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El blog de Angel Arias

Si apenas nos miramos, ¿cómo vamos a abrazarnos?

La idea partió de Coca Cola, dentro de una campaña bajo el lema "Open Happiness", que comenzó en 2009 y que con la fórmula "Hug me" (Abrázame) encontró una amplia difusión, que es posible que muchos que hayan oído o visto sobre la misma ignoren lo que se pretende con ella: vender más bebidas refrescantes, respaldar con un mensaje concreto que en las burbujas del líquido azucarado se encuentra la felicidad, en una versión comercial del mago de la botella.

Para que la confusión instalada sobre el mensaje no haga perder el sentido económico del eslógan, la multinacional ha instalado varias máquinas donde le pareció oportuno -una de ellas en la Universad Nacional de Singapur, según relató la prensa especializada-, con la inscripción Hug Me, que premiaban a quienes se dignaron abrazar a los gélidos expendedores, como corresponde: con una lata de otro producto de la firma.

Mi propuesta es mucho más sencilla, y la formulo en español: Mírame. Cuando me cruzo, en mi propio país, con otros coetáneos, pocos son los que (me) miran a los ojos. Unos, concentrados en sus pensamientos, dirigen su vista al suelo, como si buscaran la iluminación en el asfalto. Otros, al llegar a una distancia que figurarán prudente, desvían la mirada, incluso hasta retuercen el cuello, como temiendo que mi/su presunta curiosidad les cause alguna molestia.

Qué decir de la manera delicada en que todos ignoramos a esa colección creciente de despojos humanos que jalonan en número creciente (la crisis puede) nuestras aceras, -de pie, sentados o incluso de rodillas sobre ellas-, acompañados de letreros variopintos en los que nos presentan una situación (puede que inventada, pero qué más da) dramática.

Mírame. No tengo pelos en la cara, no soy más que otro ser humano. Y, tal vez, si aprendemos a mirarnos sin temor, podamos plantearnos aventuras colectivas algo más ambiciosas.

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