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El blog de Angel Arias

Mujer con niña (Dibujo, 1989)

Mujer con niña (Dibujo, 1989)

Este es uno de los muchos Dibujos a lápiz que he venido realizando a lo largo de mi vida. Mis temas predilectos: la pareja y su dialéctica; la familia y su entorno; el cuerpo femenino y su belleza; los paisajes con figura; las composiciones con grupos de personas en diversas actitudes; etc.

Aunque tengo un par de decenas de Cuadros al óleo o acrílicos, me siento más cómodo con el dibujo. Me permite expresar lo que deseo de una manera rápida, en casi cualquier ocasión, posibilitando lo que más busco en la pintura: la opción de relajar la tensión de vivir llevándola a la contemplación del otro.

3 comentarios

Clara Ayala -

Me gusta mucho su obra.

Administrador del log -

En este momento no tengo violines de Ingres, querido Rafa. Cuando trabajaba para otros, y con responsabilidad de dirigir equipos multidisciplinares, con personas inteligentes y de indudable capacidad técnica y, por ello, exigentes, no tenía horarios. Entonces, aprovechaba el tiempo restante para pintar, escribir o contemplar el buen trabajo de otros. Cuando mi último empleador decidió que podía prescindir de mis servicios, recuperé el completo dominio de mi tiempo, y ahora, todo lo que hago, lo hago porque quiero, y lo cobro o lo regalo, como me da la gana. No es petulancia, es mi camino personal hacia la felicidad.

Por otra parte, mi querido amigo, qué estupenda reflexión la tuya en este comentario que nos regalas a los seguidores de mi log, y a mí en particular.

No vamos a utilizar este espacio para lanzarnos elogios recíprocos. Pero, para quienes no te conozcan, quiero decirles que pocas personas conozco con una inteligencia emocional como la tuya. Que, además, seas un buen ingeniero y un mago de excepción, no añade más que una precisión a tu forma de ser: que lo que haces, te gusta hacerlo bien, y a fe que lo consigues.

Rafa Ceballos -

Me gustaría saber cuál es tu actividad principal y cuáles y cuántos tus violines de Ingres.

¿Las Leyes?, ¿la Técnica?. Tu curriculum es abrumador (hay un link para verlo). La maestría con la que desarrollas la pintura y la poesía me llena de admiración y de envidia. Cómo disfruto con tus versos (Enséñanos más); cómo me ensimismo con los cuadros que he podido ver en tu casa. Gracias por invitarme/nos a ella..

Podría entenderse subliminalmente, con estos dardos, que te gustaría provocar en los lectores de este flujo de noticias, pensamientos, ideas y razonamientos que vas embalsando, un calambrazo para que pongamos de manifiesto esos “violincillos”, por adjudicarles algún apelativo, que duermen, vibran o se agitan en cada uno de nosotros bajo los aspectos que podríamos definir como afición-pasión.

Sería bonito e interesante conocer las aficiones de esos compañeros tan serios con los que compartimos reuniones, convenciones, actos académicos o tertulias. Cuántas sorpresas y alegrías nos llevaremos.

Por mi natural impudicia creo que muchos saben de mi afición a la magia, al ilusionismo, al arte de encantamiento. Disfruto viéndola, estudiándola, ensayando manipulaciones y formas de presentación, ideando nuevas formas de maravillar. Gozo enormemente presentando los efectos ante mis amigos, espectadores pacientes a los que fustigo con mi afán por ilusionar. No pretendo que me admiren; voy buscando su sorpresa ante lo inesperado y lo inexplicable mediante el control de las emociones. Cuando lo consigo, soy feliz.

En una revista especializada “El Joker” me hicieron una entrevista hace un par de meses. De ella entresaco los siguientes párrafos para dar a conocer el inicio de mi afición

A los 16 años, en unas vacaciones de Navidad, un compañero de Colegio me hizo un juego con una baraja y me quedé desconcertado. Después de suplicarle y rogarle que me enseñara “la trampa”, me contó cómo era y me prestó el libro. Esas mismas vacaciones me regalaron “La prestidigitación al alcance de todos” de Wenceslao Ciuró y Magia con cartas de Who. Al volver al internado me puse a estudiar con interés los tres libros y con la ayuda de uno de los curas del colegio (que también estaba aprendiendo magia porque se iba a “misiones” y lo consideraba buena herramienta) nos fabricamos la bolsa del huevo, el pañuelo Davenport y alguna cosa más. En las fiestas de Fin de Curso ya hice una sesión en el teatro del Colegio para 500 espectadores.

Al acabar el curso me compré otro libro: “Más de doscientos juegos de manos con la baraja”, también de Ciuró y me pasé todo el verano estudiando. Me regalaron la caja misteriosa (La caja de la carta) y el cristal atravesado por una cinta. Con esos dos aparatos y con la baraja me puse a dar sesiones nocturnas, en las noches de verano, en la terraza del Bar Veracruz, en Lo Pagán (Mar Menor).

Ah!, mi amigo no volvió a hacer ni un solo juego de magia, pero sigue siendo mi mejor fan. Cuando estudiábamos la carrera y yo “hacía comuniones”, él me llevaba el maletín y luego me hacía la crítica.

Me considero un mago totalmente social y centro mis actuaciones en los grupos de amigos y conocidos con los que tengo cualquier tipo de relación, especialmente de trabajo, y fundamentalmente en la mesa de comedor, después de una buena comida o cena. Por mi trabajo viajo mucho por toda España, y mi magia está desparramada por innumerables restaurantes.

Lo que más hago es cartomagia, adobada con algún elemento que le quite aspereza a la baraja, ya que mis sesiones suelen ser esperadas y deseadas, por lo que son algo extensas. Al profano le gusta ver “cositas” y yo se las presento No suelen faltar uno o dos juegos en los que interviene la mente como protagonista y alguno donde la técnica manipulativa tiene mucho peso. Todos los juegos los presento de manera encadenada.

Creo que mis amigos salen muy contentos y con la sensación del misterio en su cuerpo. Claro está que el ambiente es muy propicio.

Quizás esta exposición anime, aunque sea bajo seudónimo, a que nos hagáis partícipes de como nació en vosotros esa afición a la que dedicáis el tiempo libre (y el no tan libre).