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El blog de Angel Arias

Felicidades, Elena y Miguel

La decisión más difícil, compartirlo todo;

los momentos más bellos, desear que el otro

forme parte de uno, y la inalcanzable utopía,

conseguirlo.

 

El beneficio intangible

de perseguir ese logro imposible

lleva implícito

convertir cada atisbo de su felicidad

en nuestros propios instantes de alegría,

forjándolos en la fragua misteriosa

que, sosteniéndola amor,  resistirá

vientos, furias y mareas.

 

Qué tarea irrenunciable para un amante:

querer.

Habrá quien, sin entender,

crea cursi  o estéril el empeño,

tiempo inútil entregarse a un oficio sin rentas

que se puedan poner en el mercado.

 

Ignorantes fatuos. Pobres lerdos atrevidos.

El éxito de los que se aman

está ya en la voluntad de tenerlo.

Qué importa que la incertidumbre sea alta,

que el riesgo de fracasar, exista,

que, con el tiempo, acaso crezca.

 

Quienes viven del amor 

no echarán a faltar otras cosas.

 

No hay consejos infalibles,

ni fórmulas mágicas, potingues,

adivinanzas o misivas bajo puerta.

Habrá que improvisar todos los días,

e incluso, -alguna vez, ay-,

que desandar lo andado.

 

La única referencia que no hay que perder

es la del otro, porque al fin y al cabo

el camino principal de una vida inteligente

está forjado entre dos que se aman,

y  esa distancia ha de recorrerse sin prisas,

tantas veces al día, percibiéndola

como una emoción

creadora, estimulante, inmensa,

y por eso, nada dócil, harto esquiva,

terca, terca, terca.

 

 (13 de junio de 2009; para mis hijos, Elena y Miguel)

 

1 comentario

miguel -

Muchas gracias!!!!!, muy buena (incluso bousoño estaría de acuerdo). Y llena de consejos de altura, llevo varias lecturas, pero me parece que debe ser leida cada noche.un abrazo,mig