Deseos para 2011
Para tí, que por amistad, por curiosidad o por simple casualidad has llegado a estas páginas, mis deseos de que en 2011 seas feliz.
Si perteneces al grupo de aquellos que se cuentan entre mis amigos, estaremos juntos en la aventura de conseguir superar las dificultades, compartiremos las alegrías y nos ayudaremos para soportar los malos momentos, si es que el próximo año nos guarda alguno. Sabes que cuentas conmigo y yo estoy orgulloso de tener la misma confianza en que te encontrarás a mi lado, sumando nuestras fuerzas.
Si no nos conocemos aún y aunque no nos encontremos nunca personalmente en el camino de la vida, permíteme un consejo que espero te sea de utilidad: No te obsesiones con aquello que te preocupa y que no puedas resolver por tí mismo. Confía tus problemas a aquellos a los que quieres, porque te ayudarán a compartir esa carga y, seguramente, alguno encontrará la solución o, al menos, te dirá algo que te sirva de consuelo.
He escogido esta fotografía de unos niños tratando de pescar peces en la desembocadura de un arroyo. Los estuve observando un buen rato y, sin necesidad de que yo les dijera nada, cada vez que conseguían atrapar alguno, inmediatamente lo devolvían al agua.
Pensé que los peces, si tuvieran consciencia, pasarían un mal momento mientras se encontraban en la red. Sin embargo, estos niños no parecían tener intención de hacerles daño. Solo pretendían divertirse un rato. En el cubo que llevaban no introdujeron nada, y permaneció vacío todo el tiempo.
Te deseo que sepas escabullirte de las redes y, si tienes la mala suerte de ser atrapado por alguna, los dioses de tu aldea te vuelvan a entregar, incólume, al río en el que puedas seguir nadando libremente, en paz contigo y con los tuyos, hasta conseguir alcanzar el mar inmenso, con la satisfacción de haber cumplido los objetivos que te hayas propuesto.
Si perteneces al grupo de aquellos que se cuentan entre mis amigos, estaremos juntos en la aventura de conseguir superar las dificultades, compartiremos las alegrías y nos ayudaremos para soportar los malos momentos, si es que el próximo año nos guarda alguno. Sabes que cuentas conmigo y yo estoy orgulloso de tener la misma confianza en que te encontrarás a mi lado, sumando nuestras fuerzas.
Si no nos conocemos aún y aunque no nos encontremos nunca personalmente en el camino de la vida, permíteme un consejo que espero te sea de utilidad: No te obsesiones con aquello que te preocupa y que no puedas resolver por tí mismo. Confía tus problemas a aquellos a los que quieres, porque te ayudarán a compartir esa carga y, seguramente, alguno encontrará la solución o, al menos, te dirá algo que te sirva de consuelo.
He escogido esta fotografía de unos niños tratando de pescar peces en la desembocadura de un arroyo. Los estuve observando un buen rato y, sin necesidad de que yo les dijera nada, cada vez que conseguían atrapar alguno, inmediatamente lo devolvían al agua.
Pensé que los peces, si tuvieran consciencia, pasarían un mal momento mientras se encontraban en la red. Sin embargo, estos niños no parecían tener intención de hacerles daño. Solo pretendían divertirse un rato. En el cubo que llevaban no introdujeron nada, y permaneció vacío todo el tiempo.
Te deseo que sepas escabullirte de las redes y, si tienes la mala suerte de ser atrapado por alguna, los dioses de tu aldea te vuelvan a entregar, incólume, al río en el que puedas seguir nadando libremente, en paz contigo y con los tuyos, hasta conseguir alcanzar el mar inmenso, con la satisfacción de haber cumplido los objetivos que te hayas propuesto.
1 comentario
Miguel -
A ver si el 2011 tenemos muchas alegrías con la llegada de los nuevos miembros a la familia!