Blogia
El blog de Angel Arias

Temas de Madrid

Diez robles americanos en Madrid en memoria del Once-Ese

Diez robles americanos en Madrid en memoria del Once-Ese

Diez años después, a las 12h del mediodía, los Príncipes de Asturias, el embajador de Estados Unidos en España (Mr. Solomont, al que acompañaba su esposa Susan), el alcalde de Madrid (Alberto Ruiz Gallardón) , la ministra de Asuntos Exteriores (Trinidad Jiménez) y otras autoridades y representantes de embajadas de los países que habían sufrido víctimas en los atentados del Once-Ese, protagonizaron una sencilla ceremonia por la que se concluyó, simbólicamente, la plantación de diez robles americanos en el Recinto Ferial Juan Carlos Primero de Madrid.

Había poco público, hasta el punto que los fotográfos y cámaras de TV desplazados allí, que ocupaban toda la primera fila, produjeron una sensación de que se trataba más de un acto mediático que otra cosa, y el importante despliegue de seguridad que un acontecimiento de este tipo implica, pareció concentrarse en ellos, ya que sus aparatos de trabajo fueron investigados una y otra vez.

El único en hacer uso de la palabra en el acto oficial fue el embajador norteamericano, que expresó el significado del homenaje a las víctimas de todos los terrorismos -no solo del once-ese-, entre las que incluyó los soldados muertos en Afganistán e Irak,  como muestra de la solidaridad entre los pueblos demócratas y su capacidad para resistir a los atentados de cualquiera que intentase socavar esa unión.

Me sorprendió que el príncipe Felipe no dijera algunas palabras. Se perdió así una ocasión de resaltar, en un acto que tendrá repercusión en Estados Unidos, la presencia de quien, cada vez de manera más cercana, habrá de ser investido como rey de España.

Otra vez será en la que los servicios de protocolo anden más atentos. También habría que preguntarse porqué, en un domingo en el que la vuelta ciclista llega a Madrid y en una mañana soleada pero no muy calurosa, se ha dado tan poca publicidad a esa conmemoración. Miedo no tenemos, ¿verdad?

(La foto que acompaña este comentario la tomé yo, alineado con el resto de fotógrafos dispuestos a dar testimonio del acto, aunque mi intención era manifestar mi repulsa hacia cualquier acto terrorista y mi solidaridad con las víctimas de la barbarie que aflora, como un cáncer ideológico, en los seres humanos que renuncian a identificarse con la calma que emana de la Naturaleza).

A barlovento: Ideas para transformar Madrid en la ciudad ideal

Los habitantes de Madrid se dividen, groseramente, en dos grandes grupos: aquellos a quienes entusiasma la ciudad, y los que la padecen cordialmente. Es imposible odiarla, porque, cuando alguien está a punto de desesperación, surge algún elemento que nos hace perdonar sus faltas, al comprender que ella no es culpable de su estado, sino que han sido los hombres quienes se esforzaron y esfuerzan en hacerla casi inviable.

Madrid carece de centro, de monumentos relevantes, de vida ciudadana realmente compartida. Ha sido destruída múltiples veces, ignorada su historia, convertida en una ciudad de placas, de aquí-estuvo, de vestigios. Le falta homogeneidad arquitectónica, no se han respetado las áreas más antiguas, su catedral -tardía y pretenciosa- ha sido atiborrada de horribles pinturas en honor de un artista muy cuestionable, dios de su entorno.

Madrid es una ciudad bastante sucia, con multitud de obstáculos injustificables para el viandante, mal señalizada, con pocos espacios verdes reales -aunque mucho árbol plantado sin ton ni son-, con grafiteros que campan sin control ni arte, con demasiados vagabundos y barrios marginales muy poco cuidados.

Madrid tiene un tráfico caótico, irreverente con el peatón, incumplidor de las normas más elementales, dado a aparcar en doble fila junto a locales de diversión y restaurantes de lujo. Madrid es ruidosa, con una policía municipal con aires poco profesionales, y mucho reglamento incumplido, plagada de locales de negocio sin licencia consentidos.

Pero Madrid es mucho más. Tiene la mejor concentración de museos en apenas unos centenares de metros de los que ninguna otra ciudad podría vanagloriarse, con obras de un prestigio incuestionable. Para el amante de la pintura o de la escultura, Madrid es un regalo a los sentidos.

Madrid tiene barrios con un ambiente inenarrable. Allí se agrupan gentes variopintas, con buen rollito, con ganas de vivir y manifestarlo. Se puede tomar una copa (o varias) sin que el bolsillo se resienta apenas; se puede comer de fábula por poco dinero, y hay mucho donde elegir; se puede ir de compras y mirar decenas de comercios de moda, de comunicaciones, librerías, etc, viendo mucho en una tarde y teniendo la sensación de haber encontrado siempre algo de calidad y a buen precio.

Madrid tiene un cielo de película, con atardeceres propios de un cuadro de Tiziano, poblada por personajes de El Greco y Velázquez y con apariciones sorprendentes que no igualarían Zurbarán o Murillo.

Madrid está en el centro de casi todo lo español, que acoge con cariño y roturas expone con fervor. Tiene un aire provinciano que entra por los sentidos sin apabullar, pero no está exenta de aires de grandeza, bien fundamentados, en algunas zonas donde se hacen negocios de capital y mejoran las fortunas de los que ya tienen mucho, sin que, por su aire tan abierto, se pueda decir que el advenedizo no encontrará un lugar, si viene con ganas.

Yo propondría para Madrid una modificación sustancial de las calles peatonales, entrar a saco en las direcciones -sentidos, diríamos mejor- de sus calles (eliminando muchas de doble circulación), y creando verdaderos centros para la vida de barrio, con plazas frescas, arboladas y bien cuidadas.

Yo propondría para Madrid una revisión historicista, recuperando de la historiografía algunos monumentos perdidos. No pasa nada. Otras ciudades, que han perdido por la guerra o por la desidia monumentos del pasado, los han reconstruído o reimaginado, y hoy los enseñan con orgullo. Sería una buena ocasión de terminar con esos solares abandonados a la inmundicia y a la espera de la especulación rentable. El Ayuntamiento (y otros poderes del Estado) deberían plantearse esta rehabilitación monumental.

Yo propondría para Madrid sacar los coches del centro, con decisión, y convertir también, estratégicamente, en peatonales, muchas otras zonas. Sería necesario revisar la conexión entre las líneas de autobús y metro, demasiado densas en servicio en ciertas áreas, y descuidada en otras.

Yo propondría para Madrid una nueva indicación de las calles, de los monumentos y zonas de interés turístico (por ejemplo, a la salida del metro, expresando claramente las direcciones de los elementos singulares); eliminaría muchos estúpidos anuncios -mobiliario urbano, lo llaman- que obstaculizan al viandante, suprimiría los bolardos de baja altura, tan peligrosos para las canillas del paseante; crearía zonas wifi en casi toda la ciudad.

Yo propondría para Madrid la plena recuperación del paseo de Manzanares, entroncándolo con la ciudad. Crearía un Plan de estética urbana, señalando los edificios horribles, que estarían condenados a la desaparición, revisando las alineaciones de las fachadas y generando elementos decorativos -se puede hacer tanto con algunos adornos y plantas- en todas ellas.

Yo propondría...

Al socaire: Reflexión sobre los afectos políticos de los empresarios de Madrid

Asistí hoy (11.05.2007) a una ceremonia electoralista de exaltación de las virtudes de Esperanza Aguirre, como Presidenta de la Comunidad de Madrid. Se complementó con el lanzamiento de certeras -en el sentido, de dirigidas con puntería al objetivo- diatribas contra el Gobierno Central. El marco elegido era una reunión organizada por la Confederación Empresarial de Madrid-CEOE y la Cámara de Madrid, con el objetivo de analizar "La competitividad de la empresa madrileña".

Yo no pude asistir más que hasta el descanso, que tuvo lugar, con considerable retraso respecto al programa previsto, sobre la una de la mañana. Cuando sucedió la pausa, muchos de los asistentes ya se habían marchado antes -tal vez acuciados por el hambre y la sed-, por lo que sobró bastante de la comida y bebida que se había previsto para el coffee-break.

Me perdí, lo reconozco, las últimas intervenciones. Pero, a tenor de lo que pude escuchar en las dos exposiciones que abrieron el acto, la discusión sobre lo que se debe hacer para mejorar la competitividad de las empresas madrileñas, no estaba previsto que fuera objeto de debate. Al contrario, el resto del mundo debería tomar ejemplo. Al decir de Gerardo Díaz Ferrán y Fernando Merry del Val, que flanquearon con entusiasmo el discurso de la Presidenta, Madrid va como una motoSe sale.

La productividad de la economía madrileña ha subido, se dijo, un 20% frente a la media española del 10%; tenemos una renta per cápita superior a cualesquiera otro país de la Unión Europea, salvo Irlanda y Luxemburgo. Madrid supera en PIB a Cataluña, y su crecimiento se ha acelerado del 2,8 al 4,6% entre 2003 y 2006. Si se le da el voto a Esperanza, seguirán bajando los impuestos sin afectar a la inversión pública, se duplicará el presupuesto Fico, habrá más i+d+i+i, se creará la Ciudad de Inv. y desarrollo Biotecnológica de Tres Cantos y potenciarán otros Centros Tecnológicos, etc.

Claro que hay cosas que no van bien, pero no es por culpa de la Comunidad, sino porque falta cooperación con otras instituciones de diferente signo político.

Por ejemplo, si no tenemos mayor seguridad jurídica y ciudadana, dijo la Presidenta, es porque solo hay 2.500 policías, en lugar de los 5.500 que la Comunidad estaba dispuesta a cofinanciar, proyecto con el que el Gobierno central no desea colaborar, siendo, además, el único competente en temas de seguridad (seguramente, se refería solo en este caso a la seguridad ciudadana, puntualizo).

Hay 60 personas en Madrid que acumulan más de 4.000 delitos, contra profesionales del sector de joyería, fundamentalmente, y que están tranquilamente en la calle. Somos un lugar de acogida para delincuentes extranjeros, que han encontrado "lo barato que resulta delinquir en nuestro país", lo que desalienta a la policía que no se anima, a lo que parece, a detener si al poco van a liberar a sus arrestados. 

No estoy a favor de que los empresarios enseñen públicamente sus afectos políticos, pero, mucho menos, si lo hacen desde su puesto en las Corporaciones que deben ser plurales, y, por tanto, neutrales. Ese uso partidista de los colectivos, cuando, además, tienen una componente social tan sensible, es un error o un fraude, según por donde se mire.

Como me he mantenido toda mi vida en libertad, dejo constancia que a mí me gustó mucho la intervención de Russell Hancock, Presidente de Joint Venture Silicon Valley Network. El fue a su rollo, y en inglés (ay, la mayor parte de los empresarios que habían venido a aplaudir a y a hacerse los vistos con E. Aguirre se marcharon antes), nos dijo porqué Silicon Valley era un éxito.

Dió muchas razones, pero voy a resaltar cuatro de ellas: selection oriented to meritocracy, climate that rewards risk and tolerates failure, cluster effects y public and private linkages. (Traduzco libremente para los que se fueron: selección de promotores y profesionales orientada a la valoración de méritos personales; clima que estimula y valora la asunción de riesgos; búsqueda de interacciones entre las empresas; apoyos públicos como privados).

Lo que más le gustó a Russell de Madrid es la quality of life que tenemos aquí. Creo que fue José Ramón Sanz el que insinuó, en su intervención que Silicon Valley había servido, sobre todo, para hacer más grandes y más multinacionales, a las empresas norteamericanas. Y aquí lo que tenemos son pymes, poco proclives a investigar -resulta carísimo- y, además, socio-políticamente, muy mal consideradas, porque lo grande se deja inaugurar, pero lo pequeño... 

Al socaire: Madrid, capital mundial de la indigencia

Al socaire: Madrid, capital mundial de la indigencia

Los vecinos y comerciantes del Centro de Madrid, están recogiendo firmas para expresar al Concejal de Distrito Centro su enérgica protesta por la situación de abandono y deterioro que está sufriendo el centro de la ciudad, exigiendo una solución inmediata. 

Denuncian especialmente el aumento incontrolado de drogadictos, desarraigados, mendigos, y delincuentes de todo tipo. Afirman que el problema es sufrido desde hace años, pero en los últimos meses, ha crecido imparable el número de los que han tomado como suyos espacios públicos y privados del centro de la ciudad, soportales, mobiliario urbano, aceras y locales. 

Para los promotores de la protesta y los vecinos firmantes, la imagen del centro de Madrid no puede ser más disuasoria para el visitante y más amenazadora para el vecino.  

En la noche, pero también a cualquier hora del día, -dicen, y yo puedo hacer de testigo- "se ven individuos drogados, borrachos o perturbados, durmiendo en cualquier sitio, bebiendo, vociferando o amenazando a transeúntes y vecinos. Hacen sus necesidades en la calle. Forman grupos, junto a sus animales, interrumpiendo el tránsito o lanzando improperios a los viandantes. Con frecuencia, se enzarzan en peleas entre ellos. Bastantes, van armados". 

Esta situación -concluyen- "nos está perjudicando gravemente. Para los vecinos, es una amenaza constante a nuestra seguridad y tranquilidad, una presión sicológica continua, y resulta una perturbación inaceptable para nuestros espacios particulares y en muchos casos, significa la apropiación de los espacios públicos. Para los comerciantes y todos los demás empresarios, daña la imagen de restaurantes, cafeterías, bares, tiendas y comercios, perjudicando defintivamente a sus negocios, al convertirse en un elemento disuasorio para sus clientes y un riesgo sanitario. "

Los firmantes resumen sus reivindicaciones en varios puntos: más vigilancia policíal, y más diligente. más limpieza en el Centro.la eliminación o el control de los solares abandonados, la dinamización de las obras interrumpidas, la autorización del cierre de soportales. más iluminación para las zonas más conflictivas. 

“Un Centro de Madrid digno de la capital de España, y no verlo convertido un estercolero y en el lugar de acogida descontrolado de los desarraigados de todo el mundo”, es el final de esa protesta pacífica, sin pancartas ni manifestación, pero real y muy dolorosa para quienes hemos visto cómo el centro de Madrid ha perdido la mayor parte de su encanto.

Gallardón, Sebastián, demás competidores por gestionar bien la ciudad. Tenéis trabajo. Hay que ponerse las botas de la realidad y mancharse de mierda los zapatos.

(Nota: La fotografía ha sido tomada hacia las diez y media de la noche el dia 21 de marzo de 2007 ante las puertas del Teatro Real, Plaza de Isabel II. He escogido la toma borrosa, porque así veo yo las identidades de la historia. Como otros días, un coche particular, utilizando una perola que guarda en su maletero, reparte "comida caliente" a una veintena de desarraigados, que utilizan los huecos de la fachada para pernoctar, protegidos con cajas de cartón y plásticos. Otras decenas de lugares del Centro de Madrid sirven de cobijo a indigentes, drogradictos, inmigrantes sin techo, enajenados.

He hablado con algunas decenas de ellos. Cada uno tiene su historia. Coinciden en que Madrid no tiene plazas para cobijarlos a todos, en que conseguir trabajo es imposible, y en que no hacen daño a nadie. Al lado, la litrona de cerveza, la botella de guiski; en el cuerpo, las picaduras de la droga. Sus cuerpos, sin aseo ninguno, hieden. Cuando se profundiza en sus historias, se comprende que necesitan fuerte ayuda sicológica y algo más que sopas calientes. No puedo resignarme a admitir que debemos convivir friamente con esas soledades, que tanto daño nos hacen, y, desde luego, tanto daño se hacen.)

Al socaire: En Madrid, pasa lo que pasa y a veces lo que no tenía que pasar

Al socaire: En Madrid, pasa lo que pasa y a veces lo que no tenía que pasar

El pasado sábado, Miguel Sebastián, el candidato del PSOE para no ganar la alcaldía de Madrid, presentó su programa electoral. El alcalde Alberto Ruiz-Gallardón no me consta que lo haya presentado todavía. Lógico. En realidad, tiene todas sus propuestas ya en la calle y el riesgo mayor que corre es que llegue el 27 de mayo y aún esté Madrid plagado de agujeros y máquinas excavadoras.

 

Me leí el Programa de Miguel Sebastián, y opino que se trata de una lección ordenada de civismo y buenos propósitos ciudadanos. Comienza con una referencia histórica a la labor de Tierno Galván, con cuyo mandato quiere sin duda conectar en solución de continuidad, y da por supuesto que sus votantes van a estar de acuerdo en que el trabajo de los gobernantes del Partido Popular ha sido malo. A mí este planteamiento (quiero decir, la segunda parte de la argumentación, despreciar al contrario) me parece un error. En particular, porque la etapa de Ruiz Gallardón ha sido muy activa y no se puede argumentar que estemos teniendo un mal alcalde en Madrid, salvo que se tome ese pensamiento como un apriori ideológico.

La literatura del programa de Sebastián me gusta prácticamente en su totalidad, y así me imagino que será apreciada por cualquiera que se tome la molestia de leerlo (salvo por sus opositores viscerales, claro). No es mala idea explicar una y otra vez que la filosofía de las actuaciones propuestas va a gravitar "en torno al ciudadano", prima donna de la ciudad.

El ciudadano de Madrid, que hay que distinguir del madrileño, es un personaje al que, en primer lugar, habría que dotarle de identidad, darle un signo que pudiera poner en su camiseta de habitante del pueblo más heterogéneo, desordenado, impersonal, de España. El uso de los pronombres personales en el Programa del candidato del PSOE descuida esto. En el escrito emplea en dos sentidos la primera persona del plural: para referirse a nosotros los socialistas, y para significar un nosotros más difuso, que podían ser los observadores de la política municipal madrileña. Hubiera preferido que se mencionara de vez en cuando a "nosotros, los madrileños".

Como concreción de los propósitos, el programa me parece excesivamente genérico, una colección estructurada de buenas intenciones caras. Aunque ya he dicho que no se gana una votación en política por el programa sino por la capacidad de movilización del electorado, y en eso, desde luego, lo tienen crudo los socialistas en Madrid, yo hubiera deseado más exactitud, menos referencias a la política general del Estado, más independencia y más concreción para el candidato.

Pero aunque Sebastián viene del mundo de las cifras, aparecen pocas cuantificaciones, muy pocos detalles referidos al gasto en Madrid, a su financiación, y llama la atención que el único porcentaje que se recoge es el que se refiere al plan de apoyo a la cooperación al desarrollo (0,7%).
 

Me gusta, desde luego, el propósito de descentralizar Madrid, potenciando las periferias, pero habría que concretar cómo se puede hacer. A mí, esa intención encomiable me sugiere más bien conceptos de un libro de texto de geopolítica, y está prácticamente perdida desde el momento en que la ciudad de Madrid y sus ciudades satélite han adquirido un crecimiento desmesurado, y los parques empresariales están donde están. Como lo que habría que cambiar no es tanto el lugar de residencia de los ciudadanos sino la ubicación de las empresas, que son las que marcan los puntos fijos del desplazamiento, las cartas están marcadas. 

Me parece también estupendo mejorar el transporte público, y en especial, el autobús y el metro, pero, como usuario de ambos, me temo que en las horas punta, que es cuando lo necesitamos los que no tenemos coche oficial ni sitio donde aparcar el propio, los medios públicos andan saturados. Habría que realizar una reasignación de recorridos de los autobuses urbanos, y ese estudio es obra de especialistas que ignoro si , forman parte del equipo de Sebastián, pero no se han manifestado. 

Desde luego que hay que combatir la delincuencia, -y añadiría, analizar las causas por las que Madrid se nos haya convertido en un paraíso para vagabundos, desocupados, parias y drogatas, y corregirlas- . Para ello, habría que`proteger al pequeño empresario, impulsar el comercio y embellecer la ciudad, controlando solares vacíos, locales desocupados, viaductos oscuros, etc. Y creando más albergues, así como analizando los perfiles sicológicos y la capacidad de readaptación de los marginados, individualmente.

No tengo más que aplausos ante la idea de plantar más de un millón de árboles, aunque me pregunto dónde y de qué especies, porque Madrid es una ciudad en la que hay miles de árboles alóctonos, algunos demandando grandes cantidades de agua, y cuyas raíces y copas desmadradas son, a la larga, un engorro y un coste para las arcas municipales


Es lógico que haya que cambiar las bombillas de alumbrado público por otras de bajo consumo y me pregunto, desde luego, porqué no se ha hecho ya así, sin esperar a que cambie ninguna legislatura. No solo cambiar, propongo que se iluminen más muchas zonas, porque aunque presumimos de ser una de las ciudades más iluminadas del mundo, aquí la gente va mucho a pie por su barrio -que no en coche-, y a nadie le gusta ser asaltado desde la oscuridad.

Me gustaría que se pudiera reducir el ruido –en una ciudad en la que la gente vuelve a tocar el claxon como si tal cosa y en la que las sirenas de la policía y las ambulancias ululan a cualquier hora sin que jamás haya comrpendido lo que se pretende con ello-... 

Por supuesto que apoyo que hay que mejorar la limpieza de Madrid (y educar a los ciudadanos), y apoyar el reciclado de los residuos (de verdad), y peatonalizar más espacios, y crear más polideportivos (y enseñar a usarlos), aumentar el número de centros de servicios sociales (uno por cada 50.000 habitantes, qué menos), y crear un Plan de Eméritos de la ciudad para aprovechar la experiencia de los mayores (¿los mismos que estamos concenciando para el paro y una prejubilación sin respeto a sus habilidades?), y eliminar barreras arquitectónicas (¿empezando por las de metropolitano y continuando por eliminar tantos inútiles mobiliarios urbanos?),  y apoyar a los menores desprotegidos y a las familias en dificultades (¿formando a los profesores y educadores?), e impulsar a los jóvenes creadores (¿llevándolos primero a ver las exposiciones de los clásicos?), y potenciar los centros de salud (¿renunciando a que haya ciudadanos de primera y de segunda y hasta de tercera?), y aumentar las bibliotecas públicas (¿solo para que estudien allí los chavales en época de exámenes?) y crear laboratorios de empresas culturales (¿con el riesgo de que hagan burdos performances en donde se insulte la cultura?), y todo eso, y más...

No quiero vulgarizar con este comentario, porque Miguel Sebastián parece un candidato serio, aunque necesitado de rodaje. No esperaba sin embargo que su programa fuera a evidenciar un exceso de literatura para simpatizantes y una carencia de motivos concretos para que le voten los que no son socialistas.

Desde luego, para ello, hay que potenciar el alquiler de viviendas, aumentar la calidad de la enseñanza, promover el comercio y los mercados municipales y reformar las condiciones de empleo y autoempleo, fomentar el crecimiento económico y la investigación, y conseguir una mayor participación y tener en cuenta la ley de capitalidad... ¿No son estas funciones que caen mejor entre los cometidos de la autonomía regional o del gobierno central?.

Mi pregunta, sin ningún retintín, es: ¿Cuánto nos está costando este Madrid que se ha hecho más áspero, más duro de vivir?. ¿Cuánto nos costará corregirlo, en lo que ea imprescindible, y qué tiempo necesitamos?.

Y en concreto: Las obras que está haciendo el actual gobierno, ¿de verdad, creen los socialistas que son tan inútiles y tan malas? ¿Piensan conseguir sus votos negando las virtudes del contrario?. Me temo que han empezado a correr algo recalentados.

Al socaire: Gallardón lamenta haber creído que iba a disputar una campaña electoral

Al socaire: Gallardón lamenta haber creído que iba a disputar una campaña electoral

El alcalde de Madrid habría confesado a algunos íntimos,  por lo que se comenta en algunos mentideros de Madrid, que podría haberse ahorrado las inversiones en infraestructuras que ha acometido en estos últimos años. La razón esgrimida es que desconocía, en el momento en que comprometió las ingentes obras que han puesto patas arriba la ciudad, que no tendría candidatos opositores a la alcaldía de Madrid.

Esta situación insólita, que se concreta a medida que se van acercando los comicios, pone notas peculiares, incluso cómicas, al evento electoral que deberia, teóricamente, dilucidar cuál de las distintas candidaturas presentadas por partidos y coaliciones sería merecedora de ser más votada por el censo.

Pero el candidato del PSOE, Miguel Sebastián, guarda con incólume celo  sus propuestas para la ciudad, por lo que sus co-religionarios (es un decir) temen que cuando finalmente las dé a conocer, sea ya demasiado tarde para estas elecciones, aunque todavía podía ser pronto para las siguientes. Su comportamiento como "presunto" cabeza de lista, plantea incluso dudas entre los militantes, que creen que, a última hora, podría nominarse otro candidato, incluso menos conocido, para no comprometer la reelección del actual alcalde. Se trataría de una aplicación práctica de la técnica: "ya que no podemos vencerle, dejemos que él mismo se meta en los atolladeros".

No resulta muy diferente la situación por lo que se refiere a la coalición Izquierda Unida-Los Verdes, en la que se dilucida con asombrosa tranquilidad si sería mejor que el candidato o candidata  fueran elegidos por las bases, por la cúpula o por insaculación simple. El procedimiento de designación digital ex autoritas es, sin embargo, el que goza de mayor predicamento, ya que viene siendo habitual entre los partidos de izquierda.

Gallardón, que se esperaba una competición  más o menos normal, incluso con programas alternativos e ideas aprovechables, en la que pudiera ganar por amplia mayoría, parece estar siendo muy crítico, según las fuentes citadas, con estas dilaciones e incertidumbres. Ha reconocido -dicen- que, de haberlo sabido a tiempo, no se hubiera molestado en hacer la mayor parte de las obras que ha contratado, sino solamente las imprescindibles para esta legislatura que ahora termina, planificando el resto de manera completamente diferente, con la aconsejable calma, para ajustarse a los presupuestos y poder analizar bien las prioridades antes de tomar decisiones.

Al socaire: Algunos vagones de Metro habilitados como casinos

Al socaire: Algunos vagones de Metro habilitados como casinos

La necesidad que sienten los jóvenes de realizar actividades lúdicas, y la escasez de lugares en donde satisfacer sus aficiones y relacionarse con los de su edad, está provocando que algunos vagones de la red de Metro sean habilitados para jugar a las cartas. De momento, aún no se dispone de mobiliario, y los chicos y chicas deben sentarse en el suelo, ocupando transitoriamente las plataformas, que deben compartir con los viajeros habituales.

En esta escena, obtenida en una hora punta, se refleja claramente la precareidad con la que, por el momento, se está desarrollando la idea. En la fotografía, queda también expreso el interés con el que las personas de más edad siguen las apasionantes competiciones que, por iniciativa de los propios chavales, se han organizado en algunas líneas, de entre las más concurridas.

Tiempos aquellos en los que la Acción Católica, el SEU o, por qué no recordarlo, también la OJE, se disputaban con sus futbolines y mesas de pin-pón el tiempo de ocio de los chicos en los largos fines de semana de sábado por la tarde a domingo. Hoy, estos pobres chicos, sobrecargados de asignaturas, exigidos hasta la extenuación por programas muy complejos, deben aprovechar cualquier momento para divertirse un poco. La iniciativa de Metro de permitirles usar como casino sus vagones, les ayudará, supongo, a relajarse un poco, y permitirá que el resto de la sociedad pueda valorar en su justa medida sus capacidades, incluída la de respetar a los demás.

Al socaire: Encontrada una solución definitiva para las pintadas en monumentos nacionales

Al socaire: Encontrada una solución definitiva para las pintadas en monumentos nacionales

Se está ensayando en varias ciudades, todas las cuales tienen como elemento común el ser emplazamiento de edificios y monumentos caracterizados como Patrimonio de la Humanidad, lo que me parece una brillante idea para suprimir, o al menos, paliar, el efecto pernicioso de las pintadas o graffiti.

El procedimiento consiste en cubrir las fachadas de los monumentos públicos y otros edificios singulares (también se podría, en una segunda fase, ampliarlo a todos los edificios de la ciudad), con unas láminas de plástico o papel de estraza, que reproduzcan fotográficamente el edificio que se desee proteger. En el caso de los monumentos, puede optarse por una caja prismática de cartón, adecuada al tamaño del mismo, que lo cubra completamente, incorporando en cada lateral las fotografías de la obra escultórica o de la imaginería, tomadas desde el ángulo correspondiente.

Este tipo de soluciones ya se utilizan, en realidad, para cubrir los edificios de las ciudades mientras se les rehabilita, o se decide si merece la pena su rehabilitación o dejar que se caigan de puro viejo. En su caso, se usan también para cubrir huecos de solares vacíos o disimular ruinas sin valor arquitectónico. En España fueron utilizados, entre otras  circunstancias singulares, con ocasión de la boda de los Principes de Asturias, para ocultar las obras permanentes de la Plaza de Ramales y algunas otras que se encontraban en el itinerario de la cabalgata principesca, y así no aparecieron feas imágenes de Madrid en la retransmisión televisiva.

Según los estudios realizados, la mayor parte de los turistas no se da cuenta de la diferencia, y fotografían las reproducciones en papel con la misma frecuencia que si se tratara de las fachadas originales. En el caso de los graffiteros, se ha comprobado igualmente que éstos tampoco perciben la diferencia entre la realidad y la reproducción. Para los amantes de la cultura y del Patrimonio, supone un alivio sicológico, ya que no resultarían afectados en su sensibilidad, y los graffiteros pueden pintar a su antojo en los papeles, con calma, completando sus obras para que reflejen exactamente lo que desean.

También, por supuesto, pueden usar estos lienzos, los intelectuales de alto, medio y bajo pelo, como plataforma para expresar sus ideas, además de servir para incorporar las clásicas inscripciones del tipo "Tonto el que lo lea", "Jorge ama a Luli" y los habituales insultos y descalificaciones a personajes públicos, o dibujar esvásticas y otros signos grupales.

Cada semana, o cuando se estime conveniente, de acuerdo con la frecuencia de uso, se retirarían los papeles viejos, cargados con los graffitti, y se pondrían otros nuevos. Los antiguos, si se creen de valor suficiente, por una Comisión en la que no deberían figurar los graffiteros, podrían llevarse a los museos de arte de la ciudad, o intercambiarse con los producidos en otras ciudades.

(En la fotografía del autor de este Comentario, puede verse la demostración de que los grafitteros no perciben la diferencia entre la fachada natural y la fotografiada. En este caso, sin embargo, al no ser las puertas y ventanas practicables, es posible que los funcionarios que trabajan en el edificio tengan que acceder a él por los sótanos)