Felicidades, Noelia y Antonio
(Antonio y Noelia se casaron hoy, en ceremonia civil, en el Ayuntamiento de La Orotava (Tenerife). Yo les envié hace un par de días el Poema que figura a continuación. Antonio me telefoneó ayer para pedirme que se lo leyera por teléfono, para lo que me llamarían, si encontraban la ocasión, bien durante la ceremonia o antes de acudir al restaurante.
Estuve esperando esa llamada, y como el tiempo ha pasado, entendiendo que esa oportunidad no se presentó, lo incluyo en este Comentario, con mis deseos de Felicidad para estos amigos)
A Noelia y Antonio
Puedo imaginarlo.
Habréis subido como tantas otras veces
por las empinadas cuestas,
hasta llegar a la plaza del Ayuntamiento.
Puedo imaginar
un día soleado e intenso
y aventurar que la noche se abrirá de par en par
para que salga a espuertas vuestra generosidad
sin competencia.
Puedo imaginar que ya hace un rato
que estarán dispuestos,
como si lo hubieran ensayado a hurtadillas,
luciendo sus mejores galas, con sonrisas de ala ancha
y corazón de mieles,
ese montón de vuestros familiares y amigos
que podrán acompañaros en la ceremonia.
Será un día de fiesta en La Orotava.
Puedo imaginarlo.
Os lo he dicho antes en prosa,
con y sin palabras, Noelia y Antonio,
mi secreto a voces: que os quiero.
Y quiero que sigáis siendo así, con la pacífica ironía
que lucen a diario los inteligentes y los tímidos,
seres capaces de vencer sin luchar,
que saben llenar con afectos,
complicidades, silencios y confianzas
los momentos que se pongan a su alcance.
Por eso puedo presumir ante otros amigos
que sé mucho de vosotros,
porque se cree saber siempre casi todo
de aquellos que queremos.
Por ejemplo, sé de ti, Noelia, que no eres
de las que vuelven así como así la vista atrás,
porque, intrépida amazona de las prisas,
te interesa seguir indemne hacia delante.
Pero hoy os habrá sido imposible no mirar atrás
para subir hasta aquí,
y el premio fue poder disfrutar nuevamente las maneras
del mar intenso que orla Tenerife,
presentir las olas que lamen con suavidad arenas negras,
fuerzas mágicas que tocan con pudor los palmerales y cañizos,
inundando cientos de lugares secretos,
y aportando, espléndido, la calma que buscan
los que crean ensueños de las brisas.
También sé, Noelia, que no te dejarás influir
por nada ni por nadie que no te convenza,
porque tienes claro que en tu vida pintan los azules
y que si Antonio se empeñara en decorar el espacio
con colores más duros o más agrios,
le tendrás preparado un plato de delicias
con los mejores detalles del futuro,
en el que habrás siempre dejado algunos huecos
para que él ponga su improvisación y tú la cercanía.
Sé de ti, Antonio, que de nada servirán
los consejos y advertencias que no hayas pedido,
pero que recibirás siempre atentamente
los que te regalen sinceramente los amigos y los sabios,
y, en especial, estarás permanentemente abierto
a los que Noelia te ponga, entre sonrisas,
entre los brazos.
Sé muy bien que a vosotros, Noelia y Antonio,
la torpeza no conseguirá jamás interrumpiros el camino
y que, al avanzar, saborearéis cada ventaja
de haber aprendido a fondo de las razones del pasado,
gozando lo desconocido si promete gustar,
y sin dejar de probar la fragilidad de una teoría.
Sé también que sabréis muchas cosas del otro,
porque os conozco culpables
de no haberos regateado los esfuerzos
para veros como sois, estupendos y sagaces,
y porque, gracias a ese juego de sana transparencia,
también todos cuantos os queremos
podemos presumir de la complicidad de conoceros.
Hay más: los que estamos con vosotros en este día especial,
tenemos en común la voluntad de competir
para considerarnos el mejor de todos vuestros amigos,
y donde no sois transparentes, sí que sois generosos,
por lo que estamos convencidos, de que nos veis tan perfectos
como hemos deseado ser.
Por el sitio elegido, hay aquí testigos de altura,
como el Teide, a una vez imponente y accesible,
perfecta referencia, símbolo impecable
para cuantos sueñan con metas alcanzables,
concretando utopías.
Estarán con él, los vientos, los misterios y las pausas.
Estarán los silencios que unen a los que se aman
con ese ímpetu de lo que a nadie,
salvo a ellos solos, pertenece,
desde el principio del amor
que fue en vosotros.
Y allí estaremos también, presentes o en las brumas,
vuestros compañeros.
Noelia y Antonio se han propuesto que hoy
no sea un día cualquiera,
ni para ellos ni para nosotros,
y los veintinueve de agosto de los próximos años
tendremos, no importa si declarados agnósticos
para tantas otras cosas,
la sagrada obligación de recordarlo.
Presumo que lo vuestro durará
hasta extasiaros, seguro sin dudar
de que el sosiego inteligente de Noelia
traerá nuevos gérmenes
a la imaginación desbordante de Antonio,
y que vuestra creatividad conjunta producirá muchos frutos,
(algunos de carne y hueso, supongo).
Os deseo toda la felicidad
que quepa en vuestras calmas.
Para disfrute de vuestros amigos
y de cuantos os vayan a conocer en el futuro,
para que surjan muchos éxitos
de vuestro trabajo y vuestros sueños,
concretando las innumerables certezas
que jalonarán, encantadas,
vuestra intensa existencia.
Os quiero y os requiero
a declarar ante testigos que vuestra suerte
será estar decididos a no agotar jamás
la capacidad de asombro del otro,
a amaros siempre como hoy os amáis;
tal sea vuestra fuerza.
Este es mi regalo.
2 comentarios
Antonio Fumero -
De vuelta en la capital tras una semana aislados en Canarias, empiezo a recuperarme y sí, me doy cuenta de que ha sido un error logístico propio de mi incompetencia.
La anécdota, perfectamente documentada en Twitter por los asistentes, la podremos comentar en casa con buen vino y el preceptivo pase de fotografías ;) (de ambos eventos).
Agradecido y apenado paso a gestionar la realización de un evento de juntanza para las próximas semanas
miguel -
Muy bonita la poesía, por cierto. Hasta tendrían que casarse de nuevo para que sea leída cuando merece.