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El blog de Angel Arias

Al socaire: Reflexión sobre los afectos políticos de los empresarios de Madrid

Asistí hoy (11.05.2007) a una ceremonia electoralista de exaltación de las virtudes de Esperanza Aguirre, como Presidenta de la Comunidad de Madrid. Se complementó con el lanzamiento de certeras -en el sentido, de dirigidas con puntería al objetivo- diatribas contra el Gobierno Central. El marco elegido era una reunión organizada por la Confederación Empresarial de Madrid-CEOE y la Cámara de Madrid, con el objetivo de analizar "La competitividad de la empresa madrileña".

Yo no pude asistir más que hasta el descanso, que tuvo lugar, con considerable retraso respecto al programa previsto, sobre la una de la mañana. Cuando sucedió la pausa, muchos de los asistentes ya se habían marchado antes -tal vez acuciados por el hambre y la sed-, por lo que sobró bastante de la comida y bebida que se había previsto para el coffee-break.

Me perdí, lo reconozco, las últimas intervenciones. Pero, a tenor de lo que pude escuchar en las dos exposiciones que abrieron el acto, la discusión sobre lo que se debe hacer para mejorar la competitividad de las empresas madrileñas, no estaba previsto que fuera objeto de debate. Al contrario, el resto del mundo debería tomar ejemplo. Al decir de Gerardo Díaz Ferrán y Fernando Merry del Val, que flanquearon con entusiasmo el discurso de la Presidenta, Madrid va como una motoSe sale.

La productividad de la economía madrileña ha subido, se dijo, un 20% frente a la media española del 10%; tenemos una renta per cápita superior a cualesquiera otro país de la Unión Europea, salvo Irlanda y Luxemburgo. Madrid supera en PIB a Cataluña, y su crecimiento se ha acelerado del 2,8 al 4,6% entre 2003 y 2006. Si se le da el voto a Esperanza, seguirán bajando los impuestos sin afectar a la inversión pública, se duplicará el presupuesto Fico, habrá más i+d+i+i, se creará la Ciudad de Inv. y desarrollo Biotecnológica de Tres Cantos y potenciarán otros Centros Tecnológicos, etc.

Claro que hay cosas que no van bien, pero no es por culpa de la Comunidad, sino porque falta cooperación con otras instituciones de diferente signo político.

Por ejemplo, si no tenemos mayor seguridad jurídica y ciudadana, dijo la Presidenta, es porque solo hay 2.500 policías, en lugar de los 5.500 que la Comunidad estaba dispuesta a cofinanciar, proyecto con el que el Gobierno central no desea colaborar, siendo, además, el único competente en temas de seguridad (seguramente, se refería solo en este caso a la seguridad ciudadana, puntualizo).

Hay 60 personas en Madrid que acumulan más de 4.000 delitos, contra profesionales del sector de joyería, fundamentalmente, y que están tranquilamente en la calle. Somos un lugar de acogida para delincuentes extranjeros, que han encontrado "lo barato que resulta delinquir en nuestro país", lo que desalienta a la policía que no se anima, a lo que parece, a detener si al poco van a liberar a sus arrestados. 

No estoy a favor de que los empresarios enseñen públicamente sus afectos políticos, pero, mucho menos, si lo hacen desde su puesto en las Corporaciones que deben ser plurales, y, por tanto, neutrales. Ese uso partidista de los colectivos, cuando, además, tienen una componente social tan sensible, es un error o un fraude, según por donde se mire.

Como me he mantenido toda mi vida en libertad, dejo constancia que a mí me gustó mucho la intervención de Russell Hancock, Presidente de Joint Venture Silicon Valley Network. El fue a su rollo, y en inglés (ay, la mayor parte de los empresarios que habían venido a aplaudir a y a hacerse los vistos con E. Aguirre se marcharon antes), nos dijo porqué Silicon Valley era un éxito.

Dió muchas razones, pero voy a resaltar cuatro de ellas: selection oriented to meritocracy, climate that rewards risk and tolerates failure, cluster effects y public and private linkages. (Traduzco libremente para los que se fueron: selección de promotores y profesionales orientada a la valoración de méritos personales; clima que estimula y valora la asunción de riesgos; búsqueda de interacciones entre las empresas; apoyos públicos como privados).

Lo que más le gustó a Russell de Madrid es la quality of life que tenemos aquí. Creo que fue José Ramón Sanz el que insinuó, en su intervención que Silicon Valley había servido, sobre todo, para hacer más grandes y más multinacionales, a las empresas norteamericanas. Y aquí lo que tenemos son pymes, poco proclives a investigar -resulta carísimo- y, además, socio-políticamente, muy mal consideradas, porque lo grande se deja inaugurar, pero lo pequeño... 

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