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El blog de Angel Arias

Al pairo: Campeona de salsa

Que en nuestra Feria de Vanidades el dinero se reparte y concentra con criterios bastante diferentes de los de la capacidad y el trabajo, no admite mucha discusión. En cómo ganarlo, consumimos la mayor parte de nuestro tiempo, porque nuestras necesidades superan siempre a los ingresos. Para algunos desgraciados, sin embargo, el problema es cómo gastarlo.

Nos podemos imaginar la situación, y, para entrar en sinrazón, interpretarla como embarazosa y cruel. Independientemente de cuanto se haga, no importa cuanto se idee para consumir algo de esa fortuna que el destino puso en nuestras manos, nuestras cuentas corrientes crecen sin parar. Acumulamos réditos, revalorizaciones, rentas, vales, intereses...las ampliaciones de capital gratuitas nos aturden...los regalos de promoción de las entidades de Crédito se amontonan sin abrir... Sencillamente insoportable.
 

Ese problema parecía tenerlo Monica Wong, 61 años, viuda, hija de un magnate de Hong Kong que se había forrado en la construcción naval. Había pasado algunos años de insulsa viudedad, haciendo obras de caridad a desconocidos e intercambiando recetas de cocer arroz que nunca pondría en práctica, cuando comprendió que debería dar un mensaje al mundo. Después de pasar revista a distintas posibilidades, decidió que lo que mejor correspondía a sus cualidades, era llegar a bailar perfectamente salsa.

Para ello, contrató a la mejor pareja mundial de profesores, y les ofreció un bonus de 6 millones euros por su exclusividad, mantenida durante 8 años. Trabajarían solo para ella; en contrapartida, ella sería alumna únicamente de la pareja. Garnor Fairweather, ex campeón mundial de danza latina  y su esposa Mirko Sakani aceptaron el reto. La señorita Wong fue una alumna aplicada y, sin duda, poseía, a pesar de su edad, capacidades para el baile.

Tomó parte en competiciones internacionales (matizo, de mi cosecha, que destinadas a seniors)  y ganó el deslumbrante título de “Chica Guay de Oro”(Top Gold Lady)  en los Angeles,  en 2003, en el concurso Baile Esmeralda.
 No consta con quién hacía pareja la millonaria, o si se presentaban los tres a los concursos abriendo así nuevas opciones al ritmo trepidante. Miro la foto de Monica Wong y la encuentro igual a tantas otras orientales: bella con edad plastificada en un intrigante aspecto juvenil, ojos pequeños y algo tristes, sonrisa de sumisa disposición, seductora apariencia sugiriendo placeres consentidos. No tengo la instantánea de Mirko Sakani, pero apostaría que ambas deidades son intercambiables.

En cualquier caso, la relación del trío era óptima, acumulando clases y éxito. Sus vidas proseguían, dedicados en cuerpo y alma a llevar a Monica Wong a la perfección en ese baile sublime que a otros mortales nos seduce igualmente, aunque no a tales cotas.

Hasta que un día, cuando la clase se desarrollaba en un restaurante –no se aclara la modalidad de salsa que estaban practicando en el lugar, aunque pudiera tratarse de la difícil salsa bearnesa, siempre proclive a cortarse...¿o sería quizá la salsa rubia, que tantas variedades tiene?- el Sr. Sakani- Fairweather la llamó “vaca burra perezosa” y le exigió que “moviera el culo”.
 

Esta humillación insoportable en lugar público movió a la alumna, doctamente asesorada, a llevar a sus profesores a los tribunales, por insultos y a rescindir inmediatamente el contrato, alegando que había perdido la confianza en sus mentores y que la vejación sufrida le imposibilitaba en adelante para recobrar el talante necesario para seguir buscando la perfección salsera.

Los maestros del baile alegaron, por su parte,  que no había tal intención, sino que pretendían estimular a la madura danzante, porque la notaban algo remolona. Y, para animar el cotarro, pusieron una contrademanda, exigiendo el pago de los 3 millones de dólares que restaban. El asunto está pendiente de decisión judicial, pero yo ya tengo el veredicto: Si el diablo cuando no tiene nada que hacer con el rabo espanta las moscas, las tai tai lo aprovechan bailando salsa sobre la tumba de sus difuntos.
 

Tai tai : 1.  A term used in Chinese circles for  supreme wife (implying situation where a man is  wealthy enough to have several "wives')  but no longer strictly interpreted.  Term now applies to citizens of the world with an Asian viewpoint  who have bounds of time and money.   A Tai Tai is a privileged lady of means.  
2.   Supreme of the Supreme is its literal translation. 
The term  implies respect.  To qualify as a Tai Tai, one has to have lots of leisure time, lots of money to spend and lots of gossip to exchange. 

(más en: http://www.geocities.com/hellotaitai/ )

3 comentarios

Luis -

No había fijado mi atención en el dato de la edad sino mas bien en el concurso Golden Lady que había ganado la señora. Este dato me había llevado a una serie de televisión de hace unos cuantos años “Las chicas de oro” y la imaginación empezó a volar pensando en aquellas señoras vestidas con trajes ceñidos y haciendo acrobacias al ritmo de la salsa. En cualquier caso, reproduzco aquellas palabras de Juan Pablo II a la multitud exaltada: “Soy un joven de 83 años ...”. Y en alguna ocasión escuché algo así como: ¡Si la juventud supiese ...!, ¡si la vejez pudiese!. La frontera entre la juventud y la vejez nos la ponemos nosotros mismos. O acaso se trata de un estado transitorio que unos pasan con rapidez y en el que otros permanecen hasta el final de sus días, como Juan Pablo II ...

Administrador del Blog -

Mi comentario a una noticia marginal pretendía ser, ante todo, simpático. Creo que el tuyo también lo pretende(en especial, por lo del merengue). Pero tengo que echar mi cuarto a espadas por estas marginales razones: La Sra. Wong, según las crónicas, estaba bien dotada para el baile, y llegó a ser una muy aceptable danzante en la especialidad de salsa. Ella encontraba el placer del baile en la exhibición de sus capacidades, lo que veo legítimo. Además de que, en particular los que danzamos como patos, comprendemos la relación del baile con el incremento del atractivo sexual y la preparación para actividades mayores-, la danza tiene un componente de exhibicionismo. Cuando se hace virtuoso, su contemplación es agradable a todos.

Ya finalmente, se me hace duro que llames anciana a una joven de aspecto tan agradable y con solo sesenta y un años... Está en la flor de la vida... Desconsiderado jovenzuelo...Al pote vendrás, arbeyo.

Luis -

Una de las moralejas de la historia es que con dinero no se consigue todo. La anciana salsera gastó una importante cantidad de dinero en aprender a bailar salsa pero sus propias limitaciones, seguramente la edad y los condicionantes propios de la misma, no le permitieron franquear un determinado listón. Su propia incapacidad y la sensación de fracaso por no cubrir sus irrealistas expectativas le condujeron con mucha probabilidad al aburrimiento. Además, la manera de afrontar el proyecto fue errónea. El baile se disfruta en compañía, sin tensión. Permite hacer ejercicio y conocer gente. Y una vez superado el miedo escénico, su práctica se convierte en algo realmente satisfactorio.

En conclusión, en la vida ni la actitud ni la aptitud se compran con dinero y los nuevos proyectos se tienen que afrontar desde planteamientos realistas y en marcos adecuados. El desconocimiento del entorno y los planteamientos inadecuados conducen al fracaso (en forma de litigio, en este caso)

Quizás la anciana debería haber empezado por algo más dulce. Pongamos un merengue ...