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El blog de Angel Arias

Cuentos para solitarios: Consecuencias de la afición a la ornitología (y 2)

(Esta es la segunda parte del Relato "Consecuencias de la afición a la ornitología)

II

El viajero la miró, con curiosidad que no pudo disimular:

-¿Le gusta a usted la ornitología? -preguntó.

-No, no. No entiendo nada de pájaros, pero me encanta oirlos cantar. Me relaja.

En aquel momento, un zorzal asomó de entre el follaje y atrapó algo en el aire.

-Fíjese -señaló la mujer- ese pájaro viene todas las mañanas al árbol que tenemos enfrente, que es un tejo, recoge uno de los frutos, se lo come ávidamente, y vuelve al cabo de un rato, hasta que se sacia.

Después de tomar un sorbo del café, con una sonrisa, el hombre no pudo contener su asomo de erudición.

-¿Y no sabe qué clase de pájaro es?

-No. Parece un gorrión, pero más grande.

-Es un zorzal común, un tordo. En efecto, canta muy bien. Aunque lo que seguramente Vd. oye por las mañanas y al atardecer es a algún petirrojo.

Ella mordisqueó su tostada, que había untado con mermelada.

-Sí, sí. A los petirrojos los distingo. -y, para apoyar su comentario, señaló al pájaro que se había acercado, dando saltitos, a picotear algo en el suelo.

-No, siento contradecirla. Pero ese es un gorrión molinero. Se distingue de los gorriones comunes en que tiene el pecho de color marrón oscuro. En todo caso, los gorriones no trinan, más bien gorjean y chillan.

El camarero irrumpió, curioso. Posiblemente había estado escuchando.

-¿Quieren alguna cosina más? Ye porque vamos a cambiar el turnu, y quieru dejálos ya servidos.

Ambos respondieron al unísono:

-No, gracias, va bien así.

-Pídoios perdón si ofendo -expresó el lugareño- pero mátame una curiosidad. Esos paxarinos encapirotáos que tan picotiando la fruta de aquel árbol, ¿sabe cómo se llamen?

-Por supuesto. Son herrerillos. Seguramente son familia. Los padres y los dos pollos, ya criados. Fíjense que bulliciosos. Aunque tampoco cantan. El sonido que emiten es un débil sshii.

De aquella conversación sobre ornitología elemental no hubiera habido, seguramente, recuerdo alguno, salvo porque la huésped quiso conocer la razón de la afición a los pájaros del viajero.

-Ya se ve que le gustan los pájaros. ¿Es usted biólogo? -preguntó.

-Solamente aficionado. Mi profesión no tiene nada que ver con la biología ni con la ornitología.

-Déjeme adivinarla. -y, antes de que pudiera expresar ninguna conclusión de su adivinanza, él la cortó-.

-No conseguiría acertar... -expresó, con una sonrisa- No tengo estudios universitarios. Soy un pertinaz procastinador.

Ella le obsequió con una mirada en la que había complicidad.

-No tiene porqué avergonzarse. Hoy día, hace falta de todo.

Un silencio extraño permitió oir un eco de trinos alborotados, una secuencia de gorjeos saltarines y alegres, que el experto identificó de inmediato como de un grupo mixto de jilgueros y verderones.

2 comentarios

Angel Arias -

Si entendiste los demás, ténte por enteráu. Piensa que son cuentos para leer durante las vacaciones, no tienen el mismo efecto después.

Miguel -

Esti non lu entendi! ¿?¿?. Tien moralexa??