Al socaire: El riesgo de instrumentalizar al inmigrante
El interés del tema me va a permitir hoy enlazar los dos blogs que alimento con regularidad, haciendo comentarios en buena medida complementarios.
El origen de la reflexión con la que titulo mi entrada en este Cuaderno, no es reciente, ya que la preocupación por la inmigración -habiendo sido emigrante yo mismo y una buena parte de mis ancestros próximos- me viene de antiguo.
Pero la detección del riesgo de convertir a los inmigrantes en instrumentos de la política socio-laboral de los respectivos países, donante y receptor, se concretó el día 24 de junio de 2008, en el transcurso de un desayuno en el que el Foro Intereconomía nos invitó a varios profesionales a compartir experiencias con representantes de embajadas y consulados de los países hispanoamericanos que aportan los mayores contingentes para la inmigración en España. El título de la Jornada era definitorio:"Claves para la contratación de trabajadores en el extranjero".
Intervinieros también como ponentes, dos representantes empresariales cualificados (El Corte Inglés y la Caixa, nada menos). Pero el mayor protagonismo lo asumió Belén Roel de Lara, funcionaria del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, que estuvo verdaderamente brillante a la hora de exponer los criterios de su Gobierno e, incluso, contestando sobre la marcha a algunas preocupaciones de la cónsul boliviana.
Cerró el acto, María Consuelo Rumí, Secretaria de Estado de Emigración y Políticas Inmigratorias, que estuvo clara y terminante en la exposición de las líneas oficiales, redundando en lo dicho por la colaboradora de su Organismo, poniendo su énfasis a algunos aspectos.
Para el Gobierno de Rodríguez Zapatero, superada la fase de "creación de las bases constituyentes", la clave de la incorporación de los extranjeros al mundo laboral español es la contratación en origen. Del orden de 150.000 personas (si se excluyen los 50.000 temporales) vienen anualmente a nuestro país con contrato de trabajo, respondiendo a las necesidades expresadas por las empresas y a la situación de los sectores.
Rumí subráyó que el mercado laboral seguirá necesitando de mano de obra procedente de la inmigración, independientemente de la coyuntura. "No habrá cambio, sino inflexión, concediendo prioridad a algunas de sus dimensiones".
La prioridad actual es regular el mercado interno laboral, presionado por la crisis económica -nacional y mundial-, generadora de desempleo y pérdida de viabilidad empresarial. También hay que contar con el alto número de extranjeros que viven actualmente en España, de los que una cuarta parte, quizá, está de forma irregular.
La presencia en la mesa de comentarios con otras visiones del tema, permitió completar algo el panorama. Para los países americanos, el mercado español es una opción positiva que tiene su venta política interna. Los Convenios bilaterales permiten la intervención de los gobiernos para seleccionar los candidatos a la emigración y aparecer como tuteladores del proceso, garantizando su viabilidad.
Por supuesto, la preocupación por los irregulares que residen en España también fue puesta en evidencia, siendo la petición de los representantes de Bolivia y Ecuador -Sadotti Castañón y Carlos Larrea, respectivamente- muy clara al respecto: facilidades para la reagrupación y para el retorno de los que lo deseen.
Los representantes de las dos grandes corporaciones empresariales, a pesar de robjetar que las demandas de empleo deben ser específicas para cada empresa -es decir, para cada una de las empresas de los grupos- alabaron el procedimiento de contratación en origen y expusieron cifras que demostraban su uso regular por ellas.
Quedaba así marcada también la distancia de esta actuación de la realidad de las pequeñas empresas, que no pueden permitirse ni planificación a medio plazo de posibles vacantes, ni desplazarse al extranjero para seleccionarlos, ni saben, muy frecuentemente, a quién habrían de dirigirse para llenar con éxito un hueco laboral surgido de hoy para mañana.
Mientras las embajadas se preocupan por mejorar sus Listas de sus desempleados nacionales ya residentes en España (loable iniciativa), esas pymes -de los sectores de hostelería y servicios, sobre todo- seguirán acudendo a las demandas de empleo de los periódicos de difusión gratuita, plagadas de oferentes irregulares, como cualquier observador puede constatar.
En fin: El tratamiento de la inmigración en épocas de crisis del país receptor implica resolver un grave problema, con pocas cosas que ofrecer y bastante que restar. La cooperación intergubernamental es imprescindible, y un foro como el que propició Intereconomía, un éxito. Lástima que no haya habido tiempo para el debate.
Como le comenté a Luis Usera, cuya excelente capacidad para activar un coloquio tengo comprobada, los desayunos del Foro deberían atender más al intercambio de opiniones que a la exposición magistral de los éxitos de los ponentes. Pero todo se andará, imagino.
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