A sotavento: Cajastur se mete en un charco
Cajastur vivía una existencia apacible hasta el 3 de noviembre de 2009 en el que la mayor parte de sus directivos y la inmensa mayoría de sus clientes, simpatizantes y amigos se enteraron de que le habían adjudicado una píldora envenenada, llamada Caja Castilla La Mancha, CCM en el argot del sector.
Supongo que los hilos que se movieron fueron políticos y siguieron el camino de la jerarquía socialista. No hay más remedio que acudir al quite, porque los catalanes no quieren y no vamos a adjudicárselo a los vascos.
"Así que preparad una oferta, más o menos siguiendo la tónica de lo que ha ofertado la BBK; para que no parezca un escándalo, bajad un poco la petición de ayudas. Ah, y para que no se levanten en armas las fuerzas vivas asturianas (si quedan), utilizad esa ficha que tenéis muerta desde hace diez años, herencia del Banco del Noroeste, ¿cómo se llama?... Liberta. ¡Qué gracia, si hasta parece que el nombre da una proyección cómica a la operación!"
Como sucede en esos concursos amañados en los que te avisan a última hora de que tienes que lavar y peinar tu oferta para que resulte la más presentable, lo que ha trascendido de la que Cajastur preparó para hacerse con el santo y la peana de la CCM está lleno de misterios.
El beneficio neto de Cajastur es inferior a las pérdidas acumuladas en lo que va de 2009 en CCM. Los depósitos de clientes de la CCM son un 50% superiores a los de la Caja asturiana. Cualquier dimensión que se considere deja a las claras el diferente tamaño de la pieza y el cazador.
Tengo la mejor opinión personal y profesional de Manuel Menéndez, presidente de Cajastur e Hidrocantábrico. Lo han situado en el control de dos de las actividades con mayor proyección en la, por lo demás, bastante maltrecha región asturiana. En HC, no hace falta elucubrar mucho para entender quién señala las directrices verdaderas, a la espera de la liberalización completa del sector en Portugal y España.
En Cajastur, la cuestión parecía distinta. Con una situación de solvencia envidiable, la entidad financiera asturiana estaba pendiente de la acomodación plena a las directrices de Basilea y se dejaba cortejar, como siempre ha sido, por proyectos de dimensión regional. La situación en CLAPSA, el monstruito lácteo ganadero astur-catalán era uno de ellos.
Todo este sueño se acabó. Cajastur ha pasado a ser, definitivamente, un instrumento de la política económico-financiera del gobierno. Porque desde el Banco de España se podrán decir muchas cosas por escrito, pero a la hora de tomar las decisiones que importan, en la política real, manda quien manda. Y a obedecer todo el mundo.
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Guillermo Vila -