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El blog de Angel Arias

Temas técnicos

En el final de 2011, dos ingenieros de minas son noticia

El nombramiento de un nuevo secretario de Estado de la Energía ha puesto sobre la escena política, en un campo relevante para la profesión, a los ingenieros de minas.

Luis Fernando Marti Scharfhausen, compañero de profesión, y exvicepresidente de la Comisión Nacional de la Energía, asume, en un momento excelente para demostrar capacidad de gestión y criterios técnico-económicos sólidos para las decisiones, una responsabilidad de gran nivel, para la que se encuentra muy bien capacitado, según coinciden los compañeros del sector.

Esa buena noticia para el país y para los que creemos en la necesidad de dotar de análisis técnico a las decisiones que se han de tomar en política, tiene un contrapunto afectivo en el fallecimiento de Juan Manuel Kindelán, otro ingeniero de minas, serio defensor de la energía nuclear, divulgador eficiente de sus amplios conocimientos en multitud de temas y que fue, en su momento, también secretario de la Energía.

En otro momento haré el amistoso panegírico de un técnico humanista inolvidable, dotado de magnífica sensibilidad hacia los que sabía más humildes y de extraordinaria capacidad de aprecio hacia quienes detectaba como los más inteligentes. Descanse en paz, Juan Manuel Kindelán; un hombre sabio, bueno, modesto como los que se saben poseedores de un don que han podido cultivar hasta hacerlo resplandecer con luz propia, para entregarlo a la sociedad en la que vivieron.

Pero como la vida sigue, hoy nos toca depositar esperanzas en Luis Fernando, trabajador serio y receptivo, que tiene el mapa energético -no solo el español- en el cerebro y que, con seguridad, se hará aconsejar de los más sabios para tomar las decisiones más sensatas en un sector en el que se han hecho demasiadas cosas sin contar con la cabeza.

Las patronas de los ingenieros de minas

El día 4 de diciembre los ingenieros de minas -junto con otros colectivos, vinculados, principalmente, a los explosivos- celebramos la festividad de Santa Bárbara.

Esta figura de la iconografía cristiana, encerrada en una torre por un padre malvado que, según el imaginario, no dudó en cortarle la cabeza después de un cruel suplicio por el que intentó hacerla desistir de la fe cristiana (1), ha venido protegiendo, mejorando sus habilidades a medida que aumentaban los conocimientos técnicos y las medidas de seguridad, a los mineros y artificieros.

En España la minería del carbón (de la hulla y del lignito, sobre todo), protagonizó -y, aunque con muy disminuído fulgor, aún protagoniza- páginas muy brillantes de la historia de la ingeniería. Que es también de la historia del trabajo, del sacrificio, de la solidaridad.

La minería no es solo el carbón, desde luego. En lo que respecta a la minería metálica y al aprovechamiento de todo tipo de materiales y rocas, abundan en el territorio español muestras de la capacidad desarrollada por los ingenieros de la tierra -desde mucho antes de que se inventasen las Universidades y Escuelas Técnicas- para poner en valor las piedras que ofrecía la naturaleza, extrayéndolas, clasificándolas, transformándolas con procedimientos a veces muy complejos.

El mercado ha sometido continuamente a vaivenes la oportunidad de explotar rentablemente esos conocimientos y las minas y labores mineras, subterráneas o a cielo abierto, y los hombres de la mina han tenido que adaptarse, reconvertirse, gozando y padeciendo con la tierra.

Es una historia bien conocida, la vinculación de los ingenieros de minas a la mina. Es obvio. Lo que ya no es tan conocido, es que los ingenieros de minas estamos activos en muchos otros campos, algunos de los cuales tienen poco o nada que ver con la minería.

Estamos en la energía -en todas sus formas-, en la siderometalurgia -con todas sus compejidades-; en la gestión correcta del ambiente -agua, residuos, terrenos, atmósferas: su tratamiento, protección, rehabilitación y descontaminación-; por supuesto, en la geología y geofísica; ...y, en general, en un proceso adaptativo en el que van convergiendo todas las ingenierías, nuestra formación se ha ido convirtiendo en más inespecífica, más versátil.

Santa Bárbara, venerada también como oísha por otras poblaciones que han elaborado sus propios sincretismos religiosos, buscando la protección ante lo desconocido, ha visto cómo, por tanto, su pedestal monopolístico en la intercesión por el mundo minero, está siendo amenazado por otros santos y otras advocaciones que también tienen que actuar por las alturas -y bajuras- en defensa de la actividad : Santa Lucía, San Carlos, San José, San Ramón, Santo Domingo...

Es lo de menos, en realidad. Lo más importante es que se mantenga el prestigio de los ingenieros de minas y la calidad técnica del trabajo que desarrollan, guiados por sus buenos proyectos, auxiliados por la buena dirección, su deontología, su alta dignidad profesional, mineros, artificieros, gasistas, metalúrgicos, perforistas, canteros, capataces, soldadores, fundidores, maestros de taller, operarios de todo tipo, oficinistas, funcionarios, ...

Y esto depende, sobre todo, de los profesionales que, con legítimo orgullo, -aunque, como yo, haga más de cuarenta años que hayamos salido de una de nuestras Escuelas Superiores de Ingenieros de Minas-, cuando nos preguntan qué somos, seguimos contestando, sin dudar: "ingenieros de minas" y sigamos cumpliendo con nuestro oficio lo mejor que sabemos, con todo lo aprendido, sobre lo que nos enseñaron o creyeron enseñarnos nuestros profesores, en la escuela de la experiencia y del pundonor profesional, del respeto a los demás, del servicio eficiente a nuestra colectividad, cada vez más global, menos narcisista.

¡Santa Bárbara, ingenieros de minas que habéis prestigiado nuestra profesión, presentes!. ¡Casiano del Prado, Shultz, Ezquerra, Elhúyar, Adaro, ..., desconocidos o anónimos artificieros de nuestro presente orgulloso, no nos dejéis caer en la autocomplacencia ni permitáis que asome en nuestros ojos el desprecio por la labor bien hecha de los otros! 

(Por cierto: ¿Seremos capaces, de una vez, en desvincular de lo confesional religioso la exaltación de las profesiones y, en especial, de celebrar, con una ceremonia laica, esos actos tan necesarios en la vida social, para reunirse, compartir emociones, honrar a los difuntos, conmemorar nuestras efemérides?)

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(1) Para los amigos de saber más de esta historia inverosímil, pero no menos cierta que tantas otras, un rayo vengó, desde la naturaleza, el comportamiento infame del padre enajenado, matándolo en el acto en que decapitaba a la desgraciada doncella. De ahí viene la asociación de Bárbara con los truenos, estruendos, explosivos y todo lo que sirva para iluminar, en silencio o haciendo ruidos, las oscuridades del camino.

El voto inútil (el 20 N) de los profesionales independientes

El 20 de noviembre de 2011 estamos llamados a las urnas en España para elegir los diputados y senadores que compondrán las dos Cámaras legislativas y, en especial, aquella en la que, por las mayorías o acuerdos legalmente previstos, se elegirá el Presidente de Gobierno.

Parece prácticamente determinado -según las encuestas previas, las opiniones fundadas y las especulaciones en la calle- que el Partido Popular obtendrá mayoría suficiente para gobernar en solitario y que, por tanto, Mariano Rajoy será el presidente de Gobierno que sustituirá a José Luis Rodríguez Zapatero, significando, por tanto, un cambio en las personas que llevarán a cabo la gestión del Estado.

No comparto la furibundia con la que los participantes en las campañas descalifican a las otras opciones, pretendiendo presentar ante los posibles votantes una identidad diferenciada que decante sobre su partido o agrupación la decisión electoral.

No veo posible ni la eliminación de los elementos centrales de nuestro estado social, incardinadas en el derecho básico, es decir, constitucional (prestaciones asistenciales, extensión general a todos los ciudadanos de la educación y la sanidad, como más significativas), ni creo factible la modificación de los aspectos centrales de la ordenación laboral (modificación de los contratos existentes, variación de los regímenes pactados con prejubilados y jubilados): no me parece imprescindible, y arrastrarían el riesgo de agresivas protestas en la calle que el nuevo Gobierno deseará evitar.

Tampoco es viable solucionar la crisis económico-laboral, que es también de valores, de ideas, de liderazgo, y que es de naturaleza global y no local -nada nuevo en este diagnóstico sintético, obviamente- sin hacer revisión de los supuestos de globalización y aprovechamiento de recursos básicos (energía y agua, sobre todo, pero también otros, en especial, los minerales), recuperación y respeto ambiental y planteamiento compartido a escala mundial ante la amenaza del cambio climático. Un gobierno aislado nada podrá solucionar, y las conclusiones que pueda asumir el conjunto mayoritario deben tener una fuerza carga persuasiva, técnico-económica y no solo política.

Lo sustancial, para mí, es plantear un modelo de crecimiento económico y tecnológico, que deberá estar basado en opciones de país, en sus fortalezas, y aglutinar -aquí sí es necesario un pacto- a los principales agentes capaces de aportar recursos económicos e ideas.

Los Programas de los partidos políticos que concurren en la carrera electoral para ocupar asientos en las Cámaras, aunque deberían formalmente ser considerados como Contratos con la ciudadanía (con los que los hayan votado, al menos), contienen formulaciones más bien genéricas, dando preferencia a juicios de valor, deseos irrealizables o a propuestas difícilmente cuantificables, y por lo tanto, de cumplimiento no evaluable. No parece, en efecto, que hayan sido considerados por los partidos como elemento canalizador de los votos, confiados más -como corresponde a una sociedad inmadura e irreflexiva-, en el encanto de las imágenes y en axiomas o postulados no discutidos. El candidato Rubalcaba ha hecho notar al otro candidato relevante, Rajoy, en la única ocasión en la que los electores pudimos verlos juntos a ambos, que éste no se había leído su propio programa, y la sospecha no quedó resuelta por la contestación recibida.

La cuestión más preocupante no me parece, con ser grave, la relativa falta de concreción de los programas, sino la ausencia de debates profesionales para aclarar las mejores opciones en relación con los temas sustanciales. La sociedad civil, adormecida, desinformada y, por ello, inculta, no cuenta con las plataformas para expresar sus deseos, propuestas y opiniones, y solo es capaz de expresar, de forma sesgada y, también, falta de representación -por la vía de manifestaciones, concentraciones o algaradas- su descontento. Pero es más significativo, y demoledor, que las asociaciones profesionales, los especialistas, no hayan sido escuchados, y ni siquiera hayan tenido la posibilidad de expresarse.

Feliz día de internet

Celebramos hoy los internautas, amigos y afiliados a esta nueva tecnología, el séptimo aniversario de la iniciativa de dedicar un día del año a Internet.

No hay porqué engañarse: son aún muchos los analfabetos en el uso del instrumento y no son pocos los que lo malusan. Como antes sucedió con la informática, y, desde luego, con cualquier nueva tecnología, una cuestión es saber que existe, utilizar algunas herramientas sencillas puestas a disposición de casi todo el mundo, y otra, muy diferente, dotarla de contenidos.

Ahí estamos: en la tarea interminable de trasladar los conocimientos, el saber, desde otros campos, desde diferentes espacios del saber, a este nuevo mundo, para que sobre él se puedan asentar, con la potencia que proporciona una mayor posibilidad de comunicación y una increible facilidad de transmisión de datos, viejos y nuevos creativos.

Hay mucho ruido en el empeño, mucha contaminación, demasiado interesado en sacar adelante solamente su mezquino proyecto, que solamente tiene de nuevo el pelaje de lo internáutico. Abramos las puertas y ventanas a los que aporten ideas, no solamente intereses. Queda mucho por hacer, porque el espacio, ahora, tiene nuevas dimensiones.

José Gómez Mateo, nuevo Secretario Técnico del Consejo Superior de Ingenieros de Minas

José Gómez Mateo, nuevo Secretario Técnico del Consejo Superior de Ingenieros de Minas

Se ha resuelto, después de un complicado proceso de selección, la adjudicación de la vacante que deja libre, por jubilación, al cumplir los 70 años, Jesús Miñana, secretario técnico del Consejo Superior de Ingenieros de Minas de España.

Con la ilusión de impulsar en este difícil momento de las instituciones colegiales, yo me presenté al proceso, entendiendo, obviamente, que mi experiencia y cualificación podrían resultar adecuadas.

Se presentaron otros 40 compañeros, y mi candidatura resultó preseleccionada, pasando a una segunda fase, en la que los que habíamos superado ese primer filtro fuimos entrevistados por Juan Manuel Manrubia -decano del Colegio de Levante y Presidente de la Comisión de deontología del Consejo, de la que soy miembro-, Angel Cámara -decano del Colegio de Centro, del que soy vicedecano-, Vicente de la Pedraja -vicedecano del Colegio del Noroeste, y anterior secretario Técnico de esa corporación de la que también fui vocal de su Junta y orgulloso cofundador de Entiba, en la que sigo colaborando con mis editoriales-, Francisco González -secretario del Consejo, compañero en la Junta Directiva del CEMA- y el propio Jesús Miñana -secretario técnico del Consejo-, que constituían la comisión de valoración de méritos.

Finalmente, al cabo de varios meses de incertidumbre, fue nombrado para ese puesto, a propuesta del decano-Presidente, -querido compañero de promoción en la ETSIMO José Carrasco, compañero de tienda en las milicias universitarias-, José Gómez Mateo,  quien -como indica la carta de Jesús Miñana que acabo de recibir-con anterioridad a este nombramiento ya venía colaborando con el Consejo Superior en la edición y dirección de la revista "Industria y Minería" y en tareas de carácter informático".

Enhorabuena a José Gómez Mateo, a quien, por cierto, sucedí hace años en el cometido de director del Club Español de Medio Ambiente (CEMA). El 25 de mayo, jueves, preparo, bajo los asuspicios de este prestigioso Club, una conferencia sobre el atractivo tema de "Fundamentos jurídicos y técnicos de la sostenibilidad", en la que, como siempre procuro hacer, trataré de combinar la visión desde mi doble formación como Dr. Ingeniero de Minas y Abogado en ejercicio. 

Espero que, igual que sucedió en otras ocasiones, el texto de la conferencia sea publicado en la revista "Industria y Minería" o en la del COIMCE, a cuyo Consejo Editorial también pertenezco, (de la edición virtual de esta última se encarga la empresa de José Gómez Mateo), en las que colaboro regularmente.

Un estrambote a la noticia, tal vez innecesario: Quienes me conocen bien, saben que mi capacidad de cooperación por las causas en las que creo es inquebrantable.

Reconocimiento de su Magna Dedicatio a los ingenieros Rafael Fernández Rubio y Andrés Lara Sáenz

Reconocimiento de su Magna Dedicatio a los ingenieros Rafael Fernández Rubio y Andrés Lara Sáenz

Llegué tarde al acto de entrega de las medallas que el Instituto de Ingeniería de España concedió a los ingenieros Rafael Fernández Rubio (Minas) y Andrés Lara Sáenz (ICAI), así que me perdí sus brillantes discursos.

Yo tenía justificación, empero. Figuraba en el Comité Electoral para renovación parcial de la Junta del Colegio de Ingenieros de Minas de Centro, a la que pertenezco, como vicedecano por Madrid, y estuvimos hasta las nueve de la tarde ocupados en el recuento de votos.

Me contaron que las disertaciones de los dos homenajeados fueron, además de interesantes, divertidas. Excepcional combinación de cualidades, casi perdida, la de ser, a un tiempo, inteligente y entretenido.

Ambos indiscutibles maestros de muchas generaciones, premiados ahora por su dedicación "Magna" al Instituto de la Ingeniería y, en general, a la profesión de ingeniero, tienen de forma sobrada estos dones, por lo que es un gozo -una gozada, habría que decir, para utilizar un término más actual- escuchar algo de lo mucho que tienen que decir.

La foto que presento en este Comentario se la tomé al matrimonio Fernández Rubio, es decir, a Sagrario y a Rafael, cuando ya estaba todo el mundo acabando las vituallas (es un decir, pues estamos en épocas de austeridad) del cóctel posterior a los discursos de agradecimiento.

Les pedí que posaran para este blog y accedieron con una sonrisa.

Me une con esta pareja fuera de serie una amistad de muchos años y, por tanto, entretejida con cientos de anécdotas, pequeñas y grandes, todas ellas impregnadas del afecto que me dispensan y que yo, como bien nacido -que ahora no sé ni siquiera cómo se expresaría- les compenso como puedo, con admiración y respeto.

Hubiera querido incluir también una foto de Lara, un joven de noventaydos años, pero se me escurrió mientras yo estaba entretenido escribiendo algo en el Libro- Recuerdo de Rafael Fernández Rubio.

Me contaron que Andrés Lara afirmó en la conferencia -con el aire socarrón del que gusta de contar historias- que tenía algunas razones para no buscar mucha conversación con los taxistas, en especial cuando tenía que desplazarse hacia el IIE, de las que se refirió a tres: Un taxista le comentó, admirado por la magnificencia del edificio, "¡En vaya casa vive Vd!."; otro, "Ya le pagarán bien, trabajando a estas horas" (cuando explicó a un curioso que le condujo a horas tardías, que trabajaba en el Instituto, lo que, como todos los miembros de las Comisiones, hace gratis) y uno más, al saber su edad: "¡Anda!¡Qué bien está usté!¡Menuda vida que se dió!".

Fue Andrés el que preguntó a la sala cuántos de los que allí se encontraban habían sido sus alumnos. Se levantó un mar de manos, la mitad del auditorio. Si Rafael hubiera preguntado lo mismo, se hubieran alzado las de la otra mitad.

De quienes peinamos alguna cana y cuando el árbol de la edad empieza a inclinársenos, tiene especial valor que aún sigamos diciendo, de personas así, "Seguimos aprendiendo de vosotros, maestros".

Porque, con la Magna Dedicatio impresa en su carácter, antes de que les hubieran concedido medalla o galardón alguno, porque esta vocación es un gen peculiar suyo, innato, ellos, los maestros Lara y Fernández Rubio nos van a seguir enseñando, haciendo bien las cosas, dedicándose a mejorar lo que tengan entre manos.

 

Brillante rescate de los ingenieros de minas por André Sougarret

Brillante rescate de los ingenieros de minas por André Sougarret

André Sougarret, el ingeniero de minas chileno que dirigió el rescate de los 33 mineros encerrados por el derrumbe de un bloque de mineral en una explotación de Atacama, y cuyas circusntancias mantuvieron en vilo a medio mundo durante 69 días, fue invitado a pronunciar una conferencia sobre la operación por el Colegio de Ingenieros de Minas de Centro de España, al tiempo que se le nombraba ingeniero de minas de honor.

La conferencia contó con la asistencia de cerca de 300 personas, en su mayor parte ingenieros de minas, y tuvo una excepcional brillantez, premiada con uno de los más largos aplausos que se han dispensado a un interviniente en la larga historia del hermoso Salón de Actos de la Escuela de Ríos Rosas, en Madrid.

La imposición de la medalla como ingeniero de honor se llevó a cabo con ocasión de la cena de Santa Bárbara, tambien en presencia de casi 300 personas. En el mismo acto, se concedió el galardón de Ingeniero de Minas distinguido en 2010 a Jesús Candil, director general de Minas, por su labor en defensa del colectivo.

Algunas reflexiones sobre el decreto sobre visados y la supervivencia de los colegios profesionales técnicos

El 6 de agosto de 2010, el Gobierno español ha promulgado el anunciado (y temido por los Colegios profesionales) Real Decreto sobre visados obligatorios.

Los ingresos por visado son una de las fuentes -junto a las cuotas de colegiación- principales de ingresos, si no únicas, de los Colegios profesionales, especialmente de los técnicos. Hasta ahora se venían rigiendo por baremos que cada Colegio disponía más o menos libremente.

Ya me he referido en este blog a la grave situación que se crearía, por lo que me remito a lo escrito, para no repetirme.

La nueva disposición, de obligado cumplimiento a partir del 1 de octubre ha puesto patas arriba la tranquilidad colegial, puesto que los Colegios verán ahora muy mermados sus ingresos, ya que, a salvo de un reducido (y bastante estrambótico) número de situaciones, los visados no serán obligatorios.

Los Colegios profesionales técnicos habían argumentado, profusamente, las razones de su desacuerdo con el borrador del Decreto. No se les ha hecho el menor caso.

Ni las apelaciones a la idea de que cualquier proyecto técnico implica, en alguna medida, afección a la seguridad de personas o instalaciones, ni, tampoco, las cuestiones relativas a la necesidad de realizar un control sobre los proyectos que garantice, además de la identidad del firmante y su cualificación, el cumplimiento de las normativas legales y disposiciones técnicas generales, sirvió para doblegar la intención preconstruída del Gobierno, decidido a acabar con los Colegios profesionales.

Se abre así otro frente de malestar frente al Ejecutivo, que permite aventurar una alta litigiosidad. Las Asociaciones profesionales ya anunciaron su beligerancia; los Colegios individuales preparan, además de las demandas por inconstitucionalidad frente al Decreto, nuevas fórmulas para aumentar sus ingresos, paralelamente a la reducción de sus gastos, lo que redundará en pérdida de su capacidad de actuación, con perjuicio para sus colegiados y, no debe olvidarse, para la sociedad civil.

La redacción del Decreto, al margen del desacuerdo frontal que ya han manifestado los Colegios respecto a su contenido, incluye varias inconcreciones que preludian graves dificultades de aplicación e incongruencias en la misma. Señalo solo algunas:

1. Los reducidos ámbitos de visado obligatorio se ven aún más restringidos por la disposición del art. 4.1. que dice, literamente: "Cuando en aplicación de la normativa sobre contratación pública, alguno de los trabajos previstos en el artículo 2 sea objeto de informe de la oficina de supervisión de proyectos, u órgano equivalente, de la Administración Pública competente, no será necesaria la previa obtención del visado colegial. Dicho informe bastará a efectos del cumplimiento de la obligación de obtención del visado colegial.

Esta obligación supondría que las Administraciones deberán dotarse de los medios adecuados para identificar y comprobar la cualificación del firmante de los proyectos, en casos que afectan sustancialmente -según el propio espíritu del decreto- a la seguridad, adquiriendo, además, el funcionario que realice el informe de supervisión responsabilidades nuevas.

2. La línea de colaboración que abre el Decreto con los Colegios es, más que una ayuda, un nuevo elemento de confusión. Dice el art. 4.2. "Asimismo, las Administraciones Públicas contratantes podrán eximir de la obligación de visado a los trabajos objeto de un contrato del sector público que no se encuentren en el supuesto del apartado anterior, cuando a través de sus procesos de contratación, de conformidad con las normas que los regulan, realicen la comprobación de la identidad y habilitación profesional del autor del trabajo y de la corrección e integridad formal de la documentación del trabajo profesional de acuerdo con la normativa aplicable."

Varias interpretaciones se abren ante una redacción tan confusa: ¿Se refiere el Gobierno a las Aministraciones que no tienen oficina de supervisión? ¿Cuáles son, entonces, esos procesos de contratación "regulados"?¿Quién se responsabiliza, entonces de esas comprobaciones que se juzgan imprescindibles? ¿Se está previendo un acuerdo con determinados Colegios al respecto, para facilitar, en bloque, el cumplimiento de la disposición?

3. El art. 5 es, por sí mismo, una joya de mala dicción normativa. En el art. 5.1 se indica: "Cuando haya varios colegios profesionales competentes en la materia, el profesional podrá obtener el visado en cualquiera de ellos. "

¿Ha de interpretarse que el firmante principal de un proyecto puede dirigirse a cualquier Colegio, aunque no esté colegiado en él ni tenga que ver con su profesión? (Por ejemplo, un proyecto de explotación de carbón redactado por un ingeniero de minas que llevara aparejada la construcción de una central eléctrica de ciclo combinado, por ejemplo, redactada por un ingeniero industrial y que dispusiera de una memoria ambiental emitida por un ingeniero de montes: ¿el ingeniero de minas firmante del proyecto principal podría dirigirse con el proyecto global a, digamos, el Colegio de ingenieros de montes, exigiendo que se le vise allí?)

(seguirá)