Poema de Encargo (XXV)
Hola,
consigo balbucir desde mi falsa curiosidad,
quién se ha metido en la casa,
haciendo que ignoro que oigo tu trajinar por todas partes,
que este ruido sinfónico me recuerda de inmediato
el bendito momento
en que habitaban en mi malhumor tus nalgas y alegrías.
He vuelto corriendo a la cama,
cómo me apetece
amodorrarme como un niño entre las sábanas
que tu mano ha tensado
y esperar lo que me parece ser un rancio rato
a que vengas a arrebujarme o a destaparme el embozo,
fingiendo infantil que duermo porque entrecierro los ojos,
acurrucándome para hacerte más sitio por si quieres
sin renunciar a verte cuando entres,
porque no voy a perderme tu escorzo alborotado,
y conjuro por todos los santos a todos los penates
con tantísimo miedo
de que todo sea un sueño
y de que si no acierto a resistir al despertarme
te esfumes llevándote tu decorado y los guiones.
Dejo que este rato me llene hasta las puntas de los pies,
y excitado por haber hecho muy largo el momento de abrazarte,
voy sigilosamente buscando sorprenderte
hasta llegar al borde de tus faldas,
deseando que allí junto a mis ganas,
estén otra vez también las tuyas.
2 comentarios
Administrador del Blog -
Gracias por decirme que le ha gustado mi poema, y tenga la seguridad de que alguien lo ha leído pensando en Vd.
Maria Jose -