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El blog de Angel Arias

A barlovento: La naturaleza de la caza y la de José María Blanc

A barlovento: La naturaleza de la caza y la de José María Blanc

Hace un par de horas, en el salón de actos de la Fundación Gómez Pardo, se presentó un libro de José María Blanc, con el título "De la Naturaleza y de la Caza".

José María Blanc es un personaje de excepción, respetado por gentes de todas las ideologías, con una cultura en la que no se ven lagunas ni tierras de nadie. Abogado de élite, laureado en mil batallas dialécticas, miembro del Club de Roma, vicepresidente del Club Español de Medio Ambiente, (...), es un amante de la naturaleza como no conozco a nadie que lo sea más y a muy pocos que lo sean tanto, y un cazador apasionado, que defiende la caza sostenible desde las asociaciones (Federación Española de Caza), el sentido común, y un inteligente respeto hacia los animales.

José María no habló, salvo para agradecer las intervenciones de quienes fueron, por el estilo del acto, sus hagiógrafos, todos convencidos de lo que decían. Yo estaba en primera fila, al lado de mi querido compañero Emilio Llorente, y aproveché para hacer fotos, como si estuviera encargado de la cobertura oficial del evento.

Los intervinientes estuvieron muy bien, entreteniéndonos, contando anécdotas sobre las actividades de la Fundación que lleva el nombre del escritor homenajeado y sobre su cariño a los animales y a la naturaleza. Destacó, donde era muy difícil destacar, por su simpatía y buen decir, la charla de José Baragaño, actual Director de la Fundación Blanc, que nos ilustró sobre la gran capacidad de trabajo de su jefe, al que definió como una combinación de alondra y búho, capaz de mantener el ritmo tanto de día como de noche.

La intervención de Ramón Tamames, se desarrolló en otra galaxia. Fue el comentarista principal, y se tomó el tiempo que le pareció bien, para deleite de todos. Estuvo erudito a la par que cariñoso con José María. Empezó hablando del Homo sapiens, se refirió a Carl Sagan y a su Calendario de la vida ("estamos viviendo los últimos nanosegundos de una historia de 14.000 años"), citó a Montagut y leyó a Ortega y Gasset. "La vida es un gran cazadero en el que se mezclan cazadores y piezas", recordó. Hasta tuvo tiempo para decir algo de los vascos y los bosquimanos del Kalahari ("la lengua en la que mejor se cuenta la historia del cazador")

Ramón Tamames nos contó la historia de la Humanidad desde la perspectiva de la caza, en sabias pinceladas. En esa historia de hombres recolectores primero y luego cazadores, que habían aprendido el método de la observación de los animales, la caza ha pasado a ser un privilegio y, por tanto, debe sujetarse a reglas en las sociedades democráticas. Para poder conservarla, para proteger a las especies de su aniquilación, es necesario regular el ejercicio de la caza, y proteger a los cazadores, que no tienen el derecho a cazar, sino que deben comprarlo.

"El furtivismo no tiene reglas, y por eso, el Homus Keniata ha puesto en peligro de extinción, con la prohibición absoluta de cazar, a los animales y a su propia especie. En cambio, en Botswana, con una legislación reguladora de la caza, se ha creado riqueza, empleo, y los animales prosperan en buena salud".

Ramón Tamames se sentó a mi lado cuando se proyectó la película con la que se conmemoraban los 25 años de la Fundación José María Blanc (había un sitio libre), ya para finalizar el acto, realizada con un guión al estilo de "Planeta Tierra". Cuando casi terminaba el documental, después de las terribles escenas de destrucción en Doñana y las palabras amargas con las que el narrador se refirió al desastre de Aznalcóllar, que destruyó la joya de la corona de la labor proteccionista de José María Blanc, -la zona de Lucio del Cangrejo, que fue utilizada como balsa de contención de los lodos-, Tamames me susurró: "Se entiende que José María leyera por las noches a Nietzsche" (José Baragaño nos lo había contado antes). Han pasado diez años, y aún no se ha recuperado Doñana del todo, pero la pujanza de la obra de Blanc se muestra en muchas otras realizaciones, actividades, documentos. El documental refleja ese optimismo, inherente al ciclo de la vida.

Hay que leerse las anotaciones de José María Blanc, escritas entre 1976 y 1994. Todas son actuales, de ayer mismo. El tiempo no ha pasado por ellas, porque él siempre ha tenido las ideas muy claras, y sobre todo, las ha puesto en práctica. Los nombres de quienes vociferaron sobre lo que había que hacer y no hicieron nada, o destruyeron lo que otros estaban haciendo, no están en ninguna memoria, ni merece la pena rescatarlos del olvido.

Personas como José María Blanc son un regalo para sus coetáneos: persona de exquisita educación, amplia cultura, cálida hospitalidad desinteresada. Que, además, haya sabido hacer dinero, disfrutar de la vida, tener un montón de sinceros amigos, y mantenerse sonriente ante las dificultades, es una prueba menor de la naturaleza de ese estupendo ser humano que es José María Blanc.

 

3 comentarios

Administrador del blog -

A Rafa: Comprendo, en este caso, que te de envidia. El acto estuvo magnífico, el ambiente cordial y distendido, el mensaje sabio. En cuanto a lo de que no te acostumbras a entender -etc-, introduciendo como justificativa lo de "a mi edad", he aquí mi veredicto: personas como tú no pueden ni deben dejar de estar activas. Es mucho lo que sabéis y hacéis por los demás. Lo de que tengáis que estar sometidos a plazos de entrega, es otro cantar. Que, además, tengáis que batallar más de lo debido, es epopeya.

Celebro que veas y oigas por mi blog, cuando no puedes estar alli donde te hubiera gustado.



A Ricardo: Recomiendo tu blog porque da una visión ambientalista y culta desde Chile, y que abarca los países del cono sur, y porque creo que los que trabajamos serio en estos temas debemos apoyarnos.

Rafa Ceballos -

Qué envidia me dais los que habeis tenido la oportunidad de asistir a ese acto tan entrañable, por lo que cuentas.
Me habría gustado abrazar a José María ydisfrutar de la narrativa de Tamames.
No me acostumbro a entender que a mi edad tengo que seguir siendo esclavo del trabajo diario y con plazo de entrega.
Menos mal que los buenos amigos me hacen partícipe, con su blog, de lo que sus ojos ven y sus oidos escuchan.

Ricardo Román -

Hola Angel, te agradezco incluirme en tu blog. Cuenta con mi colaboración. Estudiaré tu blog para comentarlo.
Un saludo afecuoso