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El blog de Angel Arias

Al socaire: Los ángeles inversores vuelan con cautela

En Estados Unidos hay casi 260.000 ángeles inversores (angel investors o business angels), que es la manera simultáneamente piadosa y humorística de designar a quienes están dispuestos a arriesgar su dinero en los negocios de otros.

Estas almas confiadas ponen capital para impulsar el comienzo de una aventura empresarial, a cambio de una participación en la empresa. A diferencia de las socidades de capital-riesgo, no tienen intención de incidir en la gestión del negocio; simplemente se fían del promotor, bien porque no tienen capacidad para controlarlo, o porque prefieren limitarse a recoger los frutos sin importarle quién cuida el árbol.

Un estudio de la Universidad de New Hampshire, ha puesto de manifiesto que la mayoría de los ángeles son varones y blancos, y, además, que estas criaturas del negocio inversor empiezan a manifestar reticencias para volar fuera del tiesto.  

En 2007 invirtieron 26.000 millones de dólares, en casi 60.000 proyectos, lo que supone una inversión media de 440.000 dólares por unidad (unos 300.000 euros), lo que no está nada mal en cifras objetivas, pero anuncia un posible cambio de tendencia, el aviso angélico de que querubines y serafines van a extremar su cautela futura, con vuelos más cortos y más pegados a la tierra.

Aunque el sexo de los ángeles ha sido siempre materia controvertida, las cosas están más claras cuando se les mira con la lupa del dinero, y se les ve el plumero, dicho sea con respeto: la mayoría son varones.

Desde la perspectiva terrenal, que los varones sean más arriesgados que las mujeres –ellas apenas llegan a ser un 12%-, ha de interpretarse en favor de la mayor facilidad para confiar en otros del sexo masculino, al que no le importaría viajar con desconocidos. Que sean blancos -97%-, ya tiene menos valor, pues, en nuestra opinión, no viene más que a confirmar que los que tienen dinero de sobra, aunque no sean estrictamente ricos, son probablemente de tez pálida.

Por lo demás, que la aversión al riesgo aumente, preludia una crisis de confianza en el futuro, que presupone la aplicación del principio teresiano de que en crisis de bonanza, gran templanza.

El software es el sector preferido, con un 27% del capital angélico invertido en 2007, seguido por las empresas de los sectores sanitarios (19%), biotecnología (12%), y energía (8%).

Gracias a las inversiones de estos arriesgados se generaron 200.000 puestos de trabajo, que supone que cada nuevo empleo necesita de una inversión de 120.000 dólares. Y eso que las intenciones de los arriesgados se encardinan por los sectores más ligeros, que son los que tienen mayor dedicación de las materias grises y menos estructuras metálicas.

Todo muy conforme con lo que cabría esperar de espíritus inteligentes, confiados, casi invisibles, y que, dedicados a la contemplación de la naturaleza superior -que, en el caso financiero, toma aspecto de mercado- no desdeñan, al fin y al cabo, el sacar algún rendimiento a sus dineros.

  

 

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