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El blog de Angel Arias

Por qué no felicito por correo ni el Año Nuevo ni la Navidad

Como todos los años, por estas fechas, recibo decenas de correos electrónicos de amigos y conocidos, colegas, clientes, consultores, proveedores de muy variados productos -(algunos, incluso, de los que no utilicé en mi vida), colegios profesionales, centros oficiales, etc., felicitándome la Navidad y deseándome que prospere y que lo pase bien en compañía de los míos.

Agradezco tantas muestras de buena voluntad. Y, como no voy a contestar a ninguna (ni, por supuesto, iniciar ninguna cadena de felicitaciones por mí mismo), quiero dejar constancia en este blog personal de que haré todo lo posible por ser feliz y hacer felices a los demás, en la medida de mis posibilidades.

Confirmo, igualmente, que deseo lo mismo para todos los que conozco e, incluso, para todos los que no conozco. Especialmente, y espero que no se enfade nadie, deseo que todos los que se han ocupado de hacer más infelices (poco o mucho) a sus semejantes, cambien de inmediato de actitud y, puesto que no deseo mal a nadie, si no lo hacen, que sean marginados a profundas cavernas en donde no puedan causar más desperfectos con sus decisiones.

Por no responder a ningún correo ni expresar ninguna felicitación personal, no desearía que se interprete que soy un raro, aunque todos somos libres de sacar esta conclusión de la actitud de quienes no hacen lo mismo que todos.

No quiero aumentar el spam del espacio virtual -y, mucho menos, el del físico-. No quiero participar en la ceremonia de manifestar lo obvio. No deseo hacer la pelota a nadie aprovechando estos días, ni aspiro a obtener la menor ventaja de dioses ni de humanos que no sea resultado, como hasta ahora ha sido, de mi trabajo y el de los que colaboran conmigo. Ni tampoco quiero ser sujeto de otras manifestaciones de afecto y cariño que las que se me dispensen realmente, y a las que procuro corresponder, e incluso adelantarme a ellas, como norma de actuación en mi vida.

Un saludo cordial y espero que, aunque no leáis nunca esto, no os sintáis decepcionados por no haber recibido mi felicitación. Por supuesto que quiero que os vaya mejor, y por eso, prefiero ocuparme en tratar de mejorarlo haciendo lo que puedo lo mejor que puedo.

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