gabino ha crecido en megalomanía y desprecio hacia los que discrepan, y eso no es bueno para nadie. Aunque se agradece que los políticos pongan humor en lo que hacen, no debieran caer en el esperpento ni en la descalificación radical de los otros, sobre todo cuando representan a un alto porcentaje de la ciudadanía.

Gabino de Lorenzo ha sabido rodearse de un grupo de concejales fieles, que han sacrificado su individualidad (si es que la tenían) en apoyo a la personalidad envolvente y a la mano férrea de su jefe. Solo desde esa posición de subordinación puede entenderse que admitan, por ejemplo, que su líder les cite -así me han contado- porque los quiere ver "tan obsesionados por los temas de la ciudad"- (se refería, al parecer, a La Losa)-" que cuando estén con sus esposas tengan un gatillazo". Pero la crítica ayuda a mejorar, y la adulación, empequeñece. Frases como la que recojo (no literalmente), además de reflejar un machismo desfasado, desvelan un despotismo ilustrado improcedente y sospechoso.

Solo desde la voluntad de ser histriónico y la pérdida del sentido del ridículo, se puede comprender que, en una presentación de candidatura, al estilo de charlatán de feria que vendiese crecepelos, el candidato saque de debaje del atril unas madreñas diminutas, para que "los chavalinos empiecen ya desde pequeños a recorrer las caleyas para buscar esa casa" que les prometió la ministra de Vivienda, en tanto que el candidato-alcalde-ministro-presidentedegobierno todo lo ha hecho bien.

Gabino, mi colega Gabino de Lorenzo, me recordó más a Carlos Arguiñano en la cocina que al compañero de la Escuela de Minas o al jefe de departamento de Ensidesa. No sé si fue el quien dijo en aquella tertulia, hace quince años, que "Vivimos en una sociedad que valora las apariencias, pero no debemos dejarnos engañar: hay muchos valores escondidos". Ahí me quedé yo, ahí sigo.

Por eso, apuesto porque salgan esos valores. Nadie es imprescindible en democracia y el liderazgo indiscutible es una enfermedad de dictaduras. El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente, dijeron. "La serpiente se asoma por el ojo divino y encuentra que el mundo está bien hecho". Lo escribió Vicente Aleixandre, pero se aplica con inexorable fatalidad a todos los que, en un momento dado, sueñan despiertos que son imprescindibles.

Y, además, seguro que a Gabino le vendría bien un descanso.

3 comentarios

Chus -

Gracias por el comentario Ángel :-)

Administrador del blog -

Chus,
Agradezco tu ponderado comentario en mi Cuaderno, y animo a mis lectores a que se introduzcan en el tuyo. Una voz la tuya que se advierte joven, seria, dinámica, comprometida con la ciudad e inteligente. Una demostracíón concreta de que en la blogosfera se encuentran muchas de las ganas de hacer y decir cosas, no siempre utilizadas en provecho de todos.

Chus -

Aunque no seré yo quien le niegue éxitos a Gabino de Lorenzo que los tuvo y muchos, exceptuando en el terreno de la política social dónde nunca hizo nada destacable (será cuestión de ideología)... la verdad es que toca cambio.

Oviedo lleva en declive unos cuantos años. Sin la poca industria que tenía, sin actividad agrícola y ganadera (no es descabellada en el ámbito ecológico), prácticamente vive de la presencia de la administración porque en el terreno comercial dónde era líder empieza a renquear por haber perdido la oportunidad de afianzar el comercio con una instalación como la de Parque Principado que se fue a otro concejo (Siero). Tampoco se crea industria, pero industria de las TIC o industria asociada al medio ambiente que sería lo que procede... ahí es líder Gijón o incluso Llanera.

Más que un nuevo alcalde/sa lo que hace falta es un reinventor/a de la ciudad... pongo la "a paritaria" a la vista de las candidaturas con posibilidades.

PD: muy buena descripción en el post.