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El blog de Angel Arias

Carta desde Europa. Micófagos, católicos, presidiarios y homínidos

El 31 de octubre de 2004 el Diario El Imparcial, de Oaxaca, México, publicó este artículo del administrador de este log, con el mismo título. El objetivo de esta serie era trasladar al lector mexicano retazos de la realidad española del momento. Su redacción me ocupó las tardes de los domingos durante 20 semanas consecutivas.

 

En Madrid ha estado lloviendo esta semana casi todos los días, pero en los montes de Guadarrama (puedo verlos cada mañana desde mi despacho) hay pocas setas. Creo haberle escrito ya que soy un micófago convencido, y que soy capaz de mezclar en mi cesta treinta especies, para hacerme una tortilla sabrosísima cuyo único defecto es que me la tengo que comer solo. A mi hija no le gusta ni oir hablar de hongos, y me recuerda cada otoño al médico forense que,  llamado a hacer la autopsia de un muerto por envenenamiento faloidiano, encontró centenares de libros sobre hongos en la biblioteca del desafortunado, reconocido experto y divulgador micófilo.

 

Mi querida amiga, si le cuento esto es, porque a medida que nos vamos conociendo mejor  -es un decir- me siento más cómodo en contarle detalles sobre mí. Pero, por supuesto que no olvido que prometí hablarle de otras cosas. Por eso, debo ejar constancia de que los países de la Unión Europea han firmado el Tratado por el que aprueban el texto de la Constitución Europea. El gobierno español ha elegido para ratificarlo la fórmula del referéndum, que se celebrará el próximo febrero. Curándose en salud, el Consejo de Estado ha propuesto que se consulte al Tribunal Constitucional por si hubiera que reformar la Constitución española, ya que la referencia última de los principios y formas de actuación estaría ahora en Bruselas. Como las reformas de la Constitución española están sujetas a un proceso de extrema rigidez, podría ser necesario hasta disolver el Parlamento. Nadie me ha preguntado opinión, pero yo no veo ninguna contradicción irreductible entre ambos textos,  y entiendo que bastaría con el respaldo político del sí en el referendum.

 

Ha sido una semana con fuerte protagonismo de los temas europeos. El Parlamento Europeo, una institución poco influyente en comparación con la Comisión, ha aprovechado uno de los escasos resquicios en que se le pide opinión, y ha forzado una crisis al amenazar con el rechazo de la propuesta que iba a presentar el presidente electo, Jose Manuel Durao Barroso. Varios comisarios no eran del gusto del Parlamento, pero el que recogió las mayores bofetadas fue Rocco Buttiglioni, previsto para Justicia, Libertad y Seguridad, que había manifestado, en la más pura ortodoxia carca, su desacuerdo con las parejas homosexuales y las madres solteras. No creo que nadie le hubiera pedido tanta franqueza, pero seguro que Josep Borrel, presidente del Parlamento recibió encantado esa moderna caja de Pandora.

 

El laicismo del Estado es uno de los asuntos sensibles de este viejo continente, en el que, a pesar del peso que tiene la Iglesia católica, ganan adeptos los que defienden la aconfesionalidad en la vida política. No está obviamente de acuerdo el cardenal Renato Martino, presidente del Consejo Pontificio de Justicia y Paz, que presentó en Roma el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, un manual para católicos con ganas de leer –tiene más de 500 páginas-, en el que se pretende dar soluciones a casi todos los conflictos morales del creyente.  Desde la condena a la guerra preventiva, el uso del preservativo, o las parejas homosexuales, hasta la prohibición de la clonación y la inutilidad de la pena de muerte, el Compendio es una colección de propuestas para entrar en segura discusión con los amigos.

 

Tantos acontecimientos europeos nos han servido para distanciarnos algo de las elecciones de sus vecinos del norte, a los que creo que aquí nunca entenderemos del todo bien, ya sea porque nos mintieron en Cuba en el 1898 o por los sustos que nos dieron en tiempos de la guerra fría. Le encontramos defectos tanto a Bush como a Kerry, y la sutil simpatía que se pueda manifestar, apurando, por uno u otro no es sino reflejo de la tendencia a favor del PP o del PSOE de los que hablan. Lo que sí se espera es que mejoren las relaciones de Estados Unidos con la Unión Europea, que es, salvando los sujetos de la frase, lo mismo que desean los mexicanos con el que elijan los votantes. Aunque la preferencia por uno u otro parece que habrá de decidirse tirando una moneda al aire, si hacemos caso de las intenciones de voto previas.

 

Con el cambio de ropa por la nueva estación, también se han desempolvado en la semana en mi país algunos fantasmas del armario, en concreto con la confirmación de la sentencia al que fue secretario de Estado responsable de Interior, Rafael Vera, acusado y convicto de haber utilizado en beneficio propio los fondos reservados. Varios de sus compañeros socialistas, entre ellos Felipe González, que ahora se dedica a diseñar joyas y a pronunciar conferencias sobre cultura general, han pedido al Gobierno su indulto. A mí me produce cierto desasosiego que el antiguo responsable de la lucha contra el terrorismo, confluya en la cárcel con los enemigos del Estado, se lo escribo como lo siento.

 

Pero en un país que está en permanente revisión de sus principios y en el que, como condimento especial, la envidia moviliza parte de las actuaciones, es fácil hacerse enemigos, y encontrarte con el pie cambiado si no estás atento a la música que se toca. La Historia va llena de gentes que dieron con sus huesos en la cárcel después de haber servido celosamente al Estado. No creo, sin embargo, que la obsesión por encarcelar al que se mueva, sea  culpable de que haya ahora más de 60.000 reclusos en las cárceles españolas, tantos como después de la guerra civil. Pero el hacinamiento que esta situación provoca, ha convertido las cárceles en focos de delincuencia y preparación para el delito, lejos de su teórica función de reinserción social. La cárcel de Topas en Salamanca se ha convertido en triste paradigma del problema al descubrirse que en ella se formó un núcleo islamista que planeaba volar la Audiencia Nacional y matar a varios jueces, entre ellos al omnipresente y algo controvertido Baltasar Garzón.  

 

Casi la tercera parte de los reclusos son extranjeros. La razón fundamental hay que encontrarla en el desarraigo, la pobreza y la precariedad del empleo de quienes se encuentran aquí en situación irregular, atraídos por la esperanza en una vida mejor. Por eso me parece una excelente idea, aunque sus objetivos fundamentales sean otros, el  nuevo reglamento de Extranjería que prevé regularizar a casi 800.000 extranjeros. Básicamente, por “arraigo laboral”, para quienes acrediten una permanencia continuada en España durante más de dos años y hayan trabajado al menos doce meses. O, como fórmula transitoria, para quienes estén empadronados desde hace seis meses y presenten un contrato laboral. He pasado cerca de una de las oficinas de extranjería, y he visto una gran cola de emigrantes, deseosos de recoger ya unos formularios que la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumi, ha dicho que aún no están preparados. Pero quién podría poner puertas a la necesidad.

 

Ah, y mire Vd. la casualidad. En mi correo anterior le hablaba de Jorge G. Castañeda, y resulta que estos días estuvo por Madrid. Aquí explicó que anda a la espera de que la Corte Suprema resuelva si le van a dejar presentarse a las elecciones a Presidente del 2006, sin apoyo de ningún partido. No se lo que queda de su relación con el presidente  Vicente Fox cuando estuvo de Ministro de Exteriores, pero habló de aquellos tiempos como ejemplo de apoyo de las inversiones españolas en México.  Sin necesidad de preguntárselo, adivino en este punto su desacuerdo con Héctor Rangel Domene, flamante presidente del BBVA-Bancomer, que quiere sacarle el máximo rendimiento al sector de crédito en México, y que no va a esperar que algo cambie para hacerlo.

 

Permítame el detalle intimista de decirle que por las noches releo la Biblia. Me apasiona especialmente la poesía del Génesis, que me retrotrae a mi niñez, mejor aún que las novelas de Emilio Salgari que saqué del desván.  Al leer las primeras páginas, pensé en la de vueltas que dió la presunta ubicación del Paraíso. Aunque ya casi nadie defenderá que estaba entre el Tigres y el Eufrates, ahora habrá quien crea que ha estado en Indonesia, en donde han descubierto restos de homínidos con más de 18.000 años, contemporáneos de nuestros antepasados, que acaban de descubrir las ventajas de la agricultura. Ando tan despistado con las afirmaciones categóricas, que me intriga lo que querrá decir Chris Stringer,  mandamás del Museo de Historia Natural de Londres, que está convencido de que “el hallazgo desafía el concepto de lo que nos hace humanos”.

 

A mí me hace humano tomarme una cerveza con una buena amiga, o escuchar las viejas canciones que me hicieron vibrar en la adolescencia. Por eso fuí a decirle hasta luego a Joan Manuel Serrat, en el teatro Albéniz, donde anunció que va a operarse de cáncer y que se retira hasta verse mejor. “Lo importante no es lo que te ocurre sino cómo enfrentarte a ello.”, nos lanzó. Yo pensé en Vd. mientras le oí cantar “Princesa”, y por un momento me imaginé que volvía a tener veintipocos años...Querida amiga, algún día tendré que enfrentarme a mi propia realidad e incluso a  la suya, pero hasta entonces, reciba un cordial saludo.

1 comentario

Loreto -

Se ha perdido la costumbre de escribir cartas, pero el género epistolar tiene un encanto tan especial que no deberia morir. Sus magnificos escritos lo demuestran. Sigo su web con bastante atencion, y hoy he vuelto a leer esta carta, que me ha encantado. Enhorabuena.