Al socaire: Kafka se hace con el control de Jazztel y Telefónica
Cuando me dirigía ayer del restaurante a mi despacho, me sorprendió ver a un joven arrodillado ante una cabina telefónica. Me pareció una muestra de veneración desmesurada ante el artilugio, pero, como tenía prisa, seguí mi camino.
Poco más tarde comprendí que, en realidad, el joven estaba implorando a la compañía Telefónica que, por favor, le atendieran. No se si lo consiguió, finalmente. Lo que puedo decir es que, por mi propia experiencia y la de miles de usuarios, cuando tienes un problema con cualesquiera de las hipotéticamente eficientes y competitivas compañías telefónicas, da igual que te pongas de rodillas, de nalgas o te acuerdes de los padres de cada uno de los empleados y socios de esas empresas, que no tendrás más probabilidades de que te lo resuelvan.
Aquí van los hechos, pues como dice el bocardo romano, Da mihi factum.
A última hora de la tarde, descubrimos que uno de los teléfonos del restaurante no tenía línea. Llamamos al teléfono de averías de Telefónica, la compañía con la que tenemos contratado el servicio, y -obviamente, después de un período de larga espera en el que se nos informaba machaconamente que "todos nuestros teléfonos de averías están ocupados", y que debíamos mantener hiriendo nuestros oídos con horrenda música-, una amable voz latinoamericana nos indicó que no podía comprobar el estado de la línea ni actuar en cualquier sentido, porque nuestro número ahora pertenecía a Jazztel.
De nada sirvieron nuestras argumentaciones, y, manifiestamente cansada de aguantar el tono crecientemente airado que tomaba la defensa de la incontrovertible realidad de que nunca habíamos realizado ninguna acción para darnos de baja en Telefónica y, por supuesto, nunca nos habíamos dado de alta en Jazztel, la voz lejana que se había presentado al principio de nuestra conversación indicándonos su nombre y primer apellido, decidió interrumpir la comunicación.
Seré breve: Al cabo de media hora de espera, y de tantear los diferentes números que la página web de Jazztel indica para Atención al cliente, (empresas o particulares), o Atención técnica (que remite a uno de los anteriores), una amable voz con acento latinoamericano nos aclaró que no figurábamos como clientes de esa compañía, y que deberíamos acudir con nuestra reclamación a Telefónica.
Como prometí ser conciso, ahorro al lector el relato de los contenidos de las posteriores llamadas a variados números de Telefónica y Jazztel para tratar de dilucidar cómo podía suceder que se nos hubiera dado de baja de un servicio sin haberlo solicitado. O porqué había sucedido que la compañía prestataria del servicio hubiera admitido que, con desconocida autoridad, se le arrebatara, sin más, un cliente. O porqué, si no había sucedido así, no podría, sin más, corregirse el error de inmediato.
Al final, ya prácticamente vencidos, agotados de hablar en vano con medio Latinamérica y parte del norte de Africa, lo que pedíamos era simplemente que se nos arreglase la avería. Solicitud de atención imposible, se nos explicaba en cada sitio, porque no éramos clientes ni de Telefónica ni de Jazztel. Nuestro número existía, pero había pasado al limbo de las operadoras.
Lo que me resultó definitivo para entender que Kafka se había hecho, por fin, con la mayoría de las acciones de ambos operadores, fue escuchar el consejo de la cansada funcionaria que, después de preguntar por el jefe del jefe del jefe, nos atendió. Esta vez, con voz y talantes totalmente españoles.
"Vayan Vds. a Colón, y dénse de alta en Telefónica. Lleven los papeles de la empresa y el número de identificación fiscal, y en 48 horas tendrán Vds. otra línea".
Les aconsejo que vendan urgentemente acciones de las operadoras de telefonía. Van a caer en picado, al menos hasta que se establezca un mercado alternativo para masoquistas.
Ya saben Vds. cómo actúa Kafka. Implantará la lógica de la incongruencia y el caos, en todos los departamentos, utilizando la amplia base de desidia, desconocimiento e informalidad que, desde años, ya se ha venido ejercitando en ellas. Aunque al principio tal vez no se advertirá la diferencia, a medida que los clientes vayan teniendo problemas, reales o inventados, el mercado lo procesará. No se puede pretender que los clientes hablen por teléfono de rodillas.
Me apetece volver al tan-tan. De la segunda generación o de la tercera. Espero que Kafka todavía no haya comprado acciones de Blogia ni de Orange, para que este Cuaderno funcione. Pero, por si acaso, he puesto las páginas del blog a remojar, he impreso algunos de mis posts y me salgo a dar un paseo a ver si me encuentro por casualidad con el joven ese de la foto. ¿Qué le estaría pidiendo a Telefónica?
8 comentarios
Julio -
1. Odiarás a Jazztel sobre todas las cosas.
2. Maldecirás su nombre todo el año
3. sobre todo los días de fiesta.
4. Te acordarás de su padre y de su madre.
5. Si te encuentras a Jazztel, lo matarás (sigue en el 8)
6. Si al fornicar descuidas a Jazztel
7. Se aprovechará para robarte más.
8. para que no mienta ni engañe a nadie más.
9. Si al desear la mujer de tu prójimo olvidas a Jazztel
10. enajenará tus bienes con su codicia infinita.
Estos diez mandamientos se resumen en dos;
1. Llama al 1565. Cada vez que oigas nuestros operadores están ocupados, el espíritu divino te inflamará y moverá tu lengua
a gritar: hijos de
2. Llama al 1567. No te sorprendas por la rápida respuesta del que sin descanso acecha para confundir a las almas inocentes. Imbuído de caridad, amorosamente repréndele hasta que se avergüence de sus mentiras, haga acto de contrición y renuncie a pecar más.
Rafa Ceballos -
Por cierto: ¿Has visitado esta página?http://www.geocities.com/juanvi28017/banda/
Están reproducidos todos los toques de corneta y cornetía.
Es camp, total
Administrador del blog -
Adolfo: nuevamente gracias por intervenir regularmente en este Cuaderno con tus reflexiones y apostillas a mis comentarios. Es lo que da dinamismo a un blog, y le proporciona al autor la retroalimentación necesaria para que no se cuezca en su salsa.
Rafa: Dichoso el que tiene la mente tan libre y un sentido dell humor tan ágil como para que un comentario sobre Telefónica utilizando una foto de un joven arrodillado le lleve a los tiempos de la milicia. Matizo únicamente que la expresión de mando completa creo que era (uno llegó a escalar la posición de alférez de complemento): ""Al Santísimo, rindan, armaas!". A otras autoridades, el homenaje no llevaba a ponerse de rodillas, que yo recuerde.
Una curiosidad: ¿Mi comentario sobre la milicia te hizo pensar en Telefónica?
Alfonso Estebanez -
Idolatrando algo que es tan imprescindible como descortés con el consumidor.
Rafa Ceballos -
Falta, claro está, el mosquetón.
Alfonso Estebanez -
Las compañías telefónicas, como las aereas o como todo que se salga de la tienda del barrio juegan con la clientela. Juegan con el consumidor en un juego de probabilidad buscando cual es el número máximo de putadas agrupadas de cuantas en tantas que somos capaces de resistir...
Una autentica vergüenza. Yo no tengo acción alguna en ninguna compañía telefonica, eso sí... si mis acciones son mi confiaza en las compañías telefonicas esas ya las vendí antes del crack del 29.
Fedush -
Si te gusta mi blog, vótame para los Premios 20 Blog: http://fedush.blogspot.com . Un saludo
Yolanda Smith -