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El blog de Angel Arias

Al socaire: Ofrécese lavandería para trapos sucios de instituciones

En estos días, se han producido dos episodios que afectan a la credibilidad de las instituciones económicas. Me refiero, para que el lector no haga especulaciones, al Banco Mundial y a la Comisión Nacional del Mercado de Valores española. En ambos casos, se trata de dimisiones.

La una, la de Paul Wolfowitz, presidente de la entidad multilateral que se ocupa de impulsar proyectos en los países en desarrollo, no se ha producido aún, pero tiene todas las papeletas de suceder en uno de estos próximos días. Que haya propiciado que a su compañera sentimental le den trato de favor en el Pentágono, pagándole un sueldo compatible con el de funcionaria en el World Bank, y saltándose así las normas éticas de una institución que defiende la transparencia como uno de los elementos para salir de la pobreza, tiene malas componendas.

La otra, la de Manuel Conthe, ha tenido lugar después de una serie de tiras y aflojas, en la que quien fuera persona de confianza del ministro Solbes ha lanzado dardos envenenados contra el candidato a alcalde de Madrid, Miguel Sebastián, contra el vicepresidente de la CNMVA, Carlos Arenillas, y no se ha detenido en otros quiebros, pretendiendo mostrar la injerencia del Gobierno en el control de la cúpula de uno de los mayores Bancos españoles.

El objetivo de la conspiración que se empeñó en delatar, incluso cuando un conciliador Julio Segura le estaba sustituyendo, era, ni más ni menos, el intento de derribo del actual presidente del BBVA, Francisco González, por haber falsificado documentos mercantiles. Papeles que, por eso de la mala -o buena- suerte, se quemaron en el incendio del Windsor.

Pues bien, ya que parece que, superando los usos y costumbres, los trapos sucios de las instituciones no se van a lavar en cada casa, sino que se van a airear a poco que las personas de confianza se enfaden con sus mentores, no sería mal asunto montar una lavandería de los delicados componentes de la vida económica. Trabajo no habrá de faltar. 

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