La gripe H1N1 y las medidas sanitarias adecuadas
Puede ser que para la buena gestión política haya que acreditar experiencia en el manejo de la cosa pública -yo, desde luego, soy partidario de las canas entre los dirigentes- pero para la gestión de una crisis, prefiero los técnicos.
Estamos en crisis sanitaria. La Organización Mundial de la Salud se ha encargado de poner el acento -quizás muy sobrecargado- sobre la pandemia de gripe porcina, ahora mejor llamada gripe H1N1, en honor al virus que la propaga.
Confirmado su carácter de expansión sin tener en cuenta fronteras ni grupos étnicos, la H1N1 ha causado, al día de hoy, en todo el mundo, unas 500 muertes, que le han sido atribuídas, sin dudas.
Pueden parecer pocas. Los contagios se cuentan, sin embargo, por millares, y las medidas de cuarentena -en realidad, de una semana- han inmovilizado la actividad de colegios, establecimientos públicos, empresas, cuarteles, etc., en todo el mundo. En los aeropuertos, algunos países hacen controles de temperatura a los recién llegados, y, al menor síntoma de gripe, le someten a pruebas de carácter y consecuencias inciertas.
En casi todos los países, los responsables de la sanidad pública son puestos en la picota por este tema. Se les acusa de alarmar sin motivos, de no tomar medidas adecuadas, de no precisar las poblaciones concretas de riesgo (¿menores de 14 años? ¿enfermos crónicos pulmonares o coronarios? ¿embarazadas?). En un brillante artículo del Thelegraph del 22 de julio, Vivienne Parry habla de las dificultades de encontrar luces entre la niebla de este tema.
La ministra española de Sanidad, Trinidad Jiménez, ha añadido su particular contribución al desasosiego hispano. Ha declarado, hace unos pocos días, que "la gripe normal causa 8.000 muertes cada año" y que, por tanto, no hay porqué alarmarse por estas cuatro o cinco que llevamos.
Se las debe apuntar, como en una competición macabra, en la cuenta general y, supongo, llegar a ese tope le parece un alto nivel inalcanzable. Algo parecido al objetivo de reducir las muertes en carretera por accidente de automóvil, combinando buena voluntad, una campaña amedrentadora sobre los efectos del alcohol y la velocidad, y más controles y multas.
Entretanto se ha sabido que las dosis encargadas de Tamiflu (vaya nombre para un salvífico), hasta hace un par de días un medicamento de medio pelo, llegarán en diciembre a España. Las fábricas de Roche & Cía no dan a basto. Los ansiosos deberán contentarse con sucedáneos o copias tramposas (por internet se ofrecen a millares), porque en diciembre los contagios por gripe habrán superado la máxima intensidad, que se espera, como cada año, con los fríos de final del otoño, o sea, para noviembre.
Parece que las administraciones de Alemania y Francia han sido más previsoras o tienen mejor mano con los Laboratorios que fabrican la vacuna. También pudiera ser que nosotros, los españoles, como somos gente incrédula, esperemos a conocer bien de qué va la cosa antes de gastarnos el dinero, no vaya a ser que todo sea un invento norteamericano (de Ronald Rumsfeld, por ejemplo), para sacarnos la pasta.
Leo que Francia ha encargado más de 90 millones de dosis (para una población de 60 millones, porque se necesita una dosis de confirmación para que la vacuna sea efectiva) y que empezará a vacunar a la población en octubre. Alemania, que tiene un servicio de información modélico al respecto, anda por las mismas.
Me gustaría - a mí y, supongo a la mayoría- que, en lugar de dar informaciones periodísticas a tutiplén, sin hacer valoración de su alcance, desde el Ministerio de Sanidad hablasen los expertos, si es que ha quedado alguno entre tanto movimiento político.
Que nos hablasen de riesgos de contagio, de las medidas de prevención, que nos actualizasen permanentemente las cifras de enfermos y de la eficacia de los tratamientos y, sobre todo, no nos hablasen de 8.000 muertos posibles por la gripe H1N1, sino de lo que va a hacer para evitar cualquiera de ellas.
(Por cierto, en el Reino Unido, aunque no tienen fama de ser muy fatalistas, prevén que se multiplen por diez los fallecimientos anuales por gripe convencional...
Copio de New wires, del 16 de julio de 2009: "The chief medical officer for England, Liam Donaldson, has said that a third of the population may catch swine flu this winter, and the virus could be here for up to five years...They suggest that -- if the worst happens -- up to 65,000 people could die, while up to nine percent of the workforce could have flu by the end of August, rising to 12 percent over the winter.)
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