Al socaire: Buscando una fórmula para evitar conflictos
Como podría colegir cualquier lector de este blog, a mí lo que me pirriaría sería disponer de una columna diaria en un medio escrito desde la que pudiera comentar la actualidad. Me puedo imaginar muy feliz repasando las noticias, con una selección de periódicos desparramada sobre la mesa, un ojo puesto en internet (que da tanto juego, en especial para los que conocemos un par de idiomas), y una taza de café al alcance de la mano.
En jornadas como las de hoy, escoger el tema que llevar a la publicidad presentaría una dificultad por sí mismo: ¿Aventurarse a hacer una reflexión sobre la Cuba después de Fidel Castro, aprovechando para teorizar sobre lo pernicioso que resultan los clanes familiares, aunque sin parecer descortés con las familias reales?. ¿Expresar una opinión sobre el envío de militares españoles como componentes de la "fuerza de pacificación" en el conflicto del Líbano (es decir, con el conflicto provocado por Israel), sin ahondar en la crítica al despropósito que supone aceptar que gentes que pretenden ser civilizadas resuelvan los incidentes fronterizos a cañonazos, sin importarles con ello provocar una crisis internacional y mandar al garete por una larga temporada cualquier proyecto de alianza de civilizaciones que involucre al mundo árabe?.
A escala nacional, los temas son también calientes. ¿Quizá hacer una incursión en el terreno árido del trasvase de unos hectómetros cúbicos desde un exangüe Tajo a unas zonas de Murcia y Alicante, en donde, además de cultivos muy rentables en terrenos que la naturaleza hace siglos dejó en secano, ahora puede estar en peligro el abastecimiento a poblaciones que agrupan casi dos millones de personas?. ¿Podría también opinar sobre los nuevos Estatutos autonómicos, en el contexto de una Europa cuya única opción de supervivencia como proyecto conjunto es la de una unidad regional, máxime si se atiende a que integra ya en la actualidad países que son más pequeños y mucho menos activos económicamente que casi todas nuestras autonomías?
Si atiendo, en fin, a mi formación académica, ¿no debería decir algo acerca de la lentitud de la jurisprudencia para resolver sus casos pendientes, mientras algunos de nuestros jueces estrella se preocupan por ahondar en la aplicación de unas leyes de derecho penal internacional que otros países con más medios e intereses han dejado para mejor ocasión?. ¿Habría que comentar la creciente actitud beligerante, especialmente en el terreno de los conflictos civiles en una sociedad que parece cada vez más incapacitada para entenderse sin acabar a garrotazos?.
En este contexto tan variado, del que renuncio por el momento a aportar nuevos ejemplos, me acuerdo de una frase que oí a mi madre varias veces. "Si dos no quieren, uno no puede". Aunque la conseja popular estaba inicialmente destinada para preservar a los adolescentes ardores de las tentaciones de la carne, me parece que se puede aplicar a casi todas las circunstancias de la vida en la que entran dos intereses en conflicto.
Ahí veo yo el origen de nuestra incertidumbre. En la dificultad de que el otro se deje convencer, porque las verdades -eliminados del debate los principios religiosos, abolidas o discutidas las leyes imperativas, denostada toda autoridad, perdida o nunca entregada la mayor parte de la educación que es base del respeto por la historia y por la verdad de los otros- todos quieren tener razón, y nadie está dispuesto a dar, no ya el brazo, sino el dedo meñique a torcer. Qué digo torcer, a que le pinten las uñas de color,
Con tan corto bagaje, mientras tomo el café de media mañana, pienso en cómo podría aplicarse la fórmula al conflicto entre Israel y Hezbolá, a la disputa por el resultado de las elecciones mexicanas, a la controversia del PP al respecto del Estatuto, a la posición de la Iglesia respecto a la decisión civil de autorizar el matrimonio homosexual, a la expropiación forzosa del gobierno del cholo Evo Morales sobre Repsol-YPF. ¿Quiénes no quieren? ¿Porqué no pueden?.
2 comentarios
Administrador del blog -
Es un honor tener un comentario tuyo en este cuaderno. Modelo de inquietud y saber hacer para muchos (¿todos?) de tus alumnos.
Quienes no te hemos tenido de profesor en las aulas, pero si hemos podido disfrutarte como compañero sabio y distinguido en muchas ocasiones de la vida, admiramos tu forma de prodigarte incansable, desde la esplendidez de tu personalidad, desde la riqueza de tu amplia formación.
Si no puedes tomar un café, vengamos al vaso de güiski. Si la solución está en las estrellas, miraremos al cielo, que daño no ha de hacernos, y además seguro que entre tú y yo podemos identificar un par de centenares.
Rafael Fernández Rubio -
No puedo acompañarte en tu meditación filosófica, porque no puedo tomar café... si fuese con un vaso de güisqui...
Pero te doy la razón. ¡Qué complicado está el mundo! ¿Serán los calores veraniegos? ¿Serán los nefastos políticos, que quieren ostentar el poder supremo? ¿Seremos nosotros por ineptos, por egoistas, por creernos ombligos del mundo?...
Tal vez cuando caiga la noche; cuando pasen los sofocos; cuando la luna aparezca tímida... tal vez, mirando a las estrellas, encontremos respuesta a la irracionalidad de un mundo incivilizado...
Rafaé er Minero