Al socaire: El Presidente del BBVA opina sobre los altos salarios de algunos ejecutivos
Podía imaginarme que un pequeño número de altos cargos de empresas españolas coincidieran, en la soledad de sus elucubraciones, con mi opinión, emitida el 7 de marzo en este Cuaderno, -aunque fuera considerada por ellos irreverente, inoportuna y hasta malintencionada- sobre las razones por las que, compartiendo esta situación con futbolistas y top-models, los sueldos de los altos dirigentes de ciertas empresas estuvieran inexplicablemente sobredimensionados.
Es decir, interpretando correctamente el sentido de mi frase, mi conclusión era que no podía justificarse con las leyes del mercado -básicamente, las de la oferta y la demanda-, e incluso, bajo ningún fundamento deducible de los conocimientos del mundo y su ordenación de que disponemos las gentes bien intencionadas, que se recompesara con honorarios que superaban la relación 100 veces a uno, a unos profesionales respecto a otros que tenían idéntica, e incluso superior preparación.
¿Qué estaba remunerando el mercado, pues?
Lo que supera todas mis expectativas es que ni más ni menos que Francisco González, Presidente del BBVA, haya reconocido - ante la Junta de Accionistas de su Banco, y a una pregunta de una de las asistentes- que su sueldo, próximo a los 10 millones de euros anuales (que se encuentra en proporción de 400 a 1 respecto a los 25.000 euros en los que estimo el salario medio de los licenciados en económicas con un máster en dirección de empresas, con dos años de experiencia), aunque en línea con el de otros ejecutivos equivalentes, y en valores del mercado, fuera "éticamente" poco justificable, esto es, reprochable. Si a ello le añadimos el bonus del fondo de pensiones, la cifra se duplica y el ánimo de los espectadores y lectores, se nanoreduce.
Supongo que las consecuencias son tan fáciles de extraer, que hasta podría callármelas. Pero, para que aquellos de mis casi incontables seguidores que no tienen tiempo más que para lecturas trasversales, me permito extraer la única posible conclusión las dos partes del silogismo del Presidente del BBVA, al que considero uno de los mejores ejecutivos españoles: "Ergo, el mercado incorpora factores que no son éticos, para calcular los altos sueldos de algunos ejecutivos."
Dan ganas de poner en circulación este meme: "¿Qué porcentaje éticamente poco justificable, pero, al parecer, ajustado al mercado, cree que tiene su sueldo? ¿Qué es lo que está haciendo para equilibrar esa externalidad?. " No me conteste ahora, por favor. Hágalo después de la publicidad y la trasmisión deportiva.
(La fotografía la obtuve en la estación de Metro de Plaza de Castilla a finales de febrero. No me consta la identidad del ciudadano que se toma tanta molestia para buscar bajo las máquinas expendedoras. Tengo varias alternativas, pero este Comentario va ya muy cargado.)
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