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El blog de Angel Arias

Dibujo: Familia volviendo a casa con trozos de paisaje (2000)

Dibujo: Familia volviendo a casa con trozos de paisaje (2000)

Con la idea central de una familia que retorna a su casa en la ciudad -seguramente después de unas vacaciones-, cargados los mayores con los recuerdos visuales del paisaje en el que han pasado los últimos días, realicé ya varios dibujos y cuadros. Como urbanita forzado, llevo conmigo la nostalgia de las inmensas gamas del verde húmedo del norte español.

2 comentarios

Administrador del log -

Fíjaos en los personajes del dibujo, en lo que presentan y representan. El hombre lleva un carrito con hojas y trozos de árboles; la mujer ha cargado a la espalda algo menos identificable, aparentemente más pesado: tal vez ha disfrutado menos, lo que ha metido en el saco son las briquetas con las que alimentará la soledad fría del invierno. En el rostro del hombre se adivinan dos caras: una lleva la mirada a lo lejos, en donde está la ciudad (anunciada por el asfalto, los bordes de acera, el trabajo alienante; la mirada del otro rostro está concentrada en lo que lleva en el carrito, preguntándose seguramente si ha acertado con la selección de sus recuerdos. Los niños se han sentado y no quieren seguir. El paisaje por el que discurren no se parece en nada a la frondosidad de la que han recogido sus nostalgias. Es un desierto. Transitan a desgana desde las vacaciones hasta la monotonía.

Rafa Ceballos -

Cuando vamos al aeropuerto, tantas veces, para recibir a amigos y a familia, suele suceder que las esperas son prolongadas y, en ellas, dejando jugar la imaginación, se empieza a huronear entre los que te rodean, primero, y entre los que emergen por las puertas batientes, después, con el fin de inventar situaciones y relaciones que enlacen a unos y otros, intentando asociarlos antes de que se deshagan en abrazos. Las caras, la vestimenta, las etiquetas del país de procedencia o las bolsas de últimas compras... ¡Cuánto daría yo por, en esas situaciones, tener la capacidad de ver en sus equipajes los recuerdos que se traen en el corazón y en el alma: aromas y sonidos como parte de los paisajes, los romances, las reuniones de negocios, duelos, intrigas... Sería todo un espectáculo con el que llegaríamos a enloquecer si, al colocar el equipaje en el carrito, se transparentaran esas vivencias y emociones que configurarán, al final , la añoranza y saudade de lo que se abandonó tras el viaje.