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El blog de Angel Arias

Jugando en corto: Eso del orgullo gay me suena a old-fashioned

Desde hace unos días, y hasta el domingo 1 de julio, se celebra en Madrid  -en torno a la fecha del 28 de junio, en que se produjeron en 1969 los disturbios en el Stone Wall, un tugurio del barrio homosexual de Nueva York-, la exaltación del orgullo gay europeo.

Vengo de las cavernas del tiempo, en las que no había homosexuales; quiero decir, no existían de forma reconocida. Pero, si repaso las crónicas y apelo a mi memoria, es que tampoco había muchos, en realidad. Con el paso de los años, me enteré, generalmente por  casualidad o porque me lo dijeron ellos mismos en una noche de copas, que un par de aquellos jóvenes con los que había compartido estudios y deportes, tenían esa "tendencia". Jamás nadie de mi propio sexo se me insinuó, y he vivido satisfecho de mi condición heterosexual nunca puesta en duda, sin que se me pasara por la cabeza sentirme orgulloso de serlo.

Lo digo ya: Nunca entendí eso del orgullo gay (gay pride), así que mal voy a entenderlo ahora, en el declinar de la edad. He admitido, porque venía avalado por sesudos estudios, que la mayoría de los homosexuales, hombres y mujeres, lo son por tendencia natural, por pura esencia genética. Sigo creyendo, en mi fuero interno, y coincidiendo con mucha gente, que en el trasfondo de muchas de las manifestaciones homosexuales, hay un problema grave de afectividad, un trauma infantil no resuelto. Por eso, los homosexuales -más los gays que las lesbianas- tienden a exagerar, quieren que se les quiera.

¿A qué diablos viene esto?.  Pues a que a mí, como a casi todo el mundo ya, tanto los crecidos en la tolerancia como los trasladados a ella, las manifestaciones de cualquier tipo de tendencia sexual me traen al pairo, siempre que no afecten a terceros. Puedo tener mis ideas, y mi apreciación, al respecto de las raíces, influencias y entresijos del poder homosexual (gay power). Puedo hablar de un cierto tufillo a dominación y selectividad por parte de algunos homosexuales frente a otros. Pero no diría nada original, no se me ocurre nada que no pueda detectar cualquiera por sus medios. Así que me callo en este punto.

Como observador de la realidad que me rodea, conozco, por tanto, acerca de las presiones, los goces, las sombras, las manifestaciones de exarcebada sexualidad y culto al cuerpo de algunos homosexuales. También valoro la sensibilidad, la creatividad, la capacidad de desprendimiento de muchos de ellos, que colocan al colectivo de gays y lesbianas, en esos aspectos, y sin haber hecho estadísticas, por encima de la media de los seres humanos.

Por supuesto, tengo amigos en esos "colectivos", amigos y amigas a los que quiero. Las comillas las pongo para significar que no los considero, en realidad, un colectivo, porque no acabo de encontrar las razones de su homogeneidad. No sé apreciar en qué son diferentes, si les quito el barniz y los afeites sentimentales que una parte de ellos se esfuerzan en ponerse. Veo a seres humanos iguales a los otros.

No se me ocurre, por ejemplo,  cómo habría que interpretar el mensaje "de gastar el tiempo de estos días haciendo todo lo posible para ganarse la condenación eterna", como aconsejó a los homosexuales Mariola Fuentes -¿solo a los homosexuales? y ¿cómo se gana la condenación?... ¿no es un mensaje old-fashion?-. 

¿Qué es lo que hace hoy a los homosexuales en España y en los países en donde se admite esa tendencia sexual, que se sigan considerando un colectivo?. ¿Qué es lo que no pueden hacer, qué les une, en qué son marginados? . 

Como es sabido, se han casado hasta ahora, regularizando su situación legal, -y, no en última instancia, protegiendo mejor su futuro ecónómico como parejas de hecho-, más de 3.000 parejas de homosexuales en España. Tampoco me parecen muchas, aunque se afirme que hay unas 10.000 parejas en trámites de casarse en  nuestro país. Qué pocas son, ¿verdad?. Reflejarían una escasa estabilidad afectiva dentro de una tendencia que afectaría al 15 o 20% de la población (¿5 a 7 Millones de personas adultas en España?)

Ni qué decir tiene que me parece abominable que en algunos países( 70, dice Amnistía Internacional ) se siga persiguiendo por ley a la homosexualidad, incluso en alguno de ellos, con la pena de muerte. Pero esa es otra batalla.

Por eso, me temo que eso del orgullo gay está ya pasado de vueltas. Los heterosexuales, y casi todos los homosexuales (si no me equivoco en mi vocacíón de demógrafo aficionado), agradeceríamos que, ahora que ya hemos admitido todos que los homosexuales son seres normales, se comportaran como tales, y, una vez salidos de los armarios, se pongan la ropa de andar por casa, y se sientan cómodos, sin exagerar ya sus notas y sus trinos. Planteémonos conjuntamente, heteros y homos,  prioridades. 

5 comentarios

JULIO DE NAYARIT -

MM PUES LA VERDAD ME DA GUSTO QUE EXLIQUEN BIEN A ALA GENTE LO QUE EN REALIDAD ES YOP ESTABA CONFUNDIDO Y ESTOS CONCEJOS Y COMENTARIOS ME AN DEBUELTO LA VIDA AUNQUE NOP LO NIENGO ME D ATEMOR QUE LAS NAZIS GAY QUIERAN DESTRUIR A CADA UNO DE NOSOTROS GRACIASY SUERTE (DEBERIAN DE SACR UN LIBRO)

Administrador del blog -

La decisión es solo tuya, "Homo, que no loca".

He recogido -en la calle, que no aquí en este Cuaderno- opiniones para todos los gustos. Ayer mismo, un amigo de la vecindad me confesaba su devoción por la fiesta del Orgullo Gay. Otro se apuntaba a lo de Huyo del Orgullo.

En mi opinión, las manifestaciones populares, cuando son provocadas, deberían tender a organizarse bien. La masa desbocada carece de inventiva, y los mensajes se pierden. El ejercicio de la libertad necesita cortapisas, para que la propia diversión no empañe la de otros.

Homo, que no loca -

Visto lo visto, yo me vuelvo a meter en el armario.

Es lo aconsejable. No quiero que se me confunda con los integrantes de la mascarada exhibicionista que se vivio en Madrid en estos días.

Administrador del blog -

Si lees con calma mi comentario, Luis, verás que ese argumento que expresas es justamente lo que yo pretendo indicar en él.

No necesito hacer ninguna encuesta en mi entorno próximo, por tanto, y si te refieres a que me llevaría una sorpresa porque alguien a quien considero heterosexual me expresara su homosexualidad, me remito nuevamente al comentario: me trae el pairo. Supongo que a tí también, ¿verdad?

Luis -

Me da la sensación que identificas el mundo homosexual con ese colectivo colorista, llamativo, histriónico ... Sin embargo, el mundo homosexual se lleva comportando años normalmente, con ropa de andar por casa y, pasando totalmente desapercibido. Pregunta en tu entorno próximo. Seguro que te llevas más de una sorpresa ...