Al socaire: Afinsa y los tigres de dientes de sable
Entre 350.000 y 400.000 personas están afectadas por el caso Afinsa- Fórum filatélico, conformando el mayor escándalo financiero español, desde que el 9 de mayo pasado se produjo la intervención de las empresas por la Fiscalía del Estado, siguiendo instrucciones de la Agencia Tributaria, derivadas de las graves irregularidades detectadas por la inspectora Maria Teresa Yábar en las cuentas de Afinsa, y que reflejó en su informe. El volumen de lo presuntamente estafado se valora actualmente en unos 3.500 millones de euros, por estimación de una inversión promedio por afectado de unos 10.000 euros.
A mí me parece, en primer lugar, que lo relativamente modesto de las cifras promedio ponen de manifiesto que la gente normal (los afectados lo son, sin duda) es cauta ante la promesa de rendimientos por encima de lo normal, aunque sean aconsejados por sus amigos o por el alcalde de su pueblo. No han arriesgado mundo individualmente, por lo general: solo una parte de sus ahorrillos.
Si se mira por el otro lado, el de los presuntos implicados en la presunta estafa, tampoco la oferta empresarial era arriesgada. Los rendimientos anuales garantizados por estas entidades ahora en la picota eran solo del 6%, que, si bien son superiores al actual coste del dinero en dos o tres puntos, son bastante inferiores a los beneficios empresariales de un amplio sector de las empresas que cotizan en Bolsa.
Así que, aunque la mayoría de los no afectados tienden a mirar el asunto como una versión combinada y algo más elaborada del timo de la estampita -que suena, además, como denominación muy aplicable- y de la pirámide, el negocio en sí no me parece descabellado. Confiar en que unos sellos de ediciones limitadas se revaloricen con el tiempo no es lo mismo que creerse el cuento de que te vas a hacer millonario en un par de meses si envías copias de una carta horriblemente redactada a diez amigos, poniéndote tú el último de una lista de desconocidos, y con la condición adicional de que transfieras un par de euros al primero de ella, para no romper la cadena. Esta propuesta sí que se ve a la primera que no va a funcionar, porque lo que hace cualquiera, si es que se decide a entrar en el juego, es poner su nombre hacia la mitad de la lista, enviarlo a doscientas personas conocidas y, por supuesto, no se le ocurre mandar el dinero.
Cabe recordar, además, que los beneficios que se pueden obtener por la inversión en sellos, apoyándose en un mercado ciertamente restringido y de tirada limitada, son bien conocidos por todos los niños españoles -¿y del mundo mundial?-, y muy especialmente, los de mi generación. Pues no hemos recogido nosotros pocas estampitas, clasificado y ordenado con dedicación infantil, convencidos de que lo hacíamos por la salvación de Rusia, la conversión de China o cualquier otra buena causa por el mundo necesitado y lejano. ¿Quién no tenía, además, un tío o un vecino coleccionista que valoraba cada dos o tres días sus existencias, ordenadas en álbumes primorosos, en varios millones de pesetas, que eran la garantía de una herencia estupenda para sus deudos?.
En fin, puede que las valoraciones de las existencias de Forum y Afinsa estén sobreestimadas, haya dudas acerca de si los depósitos de sellos serán de la calidad y cantidad contabilizadas, acreditadas o simplemente insinuadas, pero su valor, con seguridad no es nulo en el mercado.
Y todo lo que no es res nulius perpetua (que hasta el concepto de lo que no vale nada puede cambiar), no está libre de alcanzar valores muy altos en los mercados de la coyuntura y del capricho. Valga como ejemplo lo que están dispuestos a pagar algunos por un balón de fútbol con las firmas de esos atletas que dan patadas al balón y cabezazos a sus contrincantes, o por la ropa interior que utilizó Madonna en cualquier performance. Como ejemplo vale incluso lo que se paga por un cuadro de Gris, Picasso o Schiele, por citar solo tres de mis miles de pintores favoritos.
Hacienda también debía estar convencida de que estas empresas estaban realizando un buen negocio, porque admitió sin problemas que Forum Filatélico, por ejemplo, habia obtenido beneficios por valor de 485 milones de euros y metió en su caja impuestos por encima de 176 millones. Ahora, la Audiencia Nacional ha solicitado expertos con conocimientos acreditados en valoración de sellos y que no hayan tenido nunca relación con las empresas afectadas, pero no antes; y lo que se puede indicar es que la labor que habrán de realizar no es sencilla y tomará años, y, además, que como el valor de lo estimado fluctúa con el tiempo, las valoraciones ni serán exactas ni podrán incorporar el efecto de contracción del mercado ante una salida masiva de un bien cuyo valor fundamental proviene de su consideración de escaso.
Por su parte, los ex directivos de Afinsa han solicitado la devolución de 210 millones de euros en impuestos, más intereses, que estiman cobrados indebidamente, ya que si se considera empresa financiera y no mercantil al invento, no deberían haber sido percibidos por el Fisco. Pues no me parece descabellado.
La tremenda movilización de intereses, reclamaciones y disgustos que acarrea una decisión de tanto alcance como la adoptada con las empresas afectadas, está implicando varias consecuencias de alcance jurídico. Por ejemplo, la agrupación de los afectados (aún movilizados de forma escasa) en dos Asociaciones de Consumidores principales: Ausbanc (Asociacion de Usuarios de Servicios Bancarios) y la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), de las que la orientación política de sus dirigentes parece corresponderse con los dos partidos mayoritarios. Además, los afectados, en la defensa de sus intereses (centrados en la existencia de un derecho de crédito), se ha desplegado una variedad de demandas en distintas direcciones, abriéndose causas penales, civiles y administrativas.
Ausbanc, por ejemplo, ha pedido como reclamación previa de responsabilidad patrimonial de las administraciones públicas, 67 Millones de euros, considerando que la Agencia Tributaria ha cambiado de criterio al pasar a considerar la actividad a financiera y no estrictamente mercantil. Existen causas penales contra los ex responsables de ambas empresas, que se encuentran en fase de instrucción: el Juzgado Central de Inspección nº5 (el del juez Garzón) instruye las de Forum y el Nº1 (el del juez Pedraz) el de Afinsa.
Los resultados de las inspecciones tributarias de Afinsa están también recurridos ante el Tribunal Supremo (en su Sala de lo Contencioso), porque los anteriores responsables entienden que los compromisos que tenían con sus clientes no eran obligaciones y, por tanto, no deben ser trasladados al pasivo; o sea, que la empresa no puede ser considerada en quiebra técnica. La madre del cordero, pues.
Para ampliar las posibilidades de incrementar la masa de la quiebra (o sea, lo que habrán de repartirse los acreedores), y, también, cómo no, para hacer más barullo, un grupo de afectados presentó una querella criminal contra 12 ex ministros (los que lo fueron desde 1989, fecha de creación de Fórum) responsables de las Carteras de Consumo y/o Economía y Hacienda, por omisión del deber de perseguir delitos, y abandono de la obligación de tutela de un servicio público esecial, entre otras alegaciones. También han denunciado por lo penal a los directores de la Agencia Tributaria y del Instittuto Nacional de Consumo en el período.
Es imposible predecir dónde va a acabar la historia y, si mis simpatías han de estar con alguien, estoy con los afectados, con esos pequeños inversores que creyeron que era posible garantizarse un rendimiento muy razonable, invirtiendo lo que les había costado mucho trabajo ahorrar, comprando sellos en una empresa especializada y antigua en el mercado. Otros compran árboles, cerdos jamoneros, parques eólicos, solares en un cementerio. ¿Son más listos, son más tontos?
Al fin y al cabo, todos mantenemos algo de niños en nosotros, y sin que se nos tenga por ingenuos, necesitamos creernos lo que nos dicen los que parecen tener más información, y confiamos en un Estado algo paternal que, además de convencernos de que Hacienda somos todos, nos tutele y defienda de los malos.
Para valorar el alcance de lo volatilizado, hay que esperar a que se hagan las cuentas de lo que está en las cajas fuertes de Afinsa y Forum, tasar y vender todos sus activos, incorporar lo proveniente de las responsabilidades cuantificables que se ventilen, y esperar mucho tiempo. Por eso, lo seguro es apostar porque el asunto dará mucho que hablar, y hasta puede correr el riesgo de acabar como la historia de los tigres de dientes de sable.
Parece ser que en el Mioceno, hace nueve millones de años, dia más dia menos, en los terrenos que hoy ocupa la localidad de Torrejón de Velasco, en Madrid, los depredadores cayeron en las fosas abiertas en los terrenos de sepiolita por querer alcanzar a sus presas, que habían caído antes. Ni unos ni otros pudieron salir, y gracias a ello los investigadores de hoy están pudiendo reconstruir la vida animal de hace tantos años, utilizando los esqueletos casi intactos de aquella rica fauna animal, muy bien conservados. Para más información, la sepiolita hoy se usa, sobre todo, para hacer camas limpias a los gatos domésticos.
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