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El blog de Angel Arias

Personajes de Asturias: Enriqueta Carrio

Tal día como hoy, un 3 de octubre, hace más de cuarenta años, moría Enriqueta F. Carrio, mi madre. Podía escribir que moría tras una larga y penosa enfermedad, y sería verdad. Pero, sobre todo, Maruja Carrio moría después de una corta vida llena de ejemplo, sabiduría, entrega y buen hacer.

Licenciada en químicas y maestra, tuvo siete hijos, a los que crió con una dedicación de las que dejan huella para siempre en ellos. Nos enseñó a respetar a los demás, a distinguir la falsedad y el oropel de las virtudes, sobre todo las ocultas. Sacrificó su vida y una carrera profesional que hubiera sido brillante por emplearse en hacer destacar lo ignorado y lo pequeño, dándole el valor de ponerlo sobre la mesa, bajo la luz.

Hija y nieta de emigrantes, inmigrante ella misma por causa de la guerra incivil, pasó penalidades cuando podía haber llevado una vida regalada, porque nadie le regaló nunca nada. Incluso le arrebataron cuanto tenía.

No la oí quejarse jamás. Nunca pidió nada para sí, y siempre pareció que tenía de sobra, porque apreciaba cuanto tenía porque le permitía repartir. Aunque fuera poco, sabía multiplicar los panes y los peces y guisarlos como la mejor cocinera del mundo. Cada día le parecía el regalo de un Dios en quien creía firme, serenamente, y que solo le mandaba hacer el bien, y hacerlo bien, y, además, sin preguntar para qué ni a cambio de qué.

Nos dejó cuando teníamos la sensación de que era inmortal porque nos resultaba imprescindible, conscientes de que no podríamos vivir igual sin ella. Sobrevivimos, pero no fue lo mismo. No hemos sido capaces (al menos yo) de seguir su ejemplo sin tropezar con las zancadillas de la torpeza, pero lo intentamos al menos.

Quiero con este comentario rendir un homenaje a todas esas madres que, dotadas excepcionalmente por la naturaleza para ser líderes, allí donde se propusieran estar, eligieron voluntariamente el camino de entregarse a una existencia sencilla, anónima.

Cuánto te echo de menos, cuánto os echamos de menos, en estos tiempos de fanfarría y de mentira, a quienes como tú, como vosotras, madres que habéis pasado sin gloria pero nos habéis dejado la pena y el consuelo de saber que estáis ahí, en nosotros, formando parte de lo mejor que queremos.

4 comentarios

Angel Arias -

Gracias, María Rosa, por ese emotivo recuerdo hacia mi familia. En ese jardín al que te refieres, sigue habiendo flores. Y jamás nos olvidaremos, a pesar del tiempo y la distancia, de seguir queriendo a aquellos que quisieron a los que tanto amamos. Un beso

maria rosa miranda escandon -

conoci a toda tu familia incluido el bisabuelo Tus padres unas bellisimas personas nunca los olvido.A tu tia Chelo siempre contenplabamos las flores del jardin.Tiempos inolvidables

Ana -

Mi homenaje para nuestra madre a la que recuerdo y añoro todos los dias de mi vida.

miguel -

¡qué hermoso sentir!.
¡ déjame unir en ese recuerdo a mi madre, como una mas de esas madres valerosas!.