A barlovento: La gasificación de biomasa y neumáticos para generar energía
Escribir que una conferencia ha sido interesante, parece un tópico. Aunque pocas crónicas periodísticas atribuirían este calificativo a una disertación técnica, se debe reconocer que algunos ponentes saben ser didácticos y, al mismo tiempo, ofrecer información desconocida o poco divulgada.
Juan José Cerezuela Bonet, actualmente presidente de Maxam Energy -antes Unión Española de Explosivos-, ofreció ayer una charla sobre "Gasificación de biomasas y otras materias primas para la generación de energía", en el claustro de la Escuela de Ingenieros de Minas de Madrid. Fue presentado -no hacía falta, ya que se encontraba entre compañeros y alumnos- por el director, Benjamín Calvo Pérez, que hizo también de moderador de un coloquio de gran altura, a tono.
Cerezuela es uno de los ingenieros de minas de mayor prestigio de España. Ha tenido una trayectoria profesional amplia y fecunda, que le llevó desde Endesa, Hunosa o Auxini a la Dirección General de Minas y, entre otras actividades de un currículum denso, a evaluar el riesgo de proyectos ambientales en la Banca Mayorista de Banesto.
Para enmarcar su conferencia, trazó su visión del panorama energético español. Apoya Cerezuela tanto la diversificación (se refirió a "vulnerabilidades", discrepando en la terminología de otro minero ilustre, Pepe Sierra), como la mejora de la eficiencia del sistema energético; no ve factible eliminar la energía nuclear del mix, y está convencido de la necesidad de potenciar el transporte por ferrocarril. Ni siquiera, dijo, podemos permitirnos prescindir del carbón, "que volverá a tener otra primavera".
Pero el objetivo de su ponencia era hablar de los biocombustibles y, de las experiencias de Maxam Energy, empresa que, como se sabe, tiene (y tenía) una gama de productos amplia y diversa.
En una concepción de la charla muy atractiva, presentó, ante todo, algunas cifras de equivalencia: Para compensar, afirmó, el CO2 producido por una central de carbón de 500 Mw, trabajando 7.500 h/año (3.750 Gwh/año) se precisarían 196.000 Ha dedicadas a cultivo de biomasa(68.700 Ha si la generación se ha realizado por ciclos combinados). Es decir, para neutralizar los 81.000 Gwh/año actualmente producidos en España con centrales de carbón se precisaría poner en valor 4,2 MHa, o 3MHa si se consideran ciclos combinados.
Se puede: en todo el país hay 16 MHa consideradas áridas.
Por su parte, para cumplir los objetivos de la UE para 2020, España debería dedicar a biomasa, anualmente, 120.000 Ha, que son apenas el 4% de los 3 MHa que se han dejado de cultivar en los últimos 25 años. Producir un 3% de la energía necesaria a partir de biomasa requeriría, en fin, 1,2 MHa, y se evitaría o compensaría el CO2 resultante de la producción de 15.500 Gwh/año en centrales de carbón, incrementándose la captura de CO2/año en 2,5 Mt.
Con estas cifras, la suma de CO2 capturado/evitado podría alcanzar los 32,5 Mt, con una inversión de 1.400 M€ para una instalación capaz de producir 1.055Mw. Una planta nuclear equivalente exigiría una inversión de 2.000 M€.
Las ventajas de la planta de biomasa, por lo demás, prosiguió Juan José Cerezuela, son claras en cuanto a generación de empleo directo e indirecto y a la ausencia de los problemas que se derivarían del tratamiento -aún imperfecto- de los residuos nucleares. En España más del 30% del suelo está en vías de desertización, espacios estériles a los que se deben añadir las explotaciones mineras a cielo abierto agotadas o abandonadas.
El ejemplo de Maxam Energy en este sector fue resaltado por el conferenciante:1,6 millones de árboles plantados -de doce especies- y producciones de biomasa de 160.000 t/año, con más10.000 Ha plantadas de centeno (rendimiento 10 t/Ha) y dactilo (6 t/Ha) fundamentalmente. Algunas soluciones especialmente brillantes/sorprendentes, como el de la de Mina de Touro, en la que se compensó la acidez de la anfibolita de la mina abandonada (pH de escorrentía 1,5) con las conchas de mejillones desechadas por las enlatadoras gallegas, consiguiendo un suelo magnífico.
Para no alargar esta reseña, recogeré únicamente dos de las varias experiencias que expuso el conferenciante. Una, en Páramo de Masa (Burgos) en donde la Fundación Cartif pondrá en servicio una planta piloto para gasificación de neumáticos y caucho en la que se invirtieron 3,5 M€, con una potencia eléctrica de 1 Mwe (3,94 Mw de potencia térmica), como paso previo a la construcción de una instalación capaz para 140.000 t/año.
En otro proyecto, con la promoción de Ubierna Bioenergía, y un presupuesto de 2,9 M€, en Toledo, se trabaja en la gasificación de bioglicerol, subproducto en la producción de biodiesel, obtenido en la gasificación de la biomasa obtenida de los residuos de producción agrícola y de la industria del aceite de oliva.
Cerezuela aconseja que desde la Administración se favorezca la plantación de cereal y dactilo frente a la plantación de árboles (12-14 t/Ha/año de captura de CO2 frente a las sorprendentes 20 t/Ha/año de los primeros) y defiende el futuro de la biomasa frente a la solar fotovoltaica. A la primera, con costes de producción de 0,6 a 0.14€/kw, la definió como "la más barata de las energías alternativas".
Una magnífica disertación, estupendo elemento para la reflexión y una demostración patente, focalizada en los trabajos de Maxam Energy, de que la investigación tecnológica dirigida con sentido rinde frutos económicos en cualquier coyuntura.
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