Carta desde Europa: Americanos, aceites, desnudos y cocineros
El 7 de noviembre de 2004 el periódico El Imparcial, de Oaxaca, publicaba esta Carta desde Europa, la décima de la serie. Con la licencia que me concede el paso del tiempo, las presento ahora desordenadas, atemporales, un poco trasnochadas, para que los seguidores de esta blog puedan disfrutar (si así es, si así os parece) con ellas.
Resulta que todas las mañanas, cuando tomo mi tostada de pan con aceite de oliva y mermelada de moras junto al café con leche, me estoy medicando. No es ya, mi querida amiga, porque esté ayudando al correcto funcionamiento de mi tubo digestivo, sino porque, además, estoy favoreciendo al corazón. Así lo ha determinado, después de profundos estudios, la Agencia del Medicamento y la Alimentación de USA, concluyendo que el aceite de oliva reduce el riesgo de padecer enfermedades coronarias.
Esta recomendación, sin embargo, pasará casi desapercibida a los consumidores de la Unión Europea, porque no podrá reflejarse en las botellas de aceite que se vendan aquí. De acuerdo con la legislación, equivaldría a transformar el aceite en medicamento y, entonces, habría que comprarlo en las farmacias y no en el supermercado o en la tienda de la esquina.
La noticia puede que se deba a una simple casualidad, pero yo la interpreto como un paso interesante en el camino de la mejora de las relaciones entre España y USA, una vez que está fuera de dudas que el presidente Bush mantiene su poder sobre el mundo con el apoyo de la “Norteamérica profunda”.
Por cierto que a algunos, con esto de las elecciones, se les ha visto el plumero. Por ejemplo, un periódico de tanta difusión como El País estuvo dando como ganador a Kerry en las principales ediciones del martes. Tuvo que pedir perdón, por su arriesgado wishfull writting. Este impulso por adelantarse a la noticia, siendo los primeros en darla, ha llevado a la prensa europea a opinar sin empachos sobre la sucesión de Yasir Arafat, a quien se da por clínicamente muerto en un hospital de Paris.
Puede ser, como algunos especulan, que se le esté sosteniendo con vida artificialmente para dar tiempo a que en Palestina se pongan de acuerdo para una transición pacífica. Pero me parece muy misterioso que el sonriente rais que tomaba el avión para recibir tratamiento en uno de los mejores hospitales militares del mundo se haya convertido en un presunto cadáver al que incluso se le niega el enterramiento en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén.
Me puedo imaginar al enfermo siguiendo atentamente los comentarios y especulaciones sobre su muerte, haciendo sus anotaciones. Con tantos conflictos por resolver en el mundo, está muy bien que los gobiernos se gasten dineros en investigar todo aquello que no tenga nada que ver con el armamento, incluso aunque su inmediata aplicación práctica no sea evidente.
Un grupo de científicos de Albacete, capitaneados por Laureano Gallego, ha descubierto un comportamiento claramente machista en las ciervas. Resulta que estos animales cuando tienen una cría macho le dan más leche y con más proteínas que si paren una hembra. No debe Vd. creer que el equipo de la ciudad de las navajas pretende denunciar ese favoritismo, sino que, por el contrario, lo que van a hacer es estimularlo. Porque la intención que les guía, después de casi diez años sacándoles sangre y ordeñando a horas intempestivas a las pobres madres, es conseguir que se produzcan más ciervos machos para abatirlos en muy rentables cacerías organizadas. Carne apetitosa la de los cérvidos de granja, muy apreciada en los restaurantes europeos.
Tengo anotada una receta de paletillas de ciervo maceradas en vino y guisadas con santa paciencia, para acabar en el plato acompañadas de membrillo y escalonias confitadas. Creo que su autor es el cocinero catalán Santi Santamaria, y le juro que con solo leerla ya activo mi secreción gástrica.
La plana mayor de los cocineros vascos, en cambio, seguro que activó en esta semana sus centros de producción de adrenalina, ya que fueron llamados a declarar en los Juzgados –en algún caso como imputados-. Allí estuvieron Berasategui, Arguiñano, Arzak y Subijana, a los que la lengua de un etarra señaló como pagadores del impuesto revolucionario, lo que en España es delito.
Como en estos correos a veces aprovecho para confesar mis culpas, y aprovechando la nota gastronómica, me acuso de que en otro tiempo me gustaba mucho la sopa de tortuga. Compartía esa afición, por lo que sé, con los indios huaves, pero ahora, desde que se protegen a estos animalillos, tengo que contentarme con simples sucedáneos. Perdóneme la falta de sensibilidad, pero es que cuando veo la filmación de miles de tortuga hembra emergiendo del Pacífico para desovar en la Playa de la Escobilla, no puedo evitar acordarme de lo bien que sabe el animalito.
Por eso, espero que Cuauhtemoc Peñaflores Salazar, director del centro de la Tortuga en su país, confirme que su programa de defensa del quelonio ha sido un éxito y que, puesto que la especie no corre ya riesgo de extinción, en un gesto supremo de amor, vuelvan a las ollas. Aquí en Madrid, el puente de la Almudena (ya sabe, la virgen patrona de Madrid) ha reducido bastante el tráfico de la ciudad. Los motorizados deben andar recorriendo kilómetros por otros lugares, aprovechando que el coste del petróleo ha bajado algo, porque la ciudad parece más vacía.
Como yo soy un enamorado del transporte público, el vaivén del precio de la gasolina me trae casi al pairo. Comprendo, eso sí, que la mayoría celebre las fiestas de las grandes ciudades, escapándose de ellas. El placer de conducir un buen coche no será, con todo, similar a lo que el nuevo director de Pemex, Luis Ramírez Corzo, llama –en carta a sus empleados- “sentir de nuevo el orgullo de ser petroleros.” Más bien parece una indirecta hacia el cesado Rafael Muñoz, su antecesor, en el supuesto de que, como le acusan, haya cargado a la empresa las operaciones de cirugía estética de su esposa. No tengo el placer de conocer a la señora, ni antes ni después de la operación, pero podría entender que, ya que estamos en el imperio de la imagen, los gastos de estética de los ejecutivos de las grandes empresas sean abonados por todos los accionistas.
Yo pagaría algo para que los mexicanos mejorasen la imagen de España, muy necesario según una encuesta del Real Instituto Elcano, preocupado por detectar lo que se piensa de mi país en América Latina. Ustedes figuran entre los que menos nos quieren, pues solo un 30% de los mexicanos nos conceden una valoración aceptable. Como la misma encuesta pretende convencernos de que a los que más quieren son a sus vecinos del norte, tengo motivos para sospechar de la sinceridad de las respuestas.
Me gustaría terminar con una petición doméstica, y es que le agradecería que, si por fin se decide a escribirme unas líneas, me diera argumentos para convencer a mi hija de que se case. No me corre prisa, pero me ha alarmado conocer que el 85% de los jóvenes entre 24 y 30 años viven con sus padres. Con sinceridad le digo que no se me ocurre qué es lo que puede mover a la juventud a emanciparse. Aunque sin aplicación al caso, tomo nota del argumento que esgrime Elton John para casarse con su pareja, el diseñador David Furnish: le preocupa que quede en la ruina cuando se muera.
Lo que me gustaría es tener el poder de convicción del cantante, que ha conseguido que Sarah Ferguson (la ex del príncipe Andrés de Inglaterra) pose desnuda para un almanaque, a sus 45 años, apoyando su Fundación de lucha contra el sida. Hoy me voy a tomar un guiski antes de irme a acostar, querida amiga. Empieza a hacer algo de frío, y el consumo moderado de alcohol siempre me ayuda a enfriarme la cabeza.
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