Tertulias en ALNORTE: Empresarios y política
El 5 de junio de 2006 celebramos en el restaurante AlNorte una tertulia sobre el tema: "Empresarios y política", cuyo Borrador de Acta es la siguiente. Algunos de los asistentes no han manifestado aún la aprobación del Acta, por lo que se suprimen los nombres de los intervinientes.
No estuvieron todos los que habían comprometido su asistencia (ya se sabe que, a última hora, puede surgir un imprevisto, o, sencillamente, nuestro anunciado contertulio se olvida de mirar su agenda o se le va el santo al cielo). No pretendemos con las tertulias de AlNorte sentar cátedra ni apoyar ningún dogmatismo, sino pasar un rato agradable mientras cenamos. Y lo compartimos con los que no han podido asistir, sean o no habituales contertulios, aunque nunca los hayamos conocido incluso. Porque los temas se abordan con seriedad, con dinamismo, con un punto de originalidad improvisada. Nada más lejos que querer sentar cátedra en lo que nadie ha preparado de antemano. Pero sí sería agradable conseguir trasladar en estas actas la frescura y la inmediatez de los que hablan.
La tertulia comenzó a la hora anunciada, en el agradable ambiente del aire acondicionado del local, para un final de tarde caluroso, que anuncia el seco verano de este año.
La Propuesta de guión para la tertulia fue:
-Perfil y características del empresario y de la empresa modernos.
-La construcción de la política de empresa en la economía real.
-Democracias y modelos: grados de libertad. Intereses públicos y privados: puntos de confluencia y/o divergencia
-Papel social de la empresa: la empresa como ciudadano corporativo en la sociedad civil.
-La globalización de la economía y sus efectos sobre la empresa.
-Empresa y responsabilidad social corporativa. Empresa y derecho. Empresa y medio ambiente.
-Empresas multinacionales y Estados. El poder político de los grandes intereses transnacionales.
-Empresa y beneficios. Internalización de los costes y rentabilidad empresarial.
-Política de empresa vs. Política de partidos. ¿Independencia del empresario?
-El apoyo a/de los partidos políticos. La financiación de los partidos por las empresas. La neutralidad empresarial: sus límites.
-Empresas públicas, empresas mixtas vs. Empresa privada. ¿Coexistencia pacífica?
-Empresa y ética. La información privilegiad la corrupción, etc. Elementos distorsionadores del libre mercado.
-La generación de los empresarios. Viveros de empresas.
-La tradición familiar, la Universidad, la oportunidad, la visión de la oportunidad, el error, etc. La psicología del emprendedor.
-La libertad de empresa como recurso. Necesidad de un marco general de evolución previsible: los factores exógenos y la viabilidad empresarial.
-Las asociaciones empresariales. Los lobbies.
-Detección de oportunidades de negocio. Valoración de ventajas y riesgos. Acotación estática y dinámica del riesgo.
-Desarrollo estratégico: planes sectoriales y generales, la orientación de la inversión pública y de las oportunidades de negocio. Modelos públicos o pactados de desarrollo.
-Elementos constitutivos de la empresa moderna. Capital, trabajo, creatividad, innovación, información, etc. Investigación y desarrollo en la empresa.
-El trabajo y la empresa. La inversión en capital social. Sindicatos y dinámica empresarial. La cogestión en la empresa. Las cooperativas y su espacio.
-Factores de competitividad empresarial: calidad, reducción de costes, nuevos productos o procesos, compromiso social, apoyo corporativo, elementos diferenciales locales, etc.
-La información y el acceso a la misma.
-Subvenciones y ayudas públicas como elementos influyentes de la rentabilidad y competitividad empresarial. Valoración.
-Las organizaciones no gubernamentales y la empresa. Intereses y efectos.
-Universidad como formadora de empresarios y como elemento de creatividad e inventiva. La competencia desde la Universidad.
Durante la tertulia se sirvió el siguiente menú (a 30 euros):
Gazpacho de melón con algunas meteduras de gambasEnsalada de canónigos y otras verduras, con espárragos trigueros, fresas y queso de Burgos al toque agridulce
Empanada a la gallega de chipirones y percebes en salsa suavemente alegre, o picante según como se mire
Cachopo de merluza y salmón con farsa de cangrejos de río y una crema de puerros y cebolletas confitadas
Postres de la casa a compartir (helados de leche merengada y agua de cactus, tartas de manzanas ácidas y moka y frixuelos asturianos rellenos de crema inglesa)
Vinos de Labastida y Mantel Blanco, refrescos, e infusiones.
Desarrollo de la tertulia
El moderador pretendió explicar que no se trataba de hablar de la política y de los empresarios, sino, sobre todo, “de comentar sobre la política de las empresas, en un contexto social en el que las actuaciones de los empresarios eran sustanciales para el desarrollo humano, porque el trabajo es una forma central para distribuir la riqueza,” y el empresario tiene parte de las llaves.
Después de este preámbulo, lanzaba a los amigos contertulios la pregunta acerca de si “podría un empresario ser de izquierdas, e incluso si era posible distinguir una política empresarial privada de izquierdas”. Porque, durante bastante tiempo, incluso ya en democracia, se había asociado en España el ser empresario con la quintaesencia del capitalismo; posteriormente, el reconocimiento de su necesidad básica para impulsar y fundamentar la sociedad, llevó a una época de búsqueda y promoción de empresarios, tratando de convencer a todo el mundo de que él podría montar su propia empresa y enriquecerse.
El empresario ha sido también visto como la antinomia de la clase obrera. En la actualidad, dado el distinto estado de evolución de los países y de las democracias en ellos, coexisten muy variadas visiones acerca del valor del empresario y su vinculación con los políticos. En algunos países se limitan los beneficios máximos, en otros se les exalta como artífices de la economía y creadores del bienestar. Se oye frecuentemente que el buen empresario debe ser neutral, pero ¿es posible que un empresario apoye a la izquierda política? ¿A qué servidumbres le puede conducir, con qué ventajas?
1. Los papeles del empresario. La admiración por la figura.
Era, sin duda, calentar motores y tergiversar el esquema previo de la tertulia. MC creía que el empresario “ya debía moverse en un entorno suficientemente complejo como para que, encima, se le impusieran nuevos papeles”. Para él, el rol “ideológico no le corresponde, porque está fuera de sus objetivos e intereses. Hoy está de moda que las empresas anuncien que asumen responsabilidades sociales, ecológicas, locales, etc, pero, en esencia, no son más que un aspecto del plan de marketing. La definición de empresario hay que seguir encontrándola en la definición clásica: el empresario es el individuo que ha asumido una actividad especial por la que trata de mejorar la producción de los bienes y servicios necesarios para la sociedad en la que vive, ofreciéndolos al mercado, con el objetivo de lograr un beneficio”.
En esencia, por tanto, “en la figura del empresario no hay tanto de ideología como de acomodación a una situación social específica.” Dicho esto, MC enunció que “no existe otra figura social de tanto atractivo como el empresario,” para la que manifestó tener una enorme admiración. “En mi trayectoria profesional, siempre fui empleado por cuenta ajena, hasta recientemente, en que me convertí en pequeño empresario”. Es ahora cuando dijo nuestro contertulio comprender las angustias y los problemas de esa actividad, independientemente del sector en el que quiera moverse quien arriesga su dinero y todo su tiempo. Pero habría ocasiones en volver sobre esa cuestión.
Santos defendía que “había que despersonalizar. Cuando estamos hablando de la economía como campo de actividad, las posiciones individuales no son decisivas, porque la importancia del tema es infinitamente superior.” Esa visión global “debe evitarnos hablar de una corporación concreta o de problemas específicos. Si juntamos los términos de economía y política obtenemos dos combinación ilustrativas: política económica o economía política, que nos sirven para contar la historia de nuestra civilización.” Desde la aparición de la política en la actividad humana, ha ido produciéndose una trabazón “cada vez más intensa entre los negocios, la manera de hacerlos, y la política,” la gestión de la ciudad.
“A partir de los siglos XVII y XVIII, -continuó S- con el abandono de la idea de que el comercio era la base para la generación de riqueza, la política se centró en apoyar los negocios y en su organización. Marx, que era mejor economista que historiador, lo plasmó de una forma modernísima: Ahora que está de moda indicar que las empresas generan valor, hay que recordar que a ese propósito Marx lo llamó plusvalía. Porque, ¿qué otra cosa se quiere indicar con aportar valor? Una discusión diferente es, desde luego –matizó- decidir si quien aporta el mayor valor es el capital o el trabajo”.
S enlazó su intervención con un elogio al “empresario del siglo XIX, modélico –dijo- en la plasmación de lo que él y la sociedad describían como generación de riqueza. Se levantaba pronto, convivía con sus obreros, trataba de solucionar en la medida de sus posibilidades los problemas que le presentaban...”
“Me temo que el empresario actual, que critica la política y afirma querer que desaparezca –con expresiones como “que los políticos nos dejen hacer nuestro trabajo a los empresarios” o declaraciones de enfrentamiento con los responsables del gobierno que vienen a indicar el “yo lo haría mejor”, etc-, tienen más presente que nunca que, para ellos, la empresa es un negocio, que cuando va bien, no necesita de la ayuda del Gobierno, pero que, cuando vienen mal dadas, acuden al político.”
En resumen, anunciaba S, que “hay que evaluar y hablar en serio de política y economía. Los intereses económicos que gobiernan el mundo no tienen solamente nombre de empresas, y se llaman Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Organización Mundial del Consumo, etc, en tanto que los poderes de los Estados se han ido desprestigiando”. Frente a esos movimientos del gran capital, Santos indicaba también que “la economía no se hace solamente por los grandes grupos, sino por empresarios anónimos. Algunos llegan a amasar grandes fortunas,” y sus nombres se unen a los de quienes estuvieron tempranamente haciendo política en su beneficio. Así están los Rockefeller junto a los Grimaldi; en España, la historia de la familia de Juan March, iniciada en la segunda República, puede ser otro ejemplo de utilización beneficiosa para los intereses empresariales de la relación con los políticos.
I había recogido alguna información sobre las características de las empresas que se crean en España. Empezó comentando que las empresas, según los datos que tenía, no mueren con mayor probabilidad en el primer año, sino en el tercero de existencia. Por otra parte, “hay varios tipos de empresario, y si queremos hablar de ellos, debemos conocer las características de cada uno. Está el empresario-emprendedor, creador de puestos de trabajo y actividad a través de empresas creadas según el derecho mercantil. No todos tienen capacidad para serlo, y por ello, se les puede considerar un grupo humano especial. En segundo lugar, están los llamados autónomos, de los que en España hay casi 3 millones, que en número muy significativo (1,7 Millones) dan empleo a una sola persona física: ellos mismos. A salvo de la posible generación de empleo indirecto, no crean ni controlan otro empleo. “
Se suele considerar –explicó I- “a ambos tipos como emprendedores, pero los motivos de cada uno son claramente diferenciables. Aquellos son personas jurídicas; estos, personas físicas.” Después de este análisis, I se preguntaba si la creación de empleo debería ser determinante para catalogar como empresario a un emprendedor. “Si analizamos el panorama, de las primeras 84 grandes empresas, la mayor parte provienen de la empresa pública o están relacionadas con servicios públicos” (Telefónica, la mayor, con 214.000 empleados directos, prestan un servicio público imprescindible); “muy pocas son sociedades anónimas y las que lo son, tienen una sociedad de control que garantiza que las decisiones las tomarán unos pocos”. I admitió también que habría un tercer grupo de emprendedores que serían “quienes gestionan una empresa o grupo de tamaño importante, pero no son sus dueños: es decir, los ejecutivos”.
El moderador, en su actividad provocadora, leyó un trozo de un ensayo de Fernando Mires (académico chileno, profesor en la Universidad de Goldemburg), en el que este autor calificaba como empresarios -aunque les pese- “a colegas que, independientemente de su filiación política, se inventan proyectos de investigación para crear microempresas o se conseguir becas para sus alumnos distinguidos”.
SV estaba segura de que “mezclábamos los conceptos.” Después de afirmar que, “iba a ser breve,” porque estaba acostumbrada, por su profesión periodística, a esquematizar”, estuvo clara al “negar la característica de empresario al profesor, porque una obligación inherente al empresario era crear riqueza.
No era la única obligación, sin embargo, que atribuía a nuestros protagonistas indirectos de la tertulia. “Otra de sus obligaciones, es ganar dinero con un proyecto.” Además, “ los gestores, tanto de empresas públicas como privadas, a las que mucha gente confunde como empresarios, son ejecutivos. Administran el dinero para otros, pero no se pueden identificar con el empresario, que es el que arriesga su dinero, y que, si le va mal, lo pierde, y si le va muy bien, puede llegar a crear hasta un imperio.”
La ATA (Asociación de empresarios autónomos), cuya sede central está en Córdoba, agrupa los intereses de un colectivo cuyo número total es de 3,5 millones de personas. La definición de autónomo en España proviene de la Ley General de Seguridad Social que incluye a los trabajadores por cuenta propia, sean o no titulares de empresas individuales o familiares, y que están excluidos del Estatuto de los Trabajadores. Para la consideración de trabajo autónomo es necesario que la actividad lucrativa que se realice de forma habitual, personal y directa.
La diversidad de situaciones que se agrupan en la categoría de autónomos –que abarca taxistas, fontaneros, consultores, etc- es inmensa. Para SV, el análisis de nuestra tertulia debería hacerse desde un escalón más alto que la simple consideración de empresarios y políticos, analizando la interrelación entre ambos sectores. En el ente público TVE, en el Espacio encuentros en libertad, se entrevistó a “un alto porcentaje de empresarios que tenían algo que decir, y quedó claro que el empresario no debería tener un planteamiento político. Con una excepción: en la dirección de los medios de comunicación”; en lo demás, el discurso empresarial no debería relacionarse con la política. “El empresario debe estar al margen de la política, como la institución del Rey”
S invitó a no exagerar las cosas. “El empresario es una persona, y no se le va a privar de sus preferencias ideológicas, aunque habrá que distinguir entre su ideología y la difusión y uso que haga de ella. Esa ideología propia no la debería traducir en su diseño económico, sino en su política social. Ahora se está tratando de convertir todas las actuaciones empresariales en Responsabilidad Social Corporativa. Los grandes gurús que pretenden difundir la buena nueva no se hartan de proclamar ese nuevo escenario. Se trata de una zarandaja. “
“El empresario lo que debe hacer es ganar cuanto más dinero, mejor, porque no le competen otras responsabilidades, y habría que detectar el trasfondo de esas declaraciones hipócritas.” La percepción de la responsabilidad social de Shell o de Green Peace es diferente, porque Shell tratará de hacer su negocio como empresa petrolera, y Green Peace se debe a sus características de ONG con sensibilidad ambiental. Es decir, explicándose S a sí mismo, afirmó “coincidir con SV en que la persecución del dinero y la riqueza son centrales para el empresario, pero el uso que se haga de ellos hace más importante el para quién y el cómo de la distribución”.
SV intervino “por alusiones”, matizando que la obtención de dinero por el empresario es básica también como objetivo social, porque, en otro caso, no se podrían crear puestos de trabajo. C, introdujo la interrogante respecto al objetivo empresarial de crear puestos de trabajo, que le parecía una atribución inexacta: “el empresario solo debe crear riqueza”.
Cuando SV terminó su puntualización, C desarrolló su cuña. “El empresario coordina recursos y medios para la generación de riqueza. Ese es el punto central de su actividad, al que hay que volver. La creación de puestos de trabajo es un subproducto de la generación de valor. Es el valor añadido que aporta con su actividad, y no se puede perder esa óptica, a riesgo si no de adulterar el concepto de empresario.”
Estábamos tratando del empresario, pero había que hacer alguna referencia al accionista, en especial al que arriesga su dinero confiando en la gestión de otros. Curro lo expresó con claridad. “El accionista es un recurso más, el económico. Las aportaciones económicas al proyecto son determinantes para que éste se desarrolle, como lo es el marco social.”
“El esquema general para desarrollar las reglas de juego, lo determina el marco político, especialmente en lo que respecta a las actuaciones de las grandes empresas, porque la política tiene menor incidencia en el empresario de nivel medio/bajo. Quienes hemos trabajado en proyectos en América Latina, por ejemplo”, dijo C, “sabemos bien del valor del marco legal, en cuanto a la seguridad y estabilidad de las reglas de juego. Para saber si se está participando en un partido de fútbol o de tenis. La estabilidad jurídica es esencial. En alguna medida, esta argumentación llevaba a C a afirmar que el empresario tiene la obligación de mantener ideas políticas, porque debe decidir qué partido, que política de gobierno le ofrece el marco legal más adecuado para el desarrollo de su proyecto.”
Expresó C, en este contexto, “la admiración que le producía una actuación de empresarios como José María Cuevas, que es capaz de sacar la tarjeta amarilla a los políticos de uno u otro signo, sin abandonar el talante cordial, indicándoles así que el marco legal que tratan de fijar no va por buen camino.”
L inició su intervención afirmando que “ se veía que nos costaba juntar los conceptos de empresario y político, aunque reconocíamos que se encontraban muy cerca uno de otro. En algunos países, la colaboración entre políticos y empresarios es vista como algo necesario, natural, pero en España nos hemos acostumbrado a colocar una cortina de separación.” Pero independientemente de la existencia de “un velo entre ambos, la correlación es altísima, al menos entre los grupos políticos y las grandes empresas”.
L es partidario de la “transparencia de esa colaboración, en especial, de las ayudas económicas que los empresarios presten a los grupos políticos. Entre no saber nada e ignorar lo que creo que sucede, me decido por la transparencia. Porque es difícil para las empresas vivir sin el apoyo político. Hace falta una independencia económica muy alta para poder afirmar con verosimilitud que no nos interesa la política. Por ello, defiende Luis el sistema angloamericano como más transparente, más leal con la realidad.
I está de acuerdo en que cuando la empresa es pequeña puede permitirse ser independiente del político, pero cuanto más grande, las implicaciones e interrelaciones crecen. Citó como uno de los casos paradigmáticos el del proyecto de El País, personificado hoy en Jesús Polanco, cuyo margen de independencia se ha ido reduciendo a medida que el proyecto crecía. Las grandes empresas no pueden ignorar la importancia de la política. El reciente caso de la nacionalización de la empresa que mantenía Repsol en Bolivia por el nuevo gobierno de Evo Morales es una demostración evidente de que no pueden descuidar ese campo.
MC. discrepaba con “casi todo. ¿Cómo se le puede exigir crear empleo o crear riqueza al empresario? ¿Quién, y con qué autoridad?”. Empresario, “entrepreneur o emprendedor, lo es solo el que crea, el que arriesga. A lo mejor, al cabo de unos años, si logra que su empresa prospere, tendrá 2 o 10 empleados, o habrá creado un imperio a lo Bill Gates. Sus comienzos pudieron haber sido difíciles: Jesús Polanco empezó como vendedor de libros a domicilio. “
“Desde esa idea, y con la necesidad, y un coraje enorme para sacarla adelante, sí, quiere crear un valor, pero para sí mismo. Quiere obtener una riqueza propia, para él y su familia. No mezclemos ese propósito legítimo con otros ajenos al proyecto, como la creación de empleo, porque el objetivo es el propio interés y ya es suficiente, sin más fantasías.” De esta forma, “con el amor a uno mismo, conectaremos con la ética del amor al prójimo, al estilo de lo que defiende Sabater, o de la Mano Invisible de Adam Smith. La consecución del propio interés el cumplimiento de objetivos ligados al disfrute de uno mismo, es lo que tiene consecuencias beneficiosas para la sociedad.”
S, algo alarmado por esa visión goísta del empresario, defendía una “visión más romántica, relacionada con la revolución industrial. Rafael contó su propia experiencia, después de haber sido durante mucho tiempo funcionario. Actualmente se mantiene como empresario, autónomo, incluso después de haber montado una empresa que llegó a tener más de 20 empleados y que tardó ocho años en configurar, y al que circunstancias que no relató en la tertulia llevaron al fracaso. Esa persistencia en la vocación empresarial tardía la vinculó como algo parecido a la erótica del poder.
Esta referencia personal, indicó a S el camino para hablar de la persona empresario, de lo que la guía y desea, pero sin particularizar. Estaba S “de acuerdo con Manolo en que cada empresario –quizá cada persona- lo que desearía es ganar dinero sin límites. Al menos, con los únicos límites que impone la legalidad.”
Y aunque las intenciones particulares no son para nuestro contertulio “relevantes, sin embargo, si es básica la actitud social del empresario, porque la economía es más importante que la empresa. ¿Cómo si no –se preguntaba- podríamos hablar de de una dinámica sostenible, de crecimiento económico? Para la sociedad, es importante la creación de PIB del país y no el beneficio de sus empresas. Si perdemos esto de vista, como desgraciadamente tiende a suceder, la política habrá desaparecido. No es casual que Microsoft tenga un volumen de negocio equivalente al PIB de 45 países juntos...”
Después de esta reflexión, S hizo otra más provocadora, que suscitó reacciones encontradas. “El ciudadano medio español vive hoy mejor que Carlos V (eso es una obviedad, oyó decir). Desde el siglo XV, después de haber perdido la tercera parte de la población entre la peste, las guerras, las hogueras, llevamos un período de expansión. Lo determinante es, sin embargo, no la expansión global de la economía, sino cómo se distribuye esa riqueza. Cuando afirmo que el nivel medio europeo está hoy por encima del nivel del emperador Carlos, quiero que se reflexione sobre la importancia de que la generación de beneficios se distribuya para que todos mejoren. Y eso no sucede siempre. ¿Qué está ocurriendo en África, en Asia? La gente vive peor cada año. Las guerras que sufre el mundo no son las disputas románticas que llegaron hasta el siglo XIX, no son disputas de fronteras. Son la plasmación de intereses puros y duros, de las batallas por el dominio del poder económico.”
El moderador estimó que la expresión de ideas respecto al marco en el que se desenvuelve la actividad empresarial ya estaba suficientemente debatida, e invitó a hablar de la elección de la vía empresarial como forma de realización personal o como manera de subsistir.
MJ contestó a esta reflexión indicando que, “actualmente, la mayoría de los jóvenes quieren ser funcionarios, que es tanto como decir, vivir de lo que generan otros, porque quien crea riqueza es la empresa.” Para ella, ese era “uno de los males de nuestra sociedad, que no animaba a la asunción privada del riesgo”. MC dió, como contraste, el dato de que en Francia, “el 75% de los jóvenes desean ser empresarios, prefiriendo ganar dinero con autonomía”, a lo que C, irónico, apostilló que “así va Francia”....
La aparición de la tipología del funcionario como presunta antítesis del empresario, motivó la intervención de SI, que quiso hacer importantes matizaciones respecto a la cuestión de vivir del dinero público. Angel, bajando del pedestal del moderador a la cancha, afirmó que no se estaba objetando la necesidad o no de los funcionarios, y que era imprescindible que existiera quien ejerciera, desde la neutralidad y sin preocupación económica, el control y la gestión del aparato administrativo público.
SI entendía, sin criticarlo, que el objetivo de los empresarios era ganar dinero en un contexto de libertad de mercado. Matizó, sin embargo, expresando como ejemplo lo que sucedía en el caso de los concursos públicos. Antes de la adjudicación, los empresarios tratan de ajustarse al Pliego, se esfuerzan en presentar que cumplen las reglas del juego. Una vez que se han hecho adjudicatarios, el Pliego pasa a importarles un pimiento. Los objetivos del proyecto que, como proyecto público, suelen ser sociales, son enmarañados y adulterados por el empresario, preocupado por la revisión de precios, el cambio de materiales, los modificados, la prolongación de los plazos, etc. Las empresas son necesarias en una sociedad capitalista, desde luego, pero los funcionarios bien formados e incorruptibles lo son tanto o más.
“La forma de hacer política de otro tipo de empresa, las transnacionales, es muy diferente. Ellas hacen política, porque deciden sobre los políticos, los ponen y quitan.” SI recordó la actuación de la ITT, que tenia inversiones en Chile, preparando y financiando el golpe de Estado contra Salvador Allende.
SI continuó su repaso a los tipos empresariales hablando del “empresario autónomo agrícola, que lo es así para cumplir con una legalidad que le permitirá posteriormente obtener una pensión de jubilación o una cobertura sanitaria, pero en la que el objetivo de ganar dinero no existe, sino que prima la necesidad de subsistencia. “ Otros empresarios autónomos, de los que citó como ejemplo a los “taxistas, sí pueden tener como objetivo la consecución del máximo dinero con su empresa, y por ello les preocupará la eliminación de cualquier traba al marco jurídico que les impida ese objetivo, saltándose descansos semanales, restricción de circulación porque la matrícula de su coche termine en X o en Z.” Es decir, también un marco jurídico estricto puede ser perjudicial para el empresario, y eso lo saben los políticos, porque les resta votos,
B aportó, desde su trayectoria en la gran empresa, su propia visión. Entendía que “cuando el marco político no les satisface a sus intereses, las grandes empresas tienen recursos y acuden a especialistas que influirán sobre las decisiones políticas, los llamados lobbies de presión u opinión.” B fue cauta al indicar que desconocía “cómo se materializaba esa actuación.”
Estaba B de acuerdo con la intervención de S, dijo, “que le había dado pistas acerca de como se materializaban los intereses de las grandes empresas.” Y le parecía, cuanto menos, “preocupante que las grandes empresas tuvieran esa capacidad de influencia sobre la vida de los pueblos. Por ejemplo, decisiones sobre la localización/deslocalización de los centros de producción empresarial pueden provocar fuertes conmociones sobre la existencia de la ciudadanía afectada.” Hizo un rápido repaso a las posibles influencias sobre los niveles de capacitación, la generación de puestos de trabajo y actividades inducidas por los grandes grupos, la afectación al ambiente etc.
Todas estas cuestiones le hacían preguntarse: “¿Qué hace la política para definir el papel de los empresarios, sabiendo la importancia de que las grandes empresas se ubiquen en una localidad, en una región, en un país? ¿Cómo se controlan, en definitiva, y a qué nivel efectivo, estas decisiones?”
El moderador cedió la palabra a MA, que deseaba intervenir desde hacía un tiempo. “Solamente quería apuntar un par de cosas”, dijo. “En la identificación de los motivos de actuación de las grandes empresas, será difícil que se expresen otras intenciones que la creación de puestos de trabajo, y el apoyo en la obtención de beneficios sociales. Todos pensaremos, sin embargo, que lo que buscan es la obtención del máximo beneficio. “ Lo que le parece a MA particularmente “injusto es que esa identificación con el concepto vulgar de empresario como explotador-acumulador de riqueza, sirva a la gente para catalogar al pequeño empresario.”
MA, que ha montado con otros compañeros de carrera una pequeña empresa se ha visto sorprendido al advertir que, “ya desde el mismo momento en que la crearon, todos sus conocidos, y hasta los propios empleados de la empresa, han asumido que están ganando dinero, mucho y de forma fácil.” Respecto al marco legal, opina que “al poder político no le preocupa limitar el espacio de libertad del gran empresario, sino que se concentra en tomar medidas para restringir el del pequeño empresario.” Un contrasentido social revelador de por dónde van las prioridades e intereses de los políticos.
F opina que ha de buscarse “un punto de equilibrio entre el objetivo empresarial de ganar dinero sin límites y los intereses generales. De otra forma, se construiría un universo de gángsteres.” Manolo le interrumpió para puntualizar que “el empresario presenta, por definición una diferencia sustancial con el delincuente: su fin es ganar dinero legalmente, crear riqueza de acuerdo a los parámetros que fije la ley”.
F siguió exponiendo su idea: “el parámetro de la creación de riqueza no es suficiente, ni necesario, para caracterizar al empresario: hay funcionarios que crean riqueza, y empresarios que deberían estar en la cárcel, porque su supuesta creación de riqueza se basa en engañar a la sociedad. Algunos desaprensivos pueden pretender ser tenidos como empresarios cuando en verdad son delincuentes. Es la plasmación de La pesadilla de Darwing: matar negros en África para crear pingües beneficios en Europa y América. “
Para F, “el empresario tiene que tener ideología, valores que ordenen sus actuaciones. Desgraciadamente, los modelos clásicos de valoración de la actuación empresarial se han modificado. Antes, el empresario era respetado como creador de riqueza, traducida en puestos de trabajo, que cuanto más aumentaba, hacía crecer, en las empresas mayores, su cotización en Bolsa. “
“Actualmente, sucede lo contrario: los índices bursátiles suben cuando se anuncian restricciones de empleo; los buenos gestores son los que reducen los costes laborales.” Alguien preguntó: “¿Nos llevaría esto a deducir que Fidel Castro es el mejor empresario mundial? Nadie contestó directamente, porque F siguió afirmando que “el empresario debe ganar dinero desde el conocimiento y responsabilidad de lo que hace, y no solamente pensando en sí mismo”.
MC que confesó “no creer en el mercado, al que el empresario debía acercarse con su logística, pero defendía también que debía ser corregido con actuaciones políticas.” A esta argumentación se unió I, glosando el poder real de los políticos –limitado- para modificar el comportamiento de un mercado impuro de origen. Para MC, la reconducción del mercado, en caso necesario, era “una responsabilidad de los políticos”, argumento expresado con reiterada insistencia, que llevó a SC a protestar por ese traslado a la política de los problemas económicos.
El moderador, como suele hacer cuando la situación dialéctica se encrespa un tanto, pidió a quienes no habían intervenido hasta ahora su opinión. Rse preguntaba: “¿Por qué hay que pedir nada al empresario en relación con la sociedad? Si fracasa, ¿se le va a compensar, se le va a dar algo?”.
Isidoro contestaba a la pregunta, recordando la incorporación a las estructuras de las empresas públicas HUNOSA y ENSIDESA de las empresas de los sectores del carbón y del acero que se habían demostrado inviables, y cómo, en el caso de HUNOSA, su sostenimiento protegido con subvenciones, acabó cargándose la minería del carbón en España.
Le parecía interesante al moderador que se profundizase en el carácter del empresario, especialmente de los nuevos emprendedores. L describía que “los empresarios se hacen en casa. Porque aunque la política puede jugar un papel de importancia, en España vivimos anclados en el pasado, somos conservaduristas. Pocos se plantean ser empresarios para toda la vida.” Por ello cree que “es necesario entrelazar las actuaciones políticas con la motivación para que se creen empresas. Si no existen estímulos al riesgo, -preguntaba- ¿quién va a exprimirse los sesos en encontrar algo creativo en lo que podría arruinarse para siempre?”
K dijo hablar desde “su múltiple carácter de profesora universitaria, científica investigadora y conocedora de la situación de alumnos que habían creado empresas.” Quiere que se le reconozca al profesor universitario “la preocupación por la creación de riqueza empresarial, y estima que las vocaciones empresariales deben aparecer en la juventud. Habría que apoyar como un hecho natural que, para esos jóvenes creadores de empresas, algunas fracasarán.” Como funcionaria, defiende que ellos “también crean riqueza: un profesor investigador es generador de riqueza, algunos de sus descubrimientos tienen trascendencia empresarial. “Tampoco admite que se identifique funcionario y molicie, porque “llegar a ser funcionario es un camino duro, lleno de obstáculos.” Para muchos, es la culminación de una vocación de servicio a la sociedad.
L se interesaba por conocer detalles del funcionamiento entre la colaboración de la empresa y las Universidades. “¿De dónde proviene el mayor impulso para la investigación en las Universidades? ¿De las empresas públicas?”
S fue concluyente: “Desde que existen los Consejos Sociales de las universidades se puede afirmar con datos que los empresarios no contribuyen más que simbólicamente a la investigación universitaria.”
La tertulia pasó ahora por una fase de intervenciones tal vez desordenadas, pero que venían a completar las visiones particulares. SV, matizó que creía que “la obligación de los gobiernos era crear empleos y ayudar a las condiciones para que las empresas los crearan, en los lugares en donde se creyera más necesario”. RC. tenía claro que “el catedrático que contrata por debajo de los precios del mercado trabajos con las empresas, aprovechando que disfruta de mano de obra barata y equipos públicos, no solamente no crea empleo, sino que fastidia al empresario con su competencia desleal. “Por el contrario, alabó al profesor que realiza investigación, desarrollo e innovación en colaboración con las empresas, poniendo como ejemplo las actuaciones de la Universidad Politécnica de Madrid.
S reafirmaba que “la política debe estar fundamentada en los valores que se deseen para la sociedad, y ha de ser capaz de parar los pies a aquellas actuaciones que los pongan en riesgo”. Y expuso su teoría de que, “desde la revolución francesa, los principios de libertad e igualdad fueron recogidos de diferente manera. En el camino por la búsqueda de igualdad, se crearon los sindicatos y se avanzó en la protección del trabajador; desde el objetivo de libertad, se llegó a la situación actual de mercado, con el apoyo de la política. Esta evolución positiva es vista con recelo por los neoconservadores que proclaman que se ha ido demasiado lejos.”
Acerca de la cuestión de si la falta de información es la que restringe la vocación empresarial, MA opina que no cree “que ese sea el problema, sino más bien en la inexistencia de una cultura empresarial, y en la falta de capital. No hay inversores dispuestos a meter dinero en promocionar nuevas ideas.”
Sobre los riesgos que implica la falta de renovación sectorial, en una economía con gran dinamismo, S opinó que “tenemos debilidades claras en muchos sectores tradicionales, además de las ya conocidas de los campos siderúrgico, naval, minero o agrícola. Estamos en riesgo en los sectores del textil, del juguete, del automóvil, por ejemplo. Nos hemos quedado obsoletos sin recambio. En otros sectores, como el de construcción, parece que hemos sabido adaptarnos y tenemos, por ejemplo, las mayores tuneladoras del mundo.”
“Hay que propiciar una revisión sustancial de algunos sectores productivos, impulsando otros. En cuanto a la trayectoria del capital público”, pidió que se le permitiera hacer “un canto al franquismo, en el sentido de que, ya que se había mencionada a ENSIDESA, el logro de la industria siderúrgica de los cincuenta no se debe al capital privado, sino a la visión de un hombre del régimen, Suances.” Y en lo que respectaa la reconversión eléctrica, recordó que no la hizo el sector privado, ni Iberdrola ni Iberduero, la hizo Endesa. La construcción fue impulsada también en aquella época desde el estado. Ello fue posible, dijo SC, porque “el empresario de la época era timorato, carecía de rigor y de afición al riesgo. No le preocupan las inversiones rentables, sino las seguras.” El sector hidroeléctrico, paralizado por la guerra civil resurgió en 1944 con la fusión de Hidroeléctrica Ibérica y Saltos del Duero como Iberduero, que con el apoyo del Estado permitió la rentabilidad de las inversiones de los accionistas principales del Bilbao y Vizcaya.
R aportó un elemento a la comprensión del panorama empresarial español: el religioso. “La iglesia católica no posee la misma concepción por el riesgo que la luterana.” SI afirmó algo respecto a la actuación de los ministros del Opus Dei en los planes de desarrollo franquistas que este cronista no supo recoger, pero seguramente se refería a las hipotéticas vinculaciones entre esta Orden y el poder empresarial en la época.
Rafael Ceballos nos obsequió, una vez más, con sus estupendos juegos de magia de cerca, adaptados al tema. Nunca podremos agradecer bastante la creatividad de este contertulio y su saber hacer en contribuir a hacer nuestra tertulia, más inolvidable.
El moderador indicó que la próxima tertulia versaría sobre La libertad de expresión. Proponía se hablara no sobre los límites, sino sobre los contenidos preferentes del ejercicio de ese deber, del uso de ese derecho. Será el 3 de julio, a la hora habitual.
AA/aaJunio 2006 Notas.-1) La econometría se remonta al siglo XVII con lo que se denominó "aritmética política", cuyo impulsor fue William Petty (1623-1687), que escribía: “El método que utilizo...no es muy frecuente; porque en vez de no usar más que palabras comparativas y argumentos intelectuales, he decidido expresarme a base de números, pesos y medidas; usar sólo argumentos con sentido, y considerar solamente aquellas causas que tienen un fundamento visible de la naturaleza" (Escritos Económicos). Marx lo llamó el "fundador de la economía política moderna". Petty se apartó del mercantilismo dominante y anticipó la importancia económica de la división del trabajo y su teoría del valor. Era médico y utilizó numerosos ejemplos extraídos de su profesión. Por ejemplo, decía del dinero es como la grasa en el cuerpo: si es excesiva impide la agilidad, pero es necesario tener un grado de ésta porque "embellece el cuerpo".
2) Darwin's Nightmare (La pesadilla de Darwing) dirigida por Hubert Sauper en 2005, es un documental sin actores, que cuenta uno de los graves problemas del Africa actual, centrado en las poblaciones que viven al lado del lago Victoria, en Tanzania. Estas gentes que viven en la miseria, se concentran en producir la llamada perca del Nilo, que no es más que un eslabón de la cadena de explotación que sufren. El lago produce 500 t diarias de pescado, que se exporta a Europa (y otras zonas), mientras ellos mueren de hambre. En el viaje de vuelta de los aviones, éstos traen armas y municiones para los países que están en guerra con Tanzania.
3) Los Consejos sociales de las universidades españolas se regulan por la LEY ORGÁNICA 6/2001, de 21 de diciembre, de Universidades, cuyo TÍTULO III: Del Gobierno y representación de las Universidades, dice así: “Capítulo I: De las Universidades públicas. Artículo 14. Consejo Social1. El Consejo Social es el órgano de participación de la sociedad en la Universidad.2. Corresponde al Consejo Social la supervisión de las actividades de carácter económico de la Universidad y del rendimiento de sus servicios; promover la colaboración de la sociedad en la financiación de la Universidad, y las relaciones entre ésta y su entorno cultural, profesional, económico y social al servicio de la calidad de la actividad universitaria, a cuyo fin podrá disponer de la oportuna información de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación. Asimismo, le corresponde la aprobación del presupuesto y de la programación plurianual de la Universidad, a propuesta del Consejo de Gobierno. Además, con carácter previo al trámite de rendición de cuentas a que se refieren los artículos 81 y 84, le corresponde aprobar las cuentas anuales de la Universidad y las de las entidades que de ella puedan depender y sin perjuicio de la legislación mercantil u otra a las que dichas entidades puedan estar sometidas en función de su personalidad jurídica.3. La Ley de la Comunidad Autónoma regulará la composición y funciones del Consejo Social y la designación de sus miembros de entre personalidades de la vida cultural, profesional, económica, laboral y social, que no podrán ser miembros de la propia comunidad universitaria. Serán, no obstante, miembros del Consejo Social, el Rector, el Secretario general y el Gerente, así como un profesor, un estudiante y un representante del personal de administración y servicios, elegidos por el Consejo de Gobierno de entre sus miembros. El Presidente del Consejo Social será nombrado por la Comunidad Autónoma.4. El Consejo Social, para el adecuado cumplimiento de sus funciones, dispondrá de una organización de apoyo y de recursos suficientes.
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