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El blog de Angel Arias

Reflexiones sobre cómo afecta a los ingenieros de minas la propuesta de R.D. sobre visados

El borrador del R.D. sobre los casos en que resultará obligatorio el visado -de manera, se precisa, exclusiva y excluyente- está suscitando comentarios muy negativos por parte de los Colegios profesionales técnicos, que se quejan, de forma prácticamente unánime, de que el Gobierno no ha atendido a sus propuestas y que, en la forma como ha sido redactado, supone una seria dificultad para su funcionamiento futuro, al privarle de ingresos sustanciales.

En estas notas, reflexionaré exclusivamente sobre la afección del R.D., al colectivo de ingenieros de minas, si se publicara en su tenor actual. Por supuesto, las confecciono bajo mi exclusivo criterio, sin que quepa interpretar en ellas posición oficial de los ingenieros de minas.

Lo hago, sobre todo, porque, al haber sido citadas en el R.D. algunas disposiciones relativas al ámbito minero, profesionales de otras ramas de la ingeniería, o de otros colegios profesionales, e incluso del propio colectivo de la ingeniería de minas, interpretan que los Colegios de Ingeniería de Minas no se verán afectados, o lo serán en menor medida."

No es así, en absoluto. En primer lugar, porque los ingenieros de minas no estamos, ni mucho menos, circunscritos al ámbito minero.

Una parte muy importante estamos dedicados a otros sectores, de los que el industrial, el energético, el químico, los residuos, los tratamientos de aguas o la rehabilitación ambiental, son solo algunos ejemplos. Como ha sucedido con todas las ingenierías, la crisis sectorial específica y la polivante formación de los ingenieros, nos ha hecho versátiles y aptos para buscar el cocido donde lo hubiera.

La crisis del sector naval, recordarán los más canosos - o más calvos-, llevó a bastantes ingenieros navales a la siderurgia, a la informática o al campo de la energía (entonces, la nuclear era prometedora y se necesitaban buenos calculistas). La masiva oferta de ingenieros industriales no impidió, desde luego, que el campo cada vez más reducido de la ingeniería minera en España, implicara la incorporación de muchos colegas en ámbitos que, por la simple denominación de la carrera, podrían aparecer como feudo de los industriales.

Ninguna ingeniería salvó sus competencias exclusivas y ninguna pueda hoy jactarse de tener un ámbito propio que no esté en crisis o en entredicho.

¿De qué nos sirve a la mayoría de los ingenieros de minas tener la exclusividad de la explotación minera, si no estamos trabajando en la mina? ¿Aprovecha a los ingenieros aeronáuticos saber diseñar aviones (supongo) si no se fabrican o en escasa medida? ¿Tienen los ingenieros de armamento goce especial por saber que podrían haber sido formados para dirigir fábricas de misiles de cabeza nuclear, si tuviéramos posesión en nuestro país, en donde se desprecia la investigación, de esa teconología?

No voy a extenderme en la concreción de una evidencia.

Hoy, las ingenierías compiten en casi todos los ámbitos, subsistiendo apenas algunos reductos específicos, defendidos, más que por la competencia académica, por la defensa legal de ciertas competencias exclusivas y por el apoyo de responsables de la Administración pública que tienden a defender la prevalencia de sus propios colegas de profesión.

Puede que algunos ingenieros de caminos se hallen satisfechos de saber que tienen el control de la obra pública, pero aseguro que la mayoría de los "camineros" no se dedican a hacer autopistas, ni presas, ni trenes de alta velocidad. Se buscan la vida como pueden, con su bagaje académico a la espalda. Sí, igual que los ingenieros de minas, que también hemos oído en las aulas a algún iluminado aquello tan chusco de "después de Dios, el ingeniero".

El Real Decreto indica en su art. 2 que "es obligatorio obtener el visado colegial, cuando deban presentarse ante las Administraciones Públicas, únicamente sobre" determinados trabajos profesionales (todos y solos):

1. Un grupo de cuatro tipos de proyectos, con referencia a la Ley 38/1999, de Ordenación de la Edificación.  Por cierto, entrando de lleno en la confusión sobre el concepto de "edificación", ya que la Ley deja el término lleno de interrogantes respecto a su alcance.

2. Un grupo de proyectos que suponen el empleo de explosivos, acogiéndose al Reglamento de Normas Básicas de Seguridad Minera, R.D. 863/1985, -en el que se cita, expresamente, las responsabilidades, muy complejas, del "director facultativo con la titulación exigida por la ley"- y al Reglamento de Explosivos, R.D. 230/1998, así como a un futurible Reglamento de artículos pirotécnicos, referenciado con las enigmáticas siglas "aprobado por Real Decreto xxxx/2010 de xx de xxxx""

3. Los proyectos de aprovechamiento de recursos mineros, previstos en los art. 85y 89 del Reglamento General para el Régimen de la Minería, R.D. 2857/1978. En ambos artículos del R.D. se cita, expresamente, como "titulados competentes" a los ingenieros de minas. Y, finalmente,

4. El proyecto de infraestructuras comunes de telecomunicación de edificios, aprobado por R.D. 401/2003.

Ante la exigüa relación, cabe preguntarse, porqué se han seleccionado estos trabajos exclusivamente. Imposible conocer la mente del legislador, pero sí se pueden adivinar algunas razones:

a) Para el caso de los proyectos enmarcados en la Ley de edificación, prolijamente citada, la presunción de riesgo para personas y la posible presión de los Colegios de Arquitectos para que, defendiendo que su visado ofrece garantías como "medio de control más proporcionado", se mantenga la actual situación.

b) Para el caso de los ingenieros de telecomunicaciones, la presión del Colegio de Ingenieros deTelecomunicaciones defendiendo la complejidad de las técnicas empleadas.

Y, ¿para el caso de los ingenieros de minas?. No se me ocurre otra razón que, sobre todo, ha primado el miedo del legislador a hacer asumir a las oficinas públicas los riesgos que se derivan de la dirección facultativa, en las complejas y difíciles actividades mineras. No descarto tampoco que alguno de los eficientes colegas ingenieros de minas que están ocupando las Direcciones de Minas hayan puesto sobreaviso a sus superiores políticos del fregado en que se meterían, de no haberlo hecho así.

Pero el consuelo para los Colegios de Ingenieros Superiores de Minas ha de ser escaso.

Ante todo, a partir de la implementación de Bolonia, el grado de ingeniero de minas podrá responsabilizarse de la explotación, en competencia absoluta con los ingenieros superiores de minas, que quedan destinados al olimpo de la ingeniería en general.

Y, después, porque los visados que se presentan a los Colegios de Minas, en esta época de crisis económica, han disminuído fuertemente y -atención- habían adquirido una fuerte proporción en una de las especializades de nuestra carrera, la energía, por el impulso a las energías renovables, a los ciclos combinados, a la exploración y a las instalaciones de producción de energía primaria y electricidad. También, por supuesto, en proyectos relacionados con el ambiente, los recursos hídricos y los residuos.

Se impone, pues, una reflexión cuidadosa sobre el futuro de los Colegios de Ingenieros de Minas. En mi propuesta, debiera avanzarse en un Colegio único, en la construcción de un visado de gran calidad, dotando al Colegio de los medios adecuados, y en la alineación, junto a los demás Colegios técnicos, en una postura común. Tenemos los mismos problemas, y debemos convencer a la Administración de que no somos enemigos, sino colaboradores eficaces; y aún más, si se nos abren perspectivas de futuro.

3 comentarios

Angel Arias -

Tienes razón, "Mamífero"... el borrador del R.D. deja fuera éstas y otras muchas actuaciones de los ingenieros que afectan, y muy directamente, a la seguridad de las personas y de sus bienes y que, aunque puede argumentarse que la responsabilidad final del proyecto es del firmante, la supervisión del organismo profesional es una garantía que no solo no debiera suprimirse, sino que está necesitada de reforzamiento y regulación específica.

Mamífero -

La verdad es que el borrador del Real Décreto es una insensatez. Se incluyen los explosivos, las labores de extracción, pero no se incluyen los proyectos de involucren sustancias tóxicas, explosivas o combustibles.

Anónimo -

Compañero, suscribo lo que dices hasta en las comas.