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El blog de Angel Arias

Al socaire: A FCC le importa el tamaño y aprovecha el buen tipo para incursionar en tierra ajena

La compra del 80% de la empresa constructora austríaca Alpine por el grupo Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) confirma la voluntad de la empresaria Esther Koplowitz de hacer más grande el grupo que controla, incrementando su presencia internacional, para compensar el agotamiento de los filones nacionales.

Esta dieta de engorde se viene haciendo sin variar apenas el rumbo del paquebote empresarial, que se mantiene dentro de los sectores de construcción y servicios, que son las aguas en donde se mueve bien la empresa. La compra de Alpine significa, además, en una lectura concreta de lo que se pretende en ese área hasta ahora poco trabajada, una apuesta de calado para mejorar el posicionamiento de FCC en los mercados centrouropeos, con el objetivo de crear una plataforma de desarrollo hacia la Europa del este, que en los próximos diez o quince años disfrutará de una coyuntura que se espera similar a la que se tuvo en España con la entrada en el Mercado Común europeo.
 

Recuperada del susto que significó la alianza estratégica con Vivendi Universal, FCC tiene excedentes en caja de los años de bonanza y suficiente crédito bancario para alimentar su ansia de crecer, que algunos envidiosos pueden interpretar como huída hacia delante, pero que parece más coherente analizar como consecuencia del propósito de la familia propietaria y sus fieles ejecutivos, de aprovechar las oportunidades de comprar en el extranjero, mientras se cumpla que las adquisiciones no deterioren los ratios de la empresa matriz, los objetos de compra estén bien posicionados en las ramas de construcción, agua o residuos en sus países, añadiendo proyección a otros mercados y, por supuesto, siga habiendo dinero disponible.

La información difundida explica que la operación ha supuesto para FCC el desembolso de unos 480 millones de euros, asumiendo una deuda adicional de 130 Mill. de €, por lo que se ha valorado la compañía en unos 730 Mill. de €. Como Alpine espera facturar 2.000 millones de euros en 2006 y tiene un ebitda (beneficio bruto de explotacion antes de amortizaciones intereses e impuestos) de 115 mill de euros, FCC está pagando un ratio un Valor Empresa/ebitda de 6,3, lo que no está nada mal, y mejora el del grupo comprador.

Con esta adquisición, FCC superará los 8.000 millones de euros anuales en este Ejercicio, y es casi seguro que su EBITDA alcance los 1.200 Mill de €. La mayor empresa española del sector, ACS, anda por cifras de beneficios brutos de explotación similares,  con facturaciones anuales de 13.500 Mill de euros.  

FCC se consolida así como uno de los grupos mundiales con mayor creciemiento dentro del sector. Ha aprovechado muy bien las ayudas que la Unión Europea proporcionó para potenciar la construcción de viviendas, la coyuntura de los bajos intereses de los últimos años, y las amplias inversiones del Estado para la construcción de autovías, vías férreas, depuración de aguas residuales o mejora de los regadíos, entre otros elementos clave del actual desarrollo español. 

Alpine es el caramelo final de un frenesí de adquisiciones que llevó en los ultimos dos meses a FCC a comprar, además,  por 2,05 mill de euros la Waste Recycling Grouyp británica, a tomar el control de la cementera Uniland por 1,1 mill de euros y a tragarse de un bocado a la empresa de agua checa SmVAK por 169 milll de euros .


Por otra parte, en prácticamente todos los casos, FCC se ha comprometido a mantener los actuales equipos directivos, por lo que las operaciones tienen un sello fundamentalmente financiero y no supondrán movimiento de directivos españoles, siempre reacios a viajar.

En el caso de Alpine, el paquete que compró FCC aglutinó las acciones del 66 %, que pertenecia a la familia Pappas,  con las del Erste Bank y las de Otto Mierl. Como socio,  permanece el antiguo presidente de Alpine,  Dietmar Aluta, que retiene su 20,73%. Aluta fue, según se cuenta, la fuerza motriz del acuerdo, y  con toda probabilidad reasumirá el mando de Alpine, que perdió después de haber estado proscrito por los Pappas por haber sido condenado a dos años en libertad provisional y a pagar una multa de 1,8 Mill. de euros, en un caso de sobornos, que él se permitió describir, actuando en su descargo, y para escándalo de propios y extraños, como "habituales en el mercado".  

Aluta está casado en segundas nupcias con una serbia, de familia bien relacionada en los negocios de la zona.  La compra de Alpine refuerza la estrategia de compra seguida por FCC en Austria, que en marzo pasado compró por 229 Mill de euros la empresa de residuos Abfall Service Astria ASA. 
   

Si la vida de las empresas fuera tema de una novela de amores y desamores, la historia reciente de FCC optaría al lugar de los best sellers. Vinculada hasta hace poco al gigante que se revelaría con pies de barro, Vivendi Universal (hoy travestido en Veolia Environnement), el grupo francés pasó de ser un compadre estratégico a considerarse como un apestado, aunque FCC mantiene la relación en Latinoamérica y norte de Africa.

Pocos se acuerdan de aquellos tiempos en que el fenómeno mediático Jean Marie Messier, era un empresario de éxito arrollador, que deslumbraba al mundo con sus compras, y al mismo tiempo que elogiaba la belleza e inteligencia de Da. Esther con el mejor espíritu donjuanesco, llevaba al borde la bancarrota al grupo francés y estuvo a punto de arrastrar en la caída a FCC, hoy salva, aunque más experimentada.

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